La decisión de la Junta Departamental capitalina de derogar el artículo del decreto que establecía que 15% de los cupos de los llamados laborales deberían sortearse entre hijos de funcionarios municipales fue criticada por ADEOM Montevideo. El secretario general del gremio, Emiliano Planells, señaló, en diálogo con la diaria, que “nunca se convocó al sindicato para discutir este tema” y cuestionó la oportunidad elegida para resolver el tema: “Quisieron aprovechar que el sindicato parece que no es muy bien visto, pero lo hicieron justo cuando estamos negociando un convenio colectivo y pensábamos que las cosas estaban yendo bien. Lo que hacen es calentar el ambiente”.
Planells dijo que los hijos de los funcionarios “tenían que competir como todos los demás que concursaban y muchos quedaron afuera”. “Nos gustaría que se discutieran también otros cargos. En la intendencia cada cargo político que asume trae sus secretarios de confianza y después muchos terminan siendo presupuestados; en esos casos no hay sorteos ni concursos”. En uno de los últimos llamados para personal administrativo no solamente había un cupo fijo para hijos de municipales sino también para jóvenes que estuvieran atendidos por el Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay.
Este tipo de acuerdos entre sindicatos y la administración pública no es común. El presidente de la Federación de ANCAP, Artigas González, reconoció que hace unos años, durante la administración Vázquez, “hubo un planteo similar en el sindicato”. “Pero lo llevamos a discusión y no prosperó. Estamos en contra porque todos los ciudadanos tienen el mismo derecho a trabajar que los hijos de los funcionarios”, argumentó. En algunas intendencias del interior del país aún están reclamando que haya llamados públicos abiertos como forma de incorporar personal. En Tacuarembó, por ejemplo, “los que entran lo siguen haciendo en forma digitada”. “Hemos impulsado los sorteos y concursos pero no pasó nada”, sostuvo Óscar Pedrozo, presidente del sindicato municipal tacuaremboense.
En otros casos, lo más parecido a lo que sucedía en Montevideo es que los hijos o cónyuges de funcionarios municipales que fallecen mientras son trabajadores activos pueden acceder al puesto laboral que mantenía a la familia. En Salto, a fines del año pasado, la intendencia contrató a la cónyuge de un municipal que falleció asesinado en un altercado. Si bien esto no está reglamentado, la joven viuda y madre de una pequeña niña no tenía otro ingreso que el de su marido y por eso fue incorporada. Según el ex presidente de ADEOM Salto Julio Ifrán, “no hemos logrado que esto sea para todos, a pesar de que lo hemos venido peleando desde hace tiempo; eso fue porque el intendente quería quedar bien”.
En Canelones existió hace años una normativa similar a la de Montevideo, pero desde que la administración Carámbula comenzó a hacer llamados y sorteos públicos no hay ninguna preferencia, señalaron desde el sindicato canario. El presidente de ADEOM Colonia, Javier Hernández, dijo que en su departamento tampoco existe este tipo de mecanismos. Añadió que hace poco se empezaron a hacer llamados públicos para incorporar personal y que desde el gremio reclaman “que cuando se daban situaciones de fallecimiento y la persona está trabajando que se tome a un hijo o familiar, si están en situación crítica”.
La situación más peculiar es la de Florida. El último presupuesto quinquenal aprobado prevé que 50% de las vacantes del sector Vialidad sea ocupado por hijos de funcionarios. “Como acá no hay quien enseñe a manejar una motoniveladora y esas máquinas complicadas, entendemos que los familiares van a ser los que instruyan a sus hijos, y así se mantiene el conocimiento”, argumentó Nelson Blanchet, de ADEOM Florida.
Este novedoso sistema fue aprobado con los votos del Partido Nacional y Colorado y con la oposición del Frente Amplio. El edil Alejo Pérez (MPP-Florida) dijo: “Nosotros planteamos que esto era como volver a tiempos medievales en que los padres les enseñaban el oficio a los hijos; propusimos que los trabajadores de vialidad enseñaran en algún centro lo que saben hacer a todos los que les interese, pero los que aprobaron esto lo argumentaron diciendo que en Montevideo se hacía [...] y ahora se deroga”.