Por lo menos desde junio, la senadora emepepista Lucía Topolansky se ha convertido en la abanderada de los frenteamplistas que reclaman un medio o espacio de comunicación propio para poder difundir su visión sobre la actuación del gobierno, entre otros temas. El 25 de agosto, en los comités de base que recorrió, Topolansky lanzó nuevamente su idea de que el FA tenga, al menos, un espacio radial o televisivo de 15 minutos. La senadora considera que hay medios en la región que atacan a los gobiernos "progresistas" y "mienten flagrantemente". Su idea tuvo buena acogida en los comités. "Sí, eso es lo que precisamos", coincidió un militante del Comité 1º de mayo, y varios asintieron con la cabeza.

Actualmente, el FA cuenta sólo con una página y un canal en internet. El presidente de la Comisión Nacional de Propaganda de la coalición de izquierda, Jorge Galzerano, opinó que "en términos generales, la idea [de un espacio propio] está bien", pero apuntó que el FA tiene un problema previo a resolver. "El problema que al Frente siempre se le ha planteado es cómo definir la opinión oficial, porque no es un partido sino que es un movimiento que conjuga distintas visiones, debe representar a todos los sectores, y no es sencillo el resumen. En eso hay que afinar mucho", señaló.

Consideró, no obstante, que los problemas del FA en materia comunicacional no pasan sólo por la carencia de un medio propio, sino por la falta de "unicidad en el mensaje". "Ahí tenemos un déficit. Hay distintas formas de entender las cosas que conspiran contra la unicidad del mensaje, ésa es una de las principales carencias del FA. Hay que ver de qué manera somos capaces de unificar el mensaje para lograr mayor impacto", evaluó.

La Comisión de Reestructura del FA abordará los asuntos vinculados con la movilización y la comunicación después de discutir el tema estatutario, aseguró el senador Carlos Baráibar (Asamblea Uruguay). Para Baráibar, es necesario disponer de un espacio radial y de un periódico semanal "que pueda expresar la opinión del FA y marcar más presencia". "Acá se discutió muchísimo Telesur. Y es un excelente canal, tiene una visión perfilada de izquierda pero informa de hechos que en ningún otro lado salen. Esa visión alternativa en este país está faltando", evaluó.

Coincidió con Galzerano en que la falta de unicidad en los mensajes es "uno de los problemas por los cuales el FA no ha tenido una publicación", pero estimó que no es "insalvable". Opinó que una vía para hacerlo es evitar "meterse en las polémicas internas".

Desunidad de comunicación

El dirigente comunista Miguel Seballe, que también integra la Comisión de Reestructura de la fuerza política, coincidió en la necesidad de difundir un mensaje propio, pero acotó que ésta está “supeditada a los acuerdos políticos”. “Ése es el mayor problema. Nadie se niega a un medio de comunicación propio, el problema es el contenido. No nos parece correcto un medio que más que dar información sea de inducción de hacia dónde debería ir la gente. Si reflejamos sólo determinadas visiones allí, sería un problema”, opinó.

Al respecto, recordó el proyecto de la Unidad de Comunicación presentado por Requena (Partido Socialista) en 2009, y señaló que en ese caso “no se concretó el proyecto original porque no se acordaron los contenidos” por “contradicciones en el FA”.

El proyecto presentado por Requena planteaba el desarrollo de un plan estratégico de comunicación, la necesidad de reposicionar la imagen institucional del FA, proponía un cambio en el relacionamiento con los trabajadores de los medios, realizar una cobertura propia de las actividades de la fuerza política, crear un archivo de imágenes, elaborar una revista semanal de prensa, desarrollar la comunicación digital, entre otras propuestas.

“No habilitaron ni el 5% de las cosas que nos planteamos y que se aprobaron en la Mesa Política. Lo bloquearon porque el FA es una fuerza compleja y prefirieron los trascendidos. Y hay sectores que bloquean antes de conocer, como pasó con el Partido Comunista”, afirmó. Aseguró que cuando ingresó a la unidad, el FA no tenía en su poder “ni una sola fotografía del acto del 26 de marzo de 1971”; eso se debe en parte a “la fragmentación y a que hay una cabeza mezquina en cuanto a la información”.

Requena renunció cuando finalizó la campaña electoral de 2009, cuando el proyecto ya estaba “bloqueado”, “fagocitado por la propia dinámica interna del FA, por esa cuestión de control sin nivel, de control muy a ras del suelo”. “El FA es una fuerza incomunicada, pero autoincomunicada”, concluyó.