El 5 de diciembre el Poder Ejecutivo decretó la prohibición del endosulfán, un insecticida altamente tóxico de uso agrícola que ha sido restringido paulatinamente en varios países. El convenio de Estocolmo sobre contaminantes orgánicos persistentes, aprobado por Uruguay en 2003, estableció en su V Conferencia, en abril de este año, incluir el endosulfán como un pesticida a eliminar. De esta manera, Uruguay se suma a la lista de países que han incorporado medidas restricitivas o la prohibición total del endosulfán desde 2008.

El decreto gubernamental prohíbe desde la fecha de su publicación "la introducción, la producción y la utilización, en cualquier forma o bajo cualquier régimen [...] de las sustancias químicas y las preparaciones o formulaciones que contengan endosulfán y sus isómeros" (derivados). Todo "tenedor" de la sustancia deberá declarar su existencia ante la Dirección Nacional de Medio Ambiente (Dinama) del Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente (MVOTMA), que determinará la forma de uso o de disposición final que deberá "efectivizarse en un plazo no superior a un año".

Según argumenta el texto, "el endosulfán ha sido objeto de medidas previas de restricción o prohibición parcial, por lo que las que se adoptarán no tendrán un impacto mayor sobre el comercio y la producción nacional". Eso se afirma en referencia a una resolución firmada en 2007 por José Mujica, en aquel momento ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), que impuso diversas restricciones al uso del plagicida, como la prohibición de aplicaciones a menos de 500 metros de zonas urbanas y a 100 metros de cursos de agua, las presentaciones del producto en polvo, entre otras. En Uruguay tiene un uso extendido en cultivos de soja, tomate, frutales, viñedos, cebolla y otros tipos de bulbos.

Era el problema

La restricciones al endosulfán se venían trabajando conjuntamente entre la cancillería, la DGSA y la Dinama, articulando compromisos internacionales asumidos y problemáticas locales, pero la iniciativa de prohibición total surgió de la Dinama. Jorge Rucks, titular de ese organismo, dijo que en los casos en que hay denuncias de violación a la normativa ambiental se genera una instancia de coordinación con la DGSA, que "se encarga del control de la aplicación y de los registros de entrada y de uso" del endosulfán. La Dinama "se encarga de la deposición y manejo de los envases", como ocurrió en Guichón, donde la investigación "no pudo identificar qué empresa había sido responsable", pero "se tomaron las medidas correspondientes para que esas situaciones no se repitan", dijo Rucks.

El decreto aprobado plantea la obligación de registrar las existencias de endosulfán "porque se busca asegurar el uso de todo el excedente que quede en el país, ya que no puede quedar producto sin control en el ambiente". Rucks descarta que haya otros productos similares para eliminar, pero se está avanzando en los sistemas de control de agroquímicos y en el manejo seguro de envases debido "a la gran expansión de la producción agrícola y del uso de estos productos en los últimos años".

En abril aparecieron desparramadas en el vertedero municipal de Guichón (Paysandú) unas 50 latas de endosulfán, hecho que fue denunciado ante la Dinama, que intervino para su retiro y para que se procediera a investigar, con el fin de determinar responsabilidades. Pero la Dinama también ha recibido diversas denuncias sobre aviones que al rociar el producto exceden los límites establecidos por la regulación, envases que aparecen enterrados cerca de zonas pobladas o que son reciclados como bebederos de ganado o tanques de agua.

Irritable

La medida tomada por el gobierno no afectaría a los operadores comerciales, ya que como el endosulfán “veía siendo restringido en todo el mundo”, las autoridades de la Dirección Nacional de Servicios Agrícolas (DGSA) organizaron un plan de retirada del producto del mercado y “en ese proceso participamos aquellos actores que estamos involucrados, con la finalidad de que no quedara stock cuando se prohibiera la importación”, sostuvo Ana Inés Antón, gerenta de la Cámara de Comercio de Productos Agroquímicos (Camagro). “Desde el punto de vista de su uso, hay algunos productos alternativos que se pueden usar, por lo que esto no es una medida no súbita y el impacto en el mercado no va a ser relevante”, agregó.

En tanto, Pedro Queheille, presidente del Instituto Nacional de Semillas, dijo que el endosulfán hace tiempo que está en desuso y contó que en la producción arrocera “no se usa desde hace años porque los compradores tienen una lista de productos que no se pueden utilizar, entre los cuales aparece este insecticida”.

El endosulfán es altamente tóxico al ser inhalado, tragado o absorbido a través de la piel. Su ingesta o inhalación en grandes cantidades puede producir convulsiones y hasta la muerte, ya que afecta directamente el sistema nervioso central. Otros efectos menos graves son irritación ocular y respiratoria. En 2010, Bayer, fabricante del producto, anunció que dejará de hacerlo en poco tiempo. En agosto de este año también fue prohibido por el Servicio Nacional de Sanidad (Senasa) de Argentina, pero la medida comenzará a regir en julio de 2013. Sin embargo, la resolución establece un cronograma de eliminación progresiva que va disminuyendo en los siguientes semestres los porcentajes de importación del producto.