Los directores reconocieron que la propuesta "removió” el debate político, más aun luego de la reunión que tuvo Cardoso con el presidente José Mujica, tras la cual le pidió al ministro de Industria, Roberto Kreimerman, que iniciara una ronda de contactos políticos para analizar la posibilidad de que el Estado obtenga mayores ganancias de la explotación minera.

"Compartimos la inquietud, pero tenemos que ver el aspecto técnico y jurídico en aplicación de la Ley de Minería ([15.242]”, opinó el senador Sergio Abreu (Alianza Nacional -AN-, PN). "La propuesta es muy interesante y nos hace replantear el tema de fondo, qué tipo de país queremos, cómo vamos a defender nuestros recursos naturales, proyectados en un mundo que compite por esos recursos", consideró Abreu, que agregó que el partido "tiene que tomar como punto central una visión moderna de nacionalismo". El líder de AN, Jorge Larrañaga, planteó por su parte que "no es necesario acudir a una ley de nacionalización", ya que la actual Ley de Minería prevé la posibilidad de que el Estado determine para sí la Reserva Minera de determinadas áreas con potencial explotación minera, y habilita a que realice llamados a licitación para la explotación del recurso. Cardoso dijo a la diaria que prefiere el camino de la nacionalización, porque "asegura la propiedad del mineral en cualquier circunstancia. Es el procedimiento que tiene respaldo internacional y nos evita cualquier discusión con la empresa", argumentó.

El senador Eber da Rosa (AN, PN) alertó, sin embargo, que no es conveniente asumir posturas "duras o radicales" en contra de este tipo de inversiones. "Recuerdo cuando en el 91 el gobierno del PN defendió, contra la oposición del Frente Amplio, proyectos mineros en Rivera y en San José. Hay que ser coherente, no se puede asumir un discurso que el FA asumía antes, que eran opositores radicales y pretendían que las reservas sean sólo explotadas por el Estado, cuando sabemos que el Estado no tiene medios, ni recursos ni la tecnología para poder hacerlo", argumentó, aunque hizo el matiz aclarando que la propuesta de Cardoso consiste en nacionalizar el recurso minero pero dejar en manos de privados su explotación. "Hay que resguardar el interés nacional de buscar la mayor ganancia posible, pero tampoco asumir una posición demasiado fundamentalista en contra de la inversión olvidando que cuando fuimos gobierno defendimos la importancia de la inversión privada en la minería", resumió.

Antes de hablar de plata

Otros reparos provinieron desde quienes manifiestan preocupación por el impacto ambiental. “El tema ambiental y el territorial son necesariamente previos a la discusión sobre 'el negocio', y el Estado no me da ninguna garantía de que no fuera a contaminar”, señaló, por ejemplo, el diputado Gerardo Amarilla (Unidad Nacional, PN), quien recordó que “el último accidente ambiental lo hizo ANCAP”, en relación al derrame de petróleo en el arroyo Solís Grande. “Que sea nacionalizada [la explotación del hierro] no me da garantías de que no haya más contaminación”, agregó el diputado de Rivera, que interpeló el jueves 14 de julio a tres ministros por el caso de Aratirí.

En ese mismo sentido, el senador Francisco Gallinal (Una, PN) dijo ayer que “no pueden convivir un país megaminero con un país agroexportador y natural”. Además, Amarilla planteó que en caso de que se hable de nacionalizar el hierro, se debería incluir los gobiernos departamentales. “El artículo 262 de la Constitución establece la posibilidad de que las intendencias puedan emprender actividades en los territorios de su departamento, éste sería un emprendimiento que se da en cinco departamentos, y por ahí pueden generar algún proyecto”, propuso.

El presidente del directorio, Luis Alberto Heber, explicó además que el grupo de trabajo, que se formará en esta semana, convocará a los intendentes blancos de los cinco departamentos implicados en el proyecto de la minera Aratirí (Durazno, Treinta y Tres, Florida, Lavalleja y Rocha) para conocer la opinión de las poblaciones de la zona. Cardoso, quien se reunirá hoy con el Partido Independiente y en los próximos días con el Partido Colorado, se mostró conforme con la presentación. Dijo que este debate es “un proceso”: “Sabíamos que no iba a haber una ola de aplausos”, reconoció.