La causa

Este juicio se enmarcó en la megacausa “Primer Cuerpo del Ejército”, que investiga los delitos de lesa humanidad ocurridos entre 1976 y 1983 en lo que tiene que ver con la reconstrucción de la cadena y estructura de mandos de la época, y en el esclarecimiento de los hechos ocurridos en los diferentes centros clandestinos. Con esta segunda línea de acción tuvo que ver el proceso judicial que culminó ayer focalizada en Automotores Orletti.

Finalizó ayer el primer juicio oral y público en la causa iniciado el 2 de junio de 2010 que investiga los delitos de lesa humanidad cometidos en el centro clandestino de detención y tortura Automotores Orletti y en el que había 33 casos de uruguayos (ver recuadro). Los imputados eran todos argentinos. En un principio eran seis: uno de ellos, Néstor Guillamondegui, fue absuelto durante el proceso y el otro, Rubén Visuara, murió en febrero. Raúl Guglielminetti, Eduardo Ruffo, Honorio Martínez Ruiz y Eduardo Cabanillas fueron condenados a varios años de prisión por numerosos delitos cometidos contra ex presos políticos en ese centro clandestino y este último fue sentenciado a cadena perpetua.

“Éste es un punto de encuentro más en el largo camino, en este caso desde el horror. El Estado argentino es absolutamente consciente de lo que ha pasado y quiere que la Justicia castigue”, dijo el embajador Dante Dovena a los presentes antes de conocer la sentencia del tribunal argentino en Comodoro Py. “Es un acto de homenaje a esa militancia uruguaya que pasó por ahí. Y Macarena Gelman es la figura emblemática”, dijo por su parte Eduardo Duhalde, secretario de Derechos Humanos en Argentina.

Escenas

“Carlos Rodríguez Mercader. Es uno de los 27 uruguayos traídos desde Argentina en octubre de 1976.” Así decía el cartel que Amelia llevaba con la foto de su hijo. Tras la lectura de la sentencia, Amelia se vio rodeada de numerosos estudiantes de quinto y sexto del liceo N° 15, a quienes contó su historia, la de su hijo. “Pero ahora, falta saber dónde está”, remató. Amelia contestaba con paciencia y contaba historia de otros, como la de Macarena Gelman y la de los hermanos Julien. “Eran todos jóvenes, así como ustedes”, decía. Los adolescentes la escucharon con atención e hicieron muchas preguntas. “Usted a luchado mucho, ha sido muy fuerte”, señaló una de las jóvenes. “Usted piense la culpa que deben sentir ahora [los imputados], porque eso queda todo en la cabeza”, añadió otra. Y Amalia sonrió: “Ellos no sienten culpa”.

Para Beatriz Barboza y Javier Peralta, dos sobrevivientes uruguayos de Orletti, fue un momento histórico aunque “la sensación de justicia” venga de Argentina. “Allá se ha avanzado mucho más”, enfatizaron. Mara Martínez, de la organización Madres y Familiares de Detenidos-Desparecidos, manifestó tristeza. “¿Por qué voy a celebrar? Esto no recupera lo que perdimos”, explicó a la diaria. Macarena, quien vive a dos orillas, un poco en cada país, ayer decidió quedarse en el nuestro. Cuando ya casi no quedaban medios de prensa, dos de las liceales se le acercaron. “Amelia nos contó su experiencia; queremos saber cómo te estás sintiendo vos en este momento”, interpelaron. “Demasiado emocionada como para expresarme”, alcanzó a decir.