En algunos temas, Mujica ha anunciado medidas sin conversar previamente con los ministros involucrados. ¿Esto no muestra cierto nivel de descoordinación en el gobierno?

-Discrepo con el enfoque de la pregunta y con las conclusiones que se sacan a partir de allí. Creo que con cada tema que está en la agenda, el presidente sigue y va a seguir el camino institucional, y obviamente va a haber una participación de los ministros de las áreas involucradas para el desarrollo de la mejor solución al respecto. El presidente es muy activo en proponer agenda, lo cual está bien, es muy consciente de seguir los caminos institucionales, lo cual está muy bien, y es un presidente al que le gusta la discusión política profunda para poder resolver esos temas, lo cual también está bien. Ese mecanismo o formato de trabajo nos da muchas seguridades a los ministros. Y es un desafío también para nosotros ser propositivos y tener la capacidad para darle seguimiento a las iniciativas del presidente.

Lacalle planteaba esto como una crítica y decía que no se puede gobernar "tirando centros a la olla y que el que está más cerca cabecee".

-Todos los ministros, y eso lo podemos tener por seguro, han leído el programa del FA, y estos planteos que realiza Mujica están contenidos en el programa del FA.

Pero se generan hechos como que el vicepresidente salga a discrepar públicamente con el presidente. ¿Hay sectores dentro del FA que no están leyendo de la misma manera el programa?

-Yo no le puedo decir a la gente lo que tiene que leer entre líneas de la situación política, pero hay un direccionamiento claro de ambas partes de hacia dónde debe ir este tema (se refiere a la tributación al agro). Y eso es lo bueno. Estas visiones, las cuales no son tan antagónicas como para que no puedan quedar resumidas en una sola posición, forman parte de la discusión política.

¿Qué cambios deberían introducirse en la estructura del FA?

-No hay que olvidarse que este Frente que tenemos hoy es el FA que ganó las dos últimas elecciones con dos candidatos muy diferentes, que venían de grupos políticos distintos, entonces no hay que subestimar a este FA, que es hoy la fuerza política más importante y más fuerte que tiene el país. Hay que leer la realidad y en función de eso hacer los ajustes estructurales correspondientes, pero primero hay que convencerse de que son necesarios, y es algo que no puede hacerse a pesar de sino gracias a, es algo que tenemos que pensar todos juntos, y encontrar soluciones que sean las más efectivas para que la estructura sea el mejor instrumento para desarrollar los programas de izquierda.

¿Amerita reducir el peso de las bases en la estructura?

-Ésa es una ecuación que no me he planteado. En general tengo una excelente impresión del trabajo de los representantes de las bases.

¿Qué evaluación hace de lo sucedido con el interpretativo?

-Todavía no hemos terminado de ponderar todos los elementos, y por lo tanto decir que el error estuvo aquí o allá es impropio. Hay cosas positivas en este tema. Algo muy positivo fue la absoluta coherencia del FA a lo largo de todo el proceso. Dos plenarios aprobaron por unanimidad (el interpretativo) y surgen dos mandatos muy claros. Todo el FA actuó convencido, y aquellos que podían tener dudas actuaron con disciplina partidaria. Todo eso simplemente no alcanzó por una circunstancia específica. Acá hubo un tema de conciencia de un par de legisladores del FA, y las ponderaciones que se hagan de acuerdo a la conciencia de cada uno son imposibles de juzgar, y yo no lo hago ni me corresponde hacerlo, será el Frente el que valorará si corresponde alguna consideración sobre el compromiso político de esos casos.

¿Piensa que puede tener algún efecto para el FA?

-El tema está en la agenda política del FA, y el FA va a pensar soluciones o alternativas en función de todos los hijos que fue pariendo la ley interpretativa a lo largo de este tiempo, que algunos de ellos son muy de recibo. Pero hay un tema también, y es que la agenda del país se renueva permanentemente, sin perjuicio de que esto tenga continuidad en su tratamiento por los canales correspondientes. Hay temas como educación, vivienda, pobreza, seguridad. Hay que continuar pensando soluciones pero no trancar la agenda, porque tiene que haber resultados en todas estas áreas.

¿Lo sucedido podría tener efectos en la disciplina partidaria de la bancada del FA?

-No. Existe un compromiso político y una conciencia política que hace que eso no vaya a suceder.

¿La no aprobación del interpretativo generó desilusión en la militancia del FA?

-La lectura de los datos de la realidad y del estado de ánimo de la gente surge claramente expresada en las 100.000 personas que fueron a la Marcha del Silencio. Fue una movilización muy grande, desde que estamos en el gobierno fue la manifestación más grande de este tipo, y hay que leer ese dato de la realidad e interpretarlo adecuadamente.

¿Cómo lo interpreta usted?

-Que se trata de un tema vigente en la agenda política nacional.