-¿Está en riesgo la reforma de la salud?

-Los grandes opositores de la reforma son los sectores empresariales que ven la salud como un gran negocio y no como un derecho social. La reforma correría riesgos si el Ministerio de Salud Pública [MSP] cede a las presiones de esos sectores, algo que hasta ahora no ha sucedido, y tanto Olesker como Venegas garantizan que se continúe en esa línea. Para que la reforma avance, el MSP tiene que tener claro que sus principales aliados somos los trabajadores, y no hay que tener miedo a decirlo.

-Sin embargo, el ministro Olesker ha dicho que los representantes sociales en ASSE no se han integrado a la visión de la reforma de la salud.

-La Junta Nacional de la Salud [Junasa] sólo discute cuál es la gestión en el sector privado, aunque en un sistema integrado la Junasa y la Junta de Descentralización de ASSE deberían estar en el mismo ámbito de discusión política. El PIT-CNT invitó hace poco a Alfredo Silva [representante de los trabajadores en ASSE] y acordamos un ámbito de coordinación entre públicos y privados para definir las políticas sindicales respecto a la reforma. Sé que hay diferencias y tiranteces, pero no creo que el tema mejore con un cambio de autoridades de ASSE. Algunos compañeros siguen enunciando que quieren un sistema de salud distinto a éste, pero creo que antes hay que profundizar el actual. Me parece poco claro hablar de un sistema estatal de salud sin profundizar antes lo que tenemos.

-En el Partido Comunista del Uruguay (PCU) cuestionaron la forma en que se removió a Ana Vignoli del Ministerio de Desarrollo Social. ¿Qué opina?

-Creo que ni calvo ni con dos pelucas. En su momento dije que el mejor candidato para la presidencia era Danilo Astori, pero no me parece bien que ahora se pueda culpar por todos los males al presidente Mujica. En mi opinión, son varios los que tendrían que hacer una autocrítica, porque acá se planteó que con Mujica íbamos a un gobierno más hacia la izquierda. ¿Y ahora cómo resulta que en menos de dos años algunos compañeros ya están tan decepcionados? El presidente en la campaña ya era muy claro: el PCU hablaba de un Frigorífico Nacional y Mujica decía que no estaba en los planes. Él no cambió su discurso en nada. El problema arranca cuando la dirección mayoritaria del PCU decide que el gobierno está en disputa, durante el gobierno de Tabaré, y a partir de eso llegamos a los problemas actuales. Este gobierno no está en disputa, está en construcción y tendencialmente favorece a las mayorías populares.

-¿No comparte las críticas comunistas a la Ley de Participación Público Privada (PPP)?

-La ley no es ni privatizadora ni neoliberal, y está lejos de parecerse a la Ley de Empresas Públicas, de 1992. La mayoría del movimiento sindical no conoce los contenidos de la ley, y ahora vamos a discutir un paro sin discutir qué implica. Esto va a profundizar diferencias y a aislar al movimiento sindical de la sociedad uruguaya, como nos pasó el año pasado, con los conflictos en AEBU y ADEOM. Quienes nos identificamos con el marxismo sabemos que para modificar la realidad primero hay que conocerla. Decir que esta ley entrega la soberanía es una afirmación muy gruesa; si fuera así ya no tendría razón de ser nuestra presencia en el Frente Amplio [FA]. ¿Qué hacemos en un gobierno que entrega la soberanía?

-¿Hay gente del PCU que debería repensar si forma parte del FA?

-Hay posiciones divergentes que no pueden dejar de reconocerse, a pesar de que algunos quieran ponernos un bozal o mandarnos siempre comisión control. No creo que en el PCU haya compañeros que estén pensando en dejar el FA, pero si alguien está en ésa debería saber que quien dejará de ser comunista es él y no quienes pensamos distinto. De mí han dicho que tengo una tendencia socialdemócrata, pero si de catalogar se trata, lo que estoy viendo, en algunos casos, es una tendencia hacia el obrerismo, hacia el izquierdismo, y ya aprendimos con Lenin que ésa es una enfermedad infantil. En mi caso, criticaba cosas de lo que podía ser este gobierno mientras la dirección del PCU se abrazaba a Mujica y salía con él a andar en bicicleta, y por lo tanto siento que he actuado con coherencia.