La declaración constitutiva del 5 de febrero de 1971 resolvió crear un “frente político unitario”, abierto a la incorporación “de otras fuerzas políticas que alienten su misma concepción nacional progresista y democrática avanzada”, para “plantear la lucha de inmediato, en todos los campos, tanto en la oposición a la actual tiranía o a quienes pretendan continuarla como en el gobierno”. Se postulaba como “objetivo fundamental” del FA “la acción política permanente y no la contienda electoral”.

“La profunda crisis estructural que el país padece desde hace décadas, su dependencia del extranjero y el predominio de una oligarquía en directa connivencia con el imperialismo han ido creando, por un lado, hondas tensiones sociales y ,por otro, un clima de preocupación colectiva sobre el destino mismo de la nacionalidad oriental. [...] [La oligarquía y el gobierno] pretendieron establecer un orden basado en el despotismo; atropellaron las libertades públicas y sindicales; [...] empobrecieron a los trabajadores al congelar realmente los salarios y nominalmente los precios; [...] paralizaron las fuerzas productivas y desalentaron el trabajo; desmantelaron resortes vitales de la economía nacional como los bancos oficiales, el Frigorífico Nacional, los entes energéticos y los servicios de transporte. [...] La República camina hacia la ignominiosa condición de una colonia de los Estados Unidos”, reza la declaración.

Continúa: “En esta dramática circunstancia, conscientes de nuestra responsabilidad y convencidos de que ninguna fuerza política aislada sería capaz de abrir una alternativa cierta de poder al pueblo organizado, hemos entendido que constituye un imperativo de la hora, concertar nuestros esfuerzos, mediante un acuerdo político, para establecer un programa destinado a superar la crisis estructural, a restituir al país su destino de nación independiente y a reintegrar al pueblo el pleno ejercicio de sus libertades y de sus derechos individuales, políticos y sindicales”.

El 23 de diciembre de 1970, el Movimiento de Liberación Nacional había dado a conocer un comunicado desde la clandestinidad en el que sostenía que mantenía “diferencias de métodos con las organizaciones que forman el Frente y con la valoración táctica del evidente objetivo inmediato del mismo: las elecciones. Sin embargo, consideramos conveniente plantear nuestro apoyo al Frente Amplio [...] Lo hacemos en el entendido de que su tarea principal debe ser la movilización de las masas trabajadoras y que su labor dentro de las mismas no empieza ni termina con las elecciones”.