La categorización que divide el movimiento sindical uruguayo entre “radicales” y “moderados” no resulta del todo útil para interpretar las últimas elecciones en AEBU y en ADEOM Montevideo, cuyos resultados se conocieron el fin de semana.

Para entender estos fenómenos complejos, en los que las poleas de transmisión no siempre son lineales, quizá sea mejor una mirada en las bisagras: el frente sindical del Partido Comunista del Uruguay (PCU) es uno de los grupos triunfadores en ADEOM -ni más ni menos que “en la era Ana Olivera”-, mientras que resultó ser el mayor derrotado en AEBU. En todo caso, bancarios y municipales castigaron en las urnas a las corrientes que condujeron dos de los conflictos más importantes de los últimos meses.

En ADEOM la lista 2011, una agrupación formada por las listas 5 y 112 en la que militan simpatizantes del PCU, el Movimiento de Participación Popular (MPP) y otros sectores frenteamplistas, obtuvo nueve de los 15 cargos del Consejo Ejecutivo, mientras que las listas 17-19.74, 307 y 1980, que hasta ahora tenía ocho cargos en el Ejecutivo, lograron seis (perdió uno la 307, liderada por Aníbal Varela, y otro la 19.74, que tenía uno). Para Camilo Clavijo, líder de la 2011, uno de los cambios que permitió el triunfo fue que aumentó la cantidad de votantes; de 54% de los habilitados que votó en 2009, esta vez participó 61%.

Para los dirigentes de la 2011, en el resultado influye el rechazo de muchos municipales a la conducción del último conflicto, que motivó el decreto de esencialidad por parte del gobierno de la comunista Olivera, lo que fue reconocido por el todavía secretario general de ADEOM, Aníbal Varela.

Álvaro Soto, líder de la lista 1980, interpreta la votación de otra manera. “Es resultado de una ofensiva política del gobierno para intentar quebrar la voluntad de lucha y establecer un copamiento del sindicato a través de las listas que tradicionalmente fueron afines al gobierno”, consideró.

Según dijo, el resultado no significa un rechazo a la conducción del último conflicto con la administración de Ana Olivera (PCU), sino que refleja “la intencionalidad política” y crea un nuevo problema: “La dirección ahora le tiene que reclamar a su camarada Olivera que cumpla con la plataforma, que retire las sanciones y la reglamentación sindical, lo que va a generar una contradicción entre los trabajadores sindicales y el gabinete”. Este resultado modificará el relacionamiento de ADEOM con la central sindical. De hecho, ayer las futuras autoridades participaron en el acto del PIT-CNT en Las Piedras, mientras que el actual presidente del gremio municipal, Soto, fue uno de los oradores del acto organizado por Tendencia Clasista y Combativa, al que convocaba ADEOM.

Para Clavijo, de cara al Congreso del PIT-CNT que se realizará en agosto, estos resultados son “un elemento positivo”, porque la mayoría de los delegados de ADEOM responderá a la 2011. “Fue un revés importante, porque algunos compañeros estaban decididos a dar un paso al costado y alejarse de la central, y ése no va a ser el sentir nuestro”, añadió. Para Soto, los resultados dificultarán el futuro del bloque sindical “opositor”, que, según dijo, enfrenta ahora una “crisis” a la interna de Adeom. “Es un golpe para la constitución de un bloque sindical que se establecía con una política independiente del gobierno, pero es episódico; la crisis no está instalada porque haya un bloque radical, está porque hay una política instalada contra los trabajadores”.

Para el dirigente del Partido de los Trabajadores, “ahora el problema es de ellos, porque es la realidad la que está generando esta situación, no una cabeza demoníaca conspirando contra el gobierno popular”, dijo, y explicó que el PIT-CNT y el PCU deberán resolver la “contradicción” de “luchar por la redistribución de la riqueza, mientras que su representante en el gobierno de Montevideo manda reprimir a los trabajadores y dice que no puede haber un convenio salarial, en una política absolutamente reaccionaria, procapitalista y antiobrera, que no se puede hacer en nombre del comunismo”.

Los juegos de la banca

La lista 98, afín a la corriente Articulación, resultó ser la gran triunfadora en las elecciones de AEBU. Según los datos divulgados el sábado, esta lista recuperó, después de seis años, la presidencia en la banca oficial, donde los dirigentes que condujeron el último conflicto recibieron un duro revés en las urnas.

La 98 se quedó con las presidencias del Consejo Central, en la que continuará Gustavo Pérez; del Consejo de Sector Financiero Oficial, que presidirá Gonzalo Pérez, y del Sector Financiero Privado, donde repetirá Elbio Monegal.

En el Consejo Central, la 98 obtuvo seis lugares: dos fueron para la 17 (PCU, Fidel y aliados), uno para la 1955 (MPP y Partido por la Victoria del Pueblo), uno para la 8103197987 (Asamblea Popular, Corriente de Izquierda y Partido Socialista de los Trabajadores) y uno para la 575, que participó por primera vez en las elecciones de AEBU, a instancias de funcionarios del Banco República (BROU) y del Banco de Seguros del Estado que han ingresado recientemente a esas instituciones.

El Consejo de Sector Financiero Oficial quedará integrado con cuatro representantes de la lista 98, dos de la 8103197987, dos de la 17, dos de la 575 y uno de la 33, mientras que en el Consejo de Sector Financiero Privado habrá nueve miembros de la 98, uno de la 1955 y otro de la 17.

Los dirigentes bancarios consultados interpretaron que la 575 capitalizó la mayoría del “desencanto” con la 17 -responsable de la conducción del último conflicto-, ya que la otra corriente que tuvo participación activa en esas medidas, la 810, mantuvo sus representantes en los organismos de conducción. En la 575 militan dirigentes de la Secretaría de Asuntos Sociales (SAS) del Partido Nacional y frenteamplistas independientes, y ya contaba con un delegado en la Representativa del BROU.

El dirigente Eduardo Mernier, del espacio 17, reconoce que su corriente pagó los costos del último conflicto en la banca oficial. “La mayoría de la gente no compartió cómo se desplegó este conflicto. No hablamos de una derrota porque fuimos minoría durante 20 años y mientras fuimos conducción alcanzamos pautas salariales importantes y mejoras en las condiciones de trabajo que tendrán que ser continuadas por la nueva dirección. Derrota sería no dejar ningún sello positivo para el gremio, pero en los números de las urnas sí hubo un retroceso significativo”, admitió.

Por su parte, Ricardo Ibarburu, de la 98, interpreta que los bancarios “claramente castigaron” a quienes llevaron adelante una “estrategia equivocada” en el conflicto, que todavía tiene pendiente una negociación del nuevo convenio colectivo. “AEBU había ganado prestigio en la población, no por parar el Clearing y dejar a la gente sin cobrar, sino por su capacidad para buscar soluciones sensatas a los problemas. En la búsqueda de la raíz de los problemas, nosotros hemos sido más radicales que nadie y hace tiempo que se sabe que la razón no la tiene el que más grita”, reflexionó el dirigente de Articulación. Sin embargo, en opinión de Ibarburu, los votos en blanco y anulados de esta elección deberían significar un “mensaje” para todas las corrientes sindicales de AEBU.