El ministro de Defensa Nacional, Eleuterio Fernández Huidobro, inauguró ayer la X Conferencia de Ministros de Defensa de las Américas (CMDA), de la que es presidente pro témpore. La actividad se desarrolla en el hotel Conrad de Punta del Este hasta mañana, con la participación de delegaciones de 28 países de las tres Américas y el Caribe.

Playa brava

Un inusual operativo de seguridad montado por efectivos militares y policiales se desplegó en la península, en particular en los alrededores del hotel Conrad. Hasta los asiduos visitantes del hotel y de su casino debieron someterse a extremas medidas de seguridad que alteraron las entradas, los estacionamientos y el ingreso al cinco estrellas.

La presencia de alguna batería costera apuntando al mar o de la Brigada Antiexplosivos del Servicio de Material y Armamento del Ejército con su esfera blindada no parece ser para disuadir manifestaciones como la organizada por Plenaria Memoria y Justicia. En la mañana de ayer, una veintena de activistas se congregaron frente al Conrad para repudiar la conferencia con pancartas que decían “yanquis go home” y banderas con la imagen de Ernesto Che Guevara, ya que se cumplían 45 años de su muerte. Un operativo de la Guardia Republicana acordonó la manifestación y no permitió que se acercara a la entrada del hotel.

Las movilizaciones siguieron en la tarde, ya en Montevideo. El acto del PIT-CNT que estaba convocado en la plaza Cagancha se terminó realizando en el auditorio de la sede de la central, en la calle Jackson, mientras que otras organizaciones marcharon hacia la embajada de Estados Unidos.

La Coordinadora por el Retiro de las Tropas de Haití, que participó en ambas actividades, emitió un comunicado en el que señala, entre otras cosas, que Uruguay "no necesita de estas Fuerzas Armadas, cuyo pasado devela su naturaleza". También proponen destinar esos recursos "mal gastados" a satisfacer "necesidades básicas y productivas de nuestro pueblo".

Fernández Huidobro agradeció que Uruguay haya sido elegido como sede de la CMDA y señaló que la Junta Interamericana de Defensa, un organismo que “tiene 70 años” como él, ya “está vieja”. El ministro dijo que en los últimos 60 años ha visto dos cosas “inimaginables e imponentes”. La primera es que “el planeta tiene límites materiales infranqueables, que si los queremos traspasar vamos a destruirlo”. Mencionó que un viejo “anarquista” español refugiado en Uruguay le dijo una vez, “muy apesadumbrado”, que como el planeta tenía límites “la humanidad tendría que administrar recursos escasos y por ende tanto el Estado como la economía política, esas dos plagas, seguirán siendo necesarias. Y así fue y es”.

La segunda cosa “imponente” es que la “ciencia, la tecnología y el saber humano” pueden, por “primera vez en la historia, resolver las necesidad básicas de todos los seres humanos”, pero “esas potentes capacidades” también “pueden, destruir casi todo vestigio de vida en el planeta”, expresó. En tono irónico, Fernández Huidobro dijo tener “problemas con las matemáticas”: uno con el “crecimiento exponencial”, porque crecer “en un mundo finito es algo que puede proponer un loco”, y como todos los países “queremos crecer al mayor ritmo posible, sospecho que vamos hacia un descalabro”, porque si Uruguay crece 5% sobre un crecimiento de 5% “y así sucesivamente, tal vez no moleste mucho”, pero si lo hacen Brasil, Estados Unidos, China, India, Europa, Rusia, “la calculadora se rompe y el planeta también”. El ministro agregó que habría que ponerle “carteles explicativos” al crecimiento y al desarrollo, porque “llamamos crecimiento a un desastre anunciado” y desarrollo “a un mito, desde que es imposible que todos los habitantes del planeta tengan los mismos niveles de consumismo y despilfarro que se nos proponen como modelo”. “No hay para todos, este modelo excluye forzosamente, es para algunos”, dijo y agregó que el Producto Interno Bruto [PIB] “como vara de medida es un fraude altamente contaminado” porque “mide cosas contradictorias”. “No mide la felicidad humana, tampoco el daño ambiental, y es como el serrucho que corta la rama donde estamos sentados”, agregó.

El enemigo bancario

Luego dijo que otro de los problemas es “la fórmula del interés compuesto, esa alucinante arma de destrucción masiva que esgrimen los bancos”. Fernández Huidobro sostiene que “sufrimos la acción de organizaciones delictivas peores que la del tráfico de armas, drogas y el terrorismo”. “Nos referimos a una buena parte del sistema financiero que mediante rapiñas, robos y estafas ha hecho estragos hasta en los países más ricos del mundo y en sus poblaciones”, señaló el ministro. “A esta banda transnacional no podemos dejarla fuera de nuestra lista de amenazas y riesgos”, agregó. Se refirió también al desastre ambiental y como ejemplo señaló que “hay islas de basura flotando en el Pacífico, visibles desde el espacio”. En tono irónico señaló: “Qué pésima imagen se harán de nosotros los extraterrestres, creo que ni siquiera nos van a invadir”. El ministro sostuvo que hay cuatro problemas en el planeta que son “como los jinetes del Apocalipsis”: la crisis poblacional, la del agua potable, la de la energía y la de los alimentos que tienen “como telón de fondo la medioambiental”. Dijo que ya no hay ni primer ni tercer mundo, “ni Sur versus Norte”, porque “hay nortes en el sur y sures en el norte”, y como ejemplo señaló que “en esta ciudad lujosa [Punta del Este], a pocos metros, podemos pasar por poblaciones subsaharianas, entrar al Congo y hasta podemos llegar a Uruguay; el mismo viaje lo pueden hacer ustedes en sus propios países”.

“Hemos construido dos mundo, el mundo A y el B, y con eso dos culturas que se están convirtiendo en dos civilizaciones. Las personas del mundo B tratan de entrar al mundo A, que vive encarcelado, migran hacia las mesas donde hay residuos de comida, tratan de subirse a ese barco, dan una lucha”, expresó Fernández Huidobro. “Temo que ése es el gran problema que subyace en todos los demás y no alcanzarán todos los militares del mundo para resolverlos”, porque la solución “no es ni puede se militar”, agregó. Luego se refirió a los “inmensos gastos militares” y dijo que “con una pequeña parte de lo que se dilapida en esto podríamos resolver esos grandes problemas”. “Eso es constatar la hondura de la estupidez que nos afecta”, reflexionó, y concluyó diciendo: “Nuestro trabajo no puede ser otro que la paz porque es el salvamento de la vida toda”.

Guerra a la pobreza

Luego de confirmarse que Perú será sede de la XI CMDA, el plenario recibió al presidente José Mujica, que se ubicó junto a Fernández Huidobro y al ministro de Relaciones Exteriores, Luis Almagro. Mujica saludó a los presentes en nombre de un país al que definió como “especie de islote de inmigrantes con gente que ha decidido ser poco en esta humanidad que se multiplica, definida por alguien como un delicado algodón entre dos cristales”.

Luego el presidente dijo que nunca vio “en este país tan tranquilo tanto temporal como en los últimos años”. “No sé si es muy científico lo del cambio climático, pero el que no se dé cuenta de lo que está pasando es muy duro en su manera de entender”, dijo.

Agregó que ese cambio es el resultado de la “hermosa civilización” montada sobre la base de “que permanentemente tiene que crecer la economía y, por lo tanto, hay que multiplicar el consumo, y si se llega a parar el consumo se nos para la economía y entramos en crisis y, por lo tanto, hay que consumir más y más e inventar cosas que duren poco y trabajar cada vez más y pagar más cuentas hasta que un día nos damos cuenta de que estamos viejos, reumáticos y se nos escapa la vida y fuimos”. Mujica expresó que como consecuencia de esto “tenemos que hacer reuniones de ministros de Defensa para preocuparnos por la paz, ¡vaya contradicción la nuestra!”. Agregó que “en este continente tan rico, lleno de recursos y de esperanzas, tenemos una deuda social tremenda, la gran guerra que tenemos es contra la desigualdad y la pobreza”.

Para finalizar dejó “como una pequeña reflexión” que “la humanidad está entrando en una era muy distinta” en la que se globaliza “la economía y lo financiero”. No es el “sentimiento de patria que va a quedar sepultado porque está incrustado en el disco duro de lo que somos”, pero “el estado nacional es otra cosa y está incrustado en nuestra formación intelectual, en nuestra historia, y este mundo cada vez más precisa gente que piense con un sentido global en el interés de la humanidad”. Para despedirse, Mujica dijo que se sentía “representado” con lo dicho por su “viejo compañero” Fernández Huidobro y concluyó agregando que nunca pensó en la vida verse “en un trance de tener que contribuir a inaugurar un encuentro de este tipo”. Y citó a Don Quijote de la Mancha: “Cosas veredes, Sancho, si vivieres”.