Con motivo del "bicentenario de la emancipación del pueblo oriental", la Cámara Nacional de Comercio y Servicios del Uruguay (CNCS) organizó una conferencia con los cuatro ex presidentes de la República, a los que se sumaron el actual vicepresidente, Danilo Astori, el presidente de la CNCS, Marcelo Lombardi, y el ex diplomático uruguayo Julio Lacarte Muro, quien es directivo de la gremial empresarial. Quien no pudo asistir por "compromisos internacionales" fue el ex presidente Julio María Sanguinetti, quien envió un breve video que fue emitido para todo el auditorio, en el que destacó que el artiguismo "defendió la libertad de comercio", algo que está "en la base de nuestra propia existencia independiente".

"Como estamos a pocas horas de la Noche de la Nostalgia es bueno recordar el pasado para ver qué tan ilustrativo puede ser en cuanto a lo que tenemos que hacer", arrancó su oratoria Jorge Batlle. Tras una suerte de retrospectiva histórica, el ex presidente recordó la maltrecha suerte del país en el siglo XIX: “¿Qué podía hacer ese país en ese siglo para ambientar la gloriosa expansión del siglo XX? Por sí mismo, poco, capital casi ninguno, fuerza social poca, partidos políticos, incipientes y organizaciones sindicales, ninguna. No había fuerza propia. Pero, ¿cómo hizo? Muy simple, abrió las puertas a quien quería venir a trabajar a traer conocimientos, tecnología, del comercio y de la ganadería, el lanar", explicó. Y realizó una extensa enumeración de empresas extranjeras que se asentaron en el país durante los siglos XIX y XX.

"Cuándo no había entidades sólidas, la apertura le permitió al país consolidarse y tener 3.000 kilómetros de vía férrea, agua potable, gas, comunicaciones y electricidad", ejemplificó, y agregó: "De todos estos señores que se asentaron en ese momento, dueños del 50 o de 60% de los campos del Uruguay, ninguno se llevó nada para Inglaterra, la tierra está toda acá y sus hijos, nietos y bisnietos son todos orientales de pura cepa". “¿No será el momento para que todos nos juntemos a hacer lo mismo en los próximos años y la nostalgia se mantenga viva en una realidad formidable?”, remató.

Luego llegó el turno de Luis Alberto Lacalle, quien apuntaló directamente contra el gobierno. El nacionalista comenzó argumentando que este "bicentenario" no se aprovechó del todo, ya que "deberíamos haber hecho mucho más hincapié en lo que representa esta fecha" para así "fortalecer el sentido de pertenencia a la República Oriental". Al igual que Batlle, Lacalle se adentró en los siglos XIX y XX, cuando "con el influjo de la emigración vinieron aquí y se encontraron con libertad casi plena. No molestaba demasiado el Estado, era posible hacerse rico. Traían fuerza, ganas de trabajar y confianza de que el futuro iba a ser mejor. Y todas esas fuerzas encontraron espacio para desarrollarse, porque no había demasiado gobierno, sino el necesario".

Tras el recuerdo histórico, el nacionalista recordó que el país buscó el Mercosur para lograr "enclaves de libertad comercial". "Económico y comercial tenía que ser y nada más, y no tenía que incluir ingredientes de carácter político porque no tenemos necesidad ni conveniencia, queremos comercio libre y no lo tenemos, no se ha cumplido cabalmente con él", opinó. "Necesitamos que se haga verdad esto y que las mercaderías entren a Brasil y Argentina sin preocupación, eso hoy no es cierto en un 100% y es nuestra lucha hoy por la independencia", sostuvo.

Nosotros lo hicimos

Siguió la oratoria Tabaré Vázquez, quien tras sugerir a Batlle que oficie como delegado ante el PIT-CNT en el “sindicato de ex presidentes”, dijo que iba a hablar a título personal por entender que no era parte del gobierno y sólo era “un frenteamplista más”. Según dijo, la estabilidad democrática, la existencia de un proyecto estratégico y la consistencia y confiabilidad de su manejo permitieron a la economía uruguaya resistir los efectos del desplome financiero de 2008, e incluso “avanzar cuali y cuantitativamente en la sustentabilidad del crecimiento”, mediante la “reducción de la pobreza e indigencia, una distribución más equitativa del ingreso y mejores indicadores del trabajo”.

Tras destacar el avance de las inversiones y exportaciones en el país a niveles “nunca antes alcanzados”, el presidente dijo que “no somos inmunes a las turbulencias de la economía mundial pero no estamos inermes o desprotegidos ante las mismas, por lo que creo que no debemos caer ni en el “aquí no pasa nada”, ni tampoco en el “esto es el fin del mundo”.

Astori, en tanto, enfatizó que en Uruguay existen lineamientos fundamentales presentes en estos 200 años: “La apertura es el camino de la grandeza de Uruguay”. Según argumentó el vicepresidente, en los tiempos que corren “la inserción internacional ha cambiado muchísimo: el país está recientemente conectado a áreas del mundo que han vivido esta crisis actual de una manera totalmente diferente a como la están y seguirán viviendo los epicentros de esas crisis, y esto hay que valorarlo como un instrumento fundamental para que Uruguay supere estos años difíciles”. También destacó que “el país se ha preparado financieramente para no tener malas noticias en los próximos tiempos, pero la diversificación comercial también es un activo fundamental que le permite disminuir riesgos y aprovechar oportunidades, aun en estos tiempos tormentosos”.