El Plenario de Mujeres del Uruguay (Plemuu) gestiona desde 2005 diversos servicios en el Centro Hospitalario Pereyra Rossell (CHPR). Carmen Tornaría, directiva de la fundación, recordó que llegaron a gestionar esos servicios porque “el hospital nos plantea que la empresa que estaba a cargo se había ido, que estaban en crisis y pidieron ayuda por unos meses. Nos hicimos cargo y fuimos descubriendo que la mayoría de la gente no estaba en caja, tenían uniformes de papel, ganaban 11 pesos la hora y los llevaban a trabajar al Shopping de Tres Cruces en horario de trabajo”.
Agregó que en poco tiempo se hicieron muchos arreglos y que luego Plemuu ganó una licitación. “Ahí pusieron como requisito que los trabajadores tenían que ganar el salario mínimo de Salud Pública. A los 5 meses nos llevamos la sorpresa de que había una bolsa de trabajo, y que por un acuerdo no escrito, sólo podía estar integrada por familiares de funcionarios de Salud Pública. Empezamos a tener buena relación con el gremio y se acordó que el programa fuera educativo laboral, para capacitar a la gente. Luego logramos abrir la bolsa de trabajo a egresados de los proyectos del Mides, nosotros tenemos Uruguay Trabaja y Proimujer. También empezamos a capacitar a la gente, hicimos un acuerdo con la Facultad de Enfermería y hacemos cursos, hay 200 ya titulados”.
Plemuu además gestiona la limpieza y tisanería en el Portal Amarillo y en el Hospital de Colonia. Según Tornaría “desde un principio sabíamos que el gremio reivindicaba pasar a ser funcionarios públicos y si lo logran nos retiramos. Bienvenido, si es para mejor”. Tornaría asegura que se cumplen todos los términos de la licitación y se trabaja “codo a codo” con la FFSP buscando soluciones, y que este modelo de gestión podría trasladarse a otros centros. Para eso, según dijo, deberían hacerse modificaciones legales para que las licitaciones apuntaran hacia estas propuestas socio-educativas sin fines de lucro.
Plemuu recibe una partida de ASSE por la gestión y realiza una transferencia para pagar salarios de los trabajadores, compra de insumos y una “parte ínfima” para gastos administrativos. “No da para nada más, por esta razón siempre vamos a ganar las licitaciones, porque no lucramos con esto. Es un dolor de cabeza”, precisa Tornaría.