El presidente José Mujica se comunicó ayer de mañana con los ministros de Transporte (Enrique Pintado), Vivienda (Graciela Muslera) y Turismo (Héctor Lescano). Era para desmentir las versiones de prensa que especulaban en cuanto a que podrían ser removidos, tras los cambios anunciados el lunes en las carteras de Desarrollo Social y Salud Pública. "Fue categórico el presidente. Nos dijo a los tres que no iba a haber cambios en el gabinete, al menos de sus titulares. Comentó que depositaba total confianza, que comprendía que estas versiones debilitaban y que ni siquiera lo había pensado", dijo Lescano a la diaria. Los ministerios de Salud Pública y Desarrollo Social iniciaron ayer una etapa de transición (ver recuadro), y para este viernes está convocado nuevamente el Consejo de Ministros, a pedido de la ministra saliente, la comunista Ana Vignoli, quien se enteró de su remoción el mismo lunes, durante la reunión del Gabinete Social. "Uno desearía, como compañero de equipo, que la forma de enterarse no haya sido tan sorpresiva, pero hay que creerle al presidente que el cambio está vinculado a las características personales y técnicas de Olesker, que en el gabinete social ya ejercía una suerte de liderazgo", agregó el titular de Turismo y Deporte.
-¿Qué piensa de las críticas al estilo de Mujica de manejar los temas de agenda?
-Son estilos, cuestiones personales que a esta altura de la vida son muy difíciles de cambiar. Pero así son las cosas. El otro día en el Consejo de Ministros también hubo un momento muy especial cuando la ministra [por Vignoli] se enteró de que se retiraba. Uno a veces desearía que las cosas fueran diferentes en términos de la forma, y quizá es algo que se puede conversar. Con el presidente Mujica se puede, incluso en reuniones colectivas, expresar estas cosas con mucha franqueza, tanto en temas de forma como en cuestiones de fondo. No hay ningún impedimento.
En agenda
Para el ministro Lescano "es probable" que el gobierno esté "sobrecargado de iniciativas", aunque no considera que esa agenda demasiado abierta "esté interfiriendo en los temas fundamentales de la gestión". "Hay sectores desanimados, pero en estos momentos siempre hay que bucear en las responsabilidades colectivas, que es la forma de superar este momento de crisis de una coalición con características únicas como el Frente Amplio". El PCU, según Lescano, tiene derecho a reclamar, pero teniendo claro que los dos gobiernos frenteamplistas "no han hecho nada contra el programa y han cumplido con él". "El corazón del programa del crecimiento con equidad se cumplió y se viene cumpliendo. Es probable que a muchos nos esté costando asumir el rol de gobierno, que implica una responsabilidad muy grande", agregó.
-Entre algunos militantes hay desilusión por cómo se plantean los temas. ¿Qué opina?
-Es algo que comprendo, por cierto que comprendo esa sensación. No es un momento para mirar las cosas con exitismo, porque en el FA tenemos cuestiones que hay que encarar con un debate muy franco, en términos programáticos e ideológicos. La comisión de programa está funcionando activamente y es un ámbito de contribución a la mirada de mediano y largo plazo, y también sobre los temas de reestructura tiene que haber un debate que apunte a fortalecer la democracia interna. La unidad frenteamplista está atravesando dificultades, y es por todos conocido lo que ha pasado estos días, pero no son problemas que puedan achacarse a las actitudes formales del presidente. Eso sería minimizar un problema que tiene cuestiones de fondo, y con las otras actitudes hay que aprender a convivir. Se podrá compartir el estilo o no, pero uno lo termina aceptando.
-¿Qué balance hace de todo el episodio vinculado a Tenfield y a la reunión de Mujica con jerarcas de esa empresa?
-Sobre el tema de Tenfield tuve un diálogo con el presidente Mujica anterior al diferendo con Nelson Gutiérrez y habíamos coincidido en que la extensión del contrato hasta 2021 era algo preocupante. Después mantuvimos el entredicho con Gutiérrez, en base a posiciones mías que tampoco son nuevas, y después de eso no volvimos a hablar con el presidente. Cuando el vicepresidente Astori planteó en el Consejo de Ministros una expresión de solidaridad por el ataque de la gente de Tenfield hacia mi persona, sobre todo en cuanto al agravio a aspectos morales, el presidente se sumó a la solidaridad. Luego efectivamente pasó eso, la reunión fue un hecho público. Él se puede reunir con quien le parezca. El presidente estaba buscando lo mejor para los intereses colectivos, y en cuanto a que esa posición mía pueda significar un problema, hoy cuando se comunicó conmigo fue categórico y despejó todas esas dudas.
-¿Cómo tomó que el ministro [del Interior, Eduardo] Bonomi haya participado en esa reunión con Tenfield?
-Si usted me pregunta si quedé conforme con esa situación, le respondo que desde luego que no. Realmente no me gustó no estar enterado de esa reunión. Pero últimamente tengo claro que para muchos de estos temas tampoco sería sensato pedir exclusividades para una cartera. Bonomi viene haciendo una muy buena gestión y tanto el Ministerio de Turismo como la Dirección Nacional de Deporte siguen teniendo plena competencia en la gestión de todos los temas deportivos y sus aspectos macro. Y para seguir adelante, hoy he sentido un respaldo fuerte y cálido del presidente.
-¿Pero se ha sentido incómodo ante estas situaciones?
-Sí, me he sentido incómodo. No es algo que pueda negar. Todos tenemos límites, de manera que incómodo sí me he sentido. Pero si yo sintiera que algunas actitudes están interfiriendo de manera importante en la gestión y en las políticas que pretendemos llevar adelante, sabría muy bien qué hacer. Incómodo me he sentido, la pregunta es si ese grado de incomodidad ha sido tal que me haya sentido perjudicado en el ejercicio de la tarea. Son cosas que quizá puedan debilitar la fuerza de nuestro discurso público, pero no siento que estén afectando la continuidad de una política macro.
-¿La incomodidad fue mayor en estos 15 meses que en todo el período de Tabaré Vázquez?
-En los hechos concretos que se han señalado, como no participar en algunas actividades del presidente vinculadas a lo deportivo, la respuesta es sí. Es un hecho nuevo, efectivamente. Pero son cosas que hay que ubicar en sus justos términos; son estilos personales y el presidente tiene derecho. Como siento que no afecta lo fundamental de una gestión, estamos tratando de hacer un esfuerzo para construir una política nacional de turismo. Hasta que el presidente disponga lo contrario o hasta que uno sienta que ha llegado a su límite.