El Encuentro Progresista (EP) se formó para las elecciones de 1994, en ocasión de la incorporación al Frente Amplio (FA) de la corriente 78 del ex intendente blanco Rodolfo Nin Novoa y del retorno a filas frentistas del Partido Demócrata Cristiano. Diez años después, en 2004, la alianza con el Nuevo Espacio dio origen al EP-FA-Nueva Mayoría, que al imponerse en las urnas permitió la llegada de Tabaré Vázquez al gobierno.

Ahora, poco antes de que se cumplan las dos décadas de aquella experiencia encuentrista, dirigentes cercanos a Vázquez piensan que para las elecciones de 2014 es necesario consolidar “una nueva plataforma política”, que tendría cometidos similares a los que tuvo el EP en sus orígenes, sobre todo por la necesidad de “captar voluntades” de ciudadanos “que hoy no están en el FA” y con los que sería posible encontrar puntos de acuerdo políticos. La propuesta, según pudo saber la diaria, llegó a ser analizada con el propio Vázquez en una reunión que se desarrolló en enero, y en la que participaron, entre otros, los ex ministros de Transporte Víctor Rossi y de Salud Pública María Julia Muñoz.

“Lo que algunos compañeros estamos viendo es que en el FA hay demasiada gente preocupada exclusivamente por los perfiles y la disputa de los espacios de poder. Lamentablemente se está perdiendo de vista que para seguir construyendo y para prolongar en el tiempo el proceso exitoso de estos seis años, hoy resulta imprescindible concretar un intercambio político más amplio”, reconoció en diálogo con la diaria el ex titular de Transporte.

Rossi considera que están “muy equivocados” quienes piensan que la llegada del FA al gobierno “agotó” las posibilidades de acumulación política y piensa que todavía hay margen para “llegar a consensos” con ciudadanos que hoy no son frentistas. “No veo que hoy esta preocupación por abrir la cancha sea un denominador común entre los frentistas, y hay que darse cuenta de que el FA no puede quedarse sólo con las discusiones que se dan dentro de la fuerza política. El FA tiene que llamar a participar en estas transformaciones históricas a todos los uruguayos, independientemente de su posición política y de sus orígenes”, continuó el ex jerarca de la administración Vázquez.

Rossi no quiere hablar de una “reedición del EP” tal cual fue concebido en 1994 porque “es difícil hacer comparaciones con procesos anteriores”, aunque admitió que la necesidad de “unir más gente” es algo “permanente” en la historia de la izquierda uruguaya. “No es una idea que ya esté bautizada y todavía no es el tiempo de hacerlo porque sería precipitarse mucho. Ya veremos qué forma adopta y qué nombre tiene, pero el concepto lo tenemos. El general [Líber] Seregni siempre decía que quería hablarles no sólo a los frenteamplistas sino a todos los orientales honestos, y esto sigue por la misma línea: cuando el gobierno estaba lejos decíamos que había que hablarle a un millón de personas, y ahora llegó el momento de hablarles a los tres millones y pico de uruguayos”, señaló.

Según Rossi, hay muchos votantes colorados, blancos e independientes que están dispuestos a buscar “puntos de acuerdo” con la fuerza política que está en el gobierno en temas como la distribución de la riqueza, el desarrollo productivo del país, la educación y la seguridad pública, entre otros. “A esa gente si hoy le planteamos que se incorporen al FA respondería negativamente o quizás hasta se ofendería, pero igualmente es necesario buscar puntos de acuerdo con ella. En síntesis, la unidad política del pueblo expresada en el FA recorrió un largo camino, en el que siempre resultó fundamental fortalecerse y ampliar su horizonte. Por eso con algunos compañeros no estamos pensando hoy en imitar un camino de ayer, sino simplemente en profundizar el único camino posible que conocemos”, concluyó Rossi.