Tras declarar ante la Justicia, los “peludos” de la Unión de Trabajadores Azucareros de Artigas (UTAA) abandonaron ayer las 530 hectáreas que ocupaban desde la semana pasada (en la localidad de Cainsa, Bella Unión) pertenecientes a un propietario que califican como “usurero”.

El dirigente Jorge Rodas informó que la medida tenía como finalidad “llamar la atención” sobre los reclamos del sindicato: porciones de tierra para que los trabajadores rurales puedan trabajarla y, en esa misma línea, que se tenga en cuenta el proyecto productivo que hicieron ante el Instituto Nacional de Colonización (INC), la Oficina de Planeamiento y Presupuesto y el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca. “Los asalariados rurales tienen derecho a tener un pedazo de tierra para salir de la esclavitud en la que actualmente viven, laburando por 300 pesos por día de sol a sol y sujetos a la zafralidad”, resumió Rodas.

Según explicó el dirigente, su declaración ante la Justicia incluyó las reivindicaciones del sindicato, al tiempo que aseguró que su permanencia en el terreno no era permanente, sino parte de una medida de protesta. Por la tarde, el juez Enrique Falco recorrió el territorio ocupado para constatar que la ocupación había sido levantada. El magistrado se expedirá hoy sobre la situación legal de los dirigentes.

En la misma tarde el sindicato se reunión en asamblea y aprobó nuevas medidas que no se hicieron públicas. Rodas explicó que éstas tendrán una “duración no muy prolongada” y se focalizarán en Bella Unión y en Montevideo. El dirigente también desestimó volver a recurrir a la desocupación: “Quizá a la figura de la ocupación no hay que desgastarla mucho”, deslizó.

El presidente del INC, Andrés Berterreche, evaluó positivamente el proyecto presentado por la UTAA. “Les manifestamos nuestra conformidad con lo que nos plantearon y les dijimos que, en la medida de nuestras posibilidades, le íbamos a dar solución a ese proyecto, pero recién lo presentaron en diciembre pasado y no ha habido mucho tiempo para atender estos requerimientos”, explicó. El proyecto, según describió, especifica cuánta caña se produciría, cómo se haría la gestión de los predios que aspiran a usufructuar y cuál sería la relación del sindicato con las diversas instituciones del Estado, formando así una cooperativa. “Pedían 2.000 hectáreas, y como no las tenemos les preguntamos si la propuesta era 'todo o nada' y nos dijeron que podían ir previendo el ingreso de grupos gradualmente, según la cantidad de tierra de que se dispusiera”, recordó. “Se les dijo que se iba a trabajar sobre la base de ese proyecto, pero les comunicamos que no iba a ser la situación que de allí a tres días consiguiéramos la tierra”, comentó.

Berterreche se refirió también a otra ocupación que ha habido en el norte del país, que sí se ha hecho en un territorio del INC. “Me plantearon lo mismo que la UTAA en junio, y yo les dije que el INC no puede atender a 25 microfracciones diferentes, sino un solo plan. Tienen que juntarse todos y conseguir un interlocutor”, aseguró.

El jerarca resumió que “lo importante es que hay un Poder Ejecutivo que está a favor de darles tierras a los asalariados rurales y también a los asalariados rurales organizados alrededor de la caña de azúcar; eso no está en discusión”. Sin embargo, agregó: “Parece que la gente se olvida de que creamos la Colonia Raúl Sendic [en 2010] con 2.000 hectáreas y 55 familias adentro”. “Vamos a seguir trabajando en esa línea y se va a seguir haciendo esto en la medida de nuestras posibilidades, pero esto no es sólo voluntad, y también el INC debe atender a todo el país”, resumió, en referencia a la disponibilidad de tierras que tiene el instituto.