La Cámara de Senadores aprobó ayer una declaración de “condena” a los actos de violencia ejercidos por gobiernos en el norte de África que supongan violaciones a los derechos humanos. El pronunciamiento apuntaba en particular a la situación en Libia, donde continúa la represión del régimen de Gadafi contra los opositores.

El texto expresa además la solidaridad del Parlamento uruguayo con los pueblos de esos países y su respaldo a las resoluciones que tomen el Consejo de Seguridad y la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas.

El senador nacionalista Sergio Abreu fue el autor de la iniciativa, y la bancada del Frente Amplio en el Senado agregó a los puntos precedentes la mención al principio de no injerencia y no intervención en los asuntos de otros países, en particular frente a las declaraciones del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, que instó a una intervención militar en Libia.

En la misma línea se pronunció ayer el presidente José Mujica al inicio del Consejo de Ministros. Remarcó que la no intervención y la autodeterminación de los pueblos es un principio que Uruguay y su diplomacia mantienen desde hace muchos años. Aclaró que eso no implica que se esté de acuerdo con el régimen libio, sino que por más que haya una condena, eso no autoriza a intervenir.

El canciller Luis Almagro, en tanto, había condenado la represión en Libia durante un encuentro de la ONU a fines de febrero. “Esta ola espontánea de reclamos que se abalanzó sobre las calles de numerosas ciudades, pidiendo respeto para sus derechos, más libertad y más democracia, ha despertado la admiración de toda la comunidad internacional [...] Condenamos y rechazamos que en algunos casos este clamor popular haya sido reprimido mediante la violencia e inaceptables violaciones de los derechos humanos, tal como está sucediendo en Libia”, manifestó el canciller en esa ocasión.

El Senado también discutió ayer una declaración propuesta por blancos y colorados en la que se reclama al gobierno cubano “que renuncie a la persecución, al hostigamiento y a la proscripción a la disidencia y la oposición”. El FA votó en contra y la encargada de fundamentarlo fue la senadora Susana Dalmás (Asamblea Uruguay). “La mayoría [del FA] entendió que se están procesando determinados cambios positivos en Cuba. Si realmente hay violación a los derechos humanos, nos preocupa pero entendemos que el mejor aporte que podemos hacer es acompañar ese proceso de cambios y dejar que el pueblo cubano lo resuelva”, explicó Dalmás a la diaria.