Las licencias no automáticas de importación son un mecanismo previsto por la Organización Mundial de Comercio (OMC) para establecer restricciones al comercio. Brasil tiene una lista de 300 bienes bajo este régimen y Argentina añadió la semana pasada 155 sectores a los 400 que ya tenía, entre ellos autopartes, bicicletas y motos, celulosa, y textil e indumentaria. A diferencia de las licencias automáticas, en las que se aprueban las solicitudes en todos los casos, las no automáticas tienen un plazo de estudio antes de otorgar (o no) la autorización a la importación, que en este caso ronda los 60 días.

Argentina se apresuró a aclarar que su intención no es afectar a los países del Mercosur sino enfrentar la competencia de China y el sudeste asiático. Así se lo comunicó a Brasil el viernes pasado, e hizo lo propio con Uruguay. Mediante un comunicado, la Embajada de Argentina en nuestro país puntualizó que “del análisis de la medida se desprende que, pese al efecto que podría tener sobre otros socios comerciales de la Argentina, como es el caso de Uruguay, la misma orienta su alcance a las importaciones provenientes de otro origen”. El embajador argentino en Uruguay, Dante Dovena, dijo el viernes a Radio Uruguay que “no hay ninguna traba, sino que se trata de parar la competencia desleal y la práctica especulativa de países del sudeste asiático y China, en especial con productos que fabrica Argentina”, y enfatizó que la decisión “no es dirigida hacia Uruguay o Brasil o países del Mercosur”. Ese mismo día la ministra de Industria de Argentina, Débora Giorgi, se comunicó con su par uruguayo, Roberto Kreimerman, para asegurarle que la medida no afectará a Uruguay. Así lo relató la propia Giorgi, según recogió el diario argentino La Nación. “Está asegurado el ingreso a los productos uruguayos que están dentro de la cobertura” de los nuevos sectores, aseguró la jerarca.

No es para tanto

En la cancillería se entiende que hay que bajarle perfil al tema y se destaca que desde la recomposición de las relaciones entre ambos países las exportaciones han tenido un incremento notorio. En 2010 las ventas al vecino país crecieron 46% respecto a 2009 y Argentina se convirtió en el segundo destino de las exportaciones uruguayas. Desde el ministerio también se resalta la afluencia de turistas a partir del levantamiento del corte de ruta de Arroyo Verde.

En la dirección de Integración y Mercosur de la cancillería, encargada de seguir el tema, aún no tienen una respuesta concreta del vecino país sobre la extensión de las licencias, más allá del comunicado de la embajada y de las afirmaciones de la ministra de Industria, pero se interpreta que “todas las señales” van en la dirección de que estas restricciones no se aplicarán a los países del Mercosur.

Las cámaras empresariales, no obstante, ya han planteado su preocupación por la medida y mañana concurrirán a la comisión de Industria de la Cámara de Diputados, donde informarán sobre el impacto que a su entender tiene la resolución argentina.

La situación se analizará hoy en el Consejo de Ministros. “Nada es fácil, pero a la larga la gente se arregla conversando. Confiamos en que se comiencen a levantar [las trabas]”, declaró Mujica el sábado. “En el tema de la economía de la región hay mucha incertidumbre”, agregó. El presidente intentó el fin de semana comunicarse con Cristina Fernández pero no pudo hacerlo. De todos modos, ya se agendó una reunión entre ambos para el viernes. El presidente ya tenía previsto viajar a Buenos Aires para participar ese día en la inauguración de la Casa de la Patria Grande Néstor Kirchner, un centro de estudios sobre la integración latinoamericana. Fernández lo inaugurará en homenaje a su esposo fallecido, que ese día cumpliría 61 años.

Por otra parte, entre el 10 y el 12 de marzo habrá una nueva reunión de los presidentes y de los ministros de ambos países, en este caso para abordar los temas prioritarios de la agenda bilateral. Uno de los principales asuntos es el dragado del río Uruguay y el canal Martín García. Ha habido avances pero subsisten algunas diferencias que sólo pueden laudarse a nivel de los cancilleres y presidentes, evaluaron desde el Ministerio de Relaciones Exteriores.