Los puntos más difíciles de resolver del proyecto de ley que modifica el matrimonio civil y lo convierte en igualitario son los aspectos que tienen que ver con la filiación de los hijos en la pareja y el orden de sus apellidos. En este último punto todavía no hay acuerdo a la interna de la bancada oficialista.

El proyecto de ley de matrimonio igualitario fue elaborado por el colectivo Ovejas Negras y presentado por la bancada de diputados del Frente Amplio (FA) en la Cámara de Diputados. La Comisión de Constitución y Códigos, que comenzó a discutirlo, ya recibió a distintas delegaciones (entre ellas a las cátedras de Derecho Civil de distintas universidades, a Ovejas Negras, a las autoridades del Ministerio de Educación y Cultura -MEC- y a la Unión Cívica, que planteó su visión contraria al proyecto) y desde la próxima semana comenzará a analizar el articulado para introducirle modificaciones.

Los cambios propuestos por las direcciones de Registro de Estado Civil y de Asuntos Constitucionales, Legales y Registrales del MEC apuntan a algunas modificaciones de texto, por ejemplo, cambiar la palabra “esposos” por “cónyuges” y otros puntos de fondo.

Respecto del orden que tendrán los apellidos de los hijos del matrimonio, el proyecto original plantea que las parejas, sean heterosexuales u homosexuales, puedan optar por el orden que quieran, y en caso de que no se llegue a un acuerdo se resuelva por vía judicial. En todos los casos el orden para el primer hijo se mantendrá igual para sus hermanos. El MEC planteó que las parejas puedan optar, pero que si no hay acuerdos se resuelva por sorteo, ya que la vía judicial podría demorar el trámite de inscripción en el Registro Civil, que debe ser en los primeros diez días desde el nacimiento.

Sin embargo, hay legisladores del oficialismo que no comparten esta propuesta. En comisión, el diputado Jorge Orrico (Asamblea Uruguay) planteó que el sistema actual “es el mejor porque ya se sabe antes de empezar y además tiene miles de años. No me parece razonable ir a sorteo para definir el apellido del niño”. E insistió: “Me parece muy malo, realmente muy malo, que nos empecemos a llenar de sorteos para ver cómo se va a llamar la gente. No corresponde, no está bien. Este tipo de leyes tienen que admitir lo que son las culturas dominantes en procesos que llevan miles de años. No es cuestión de resolver con un bolillero si un tipo se llama González o Pérez. Honestamente, me rechina la idea de que un individuo obtenga su nombre de esa manera”, afirmó. Orrico propone que la opción por el orden de los apellidos sea sólo para los matrimonios homosexuales, ya que en esos casos no hay otra alternativa para resolver, y que las parejas heterosexuales se mantengan con el criterio actual: primero el apellido paterno y luego el materno. Su postura es minoritaria en la bancada.

Nicolás Pereira, diputado de la Corriente de Acción y Pensamiento-Libertad, argumentó que el proyecto busca modificar el instituto del matrimonio “para que nos contemple a todos, heterosexuales y homosexuales, y con esa alternativa se está haciendo una diferenciación”.

En relación a la filiación de los hijos, el Código Civil establece que se considera progenitor, salvo que se demuestre lo contrario, a la pareja de la mujer que tuvo el hijo -por su vínculo biológico-; eso se puede mantener para los casos de matrimonios entre mujeres pero no entre hombres. Integrantes de la oposición y algunos juristas plantearon que no se puede legislar en la materia hasta tanto no haya una regulación de reproducción asistida, ya que la única forma de que una pareja de hombres pueda tener un vínculo biológico con un hijo es mediante la donación de semen y el alquiler de vientre, algo que no está contemplado en Uruguay. De todas formas, Pereira consideró que el proyecto como está significa un avance, “reconociendo que el proyecto es limitativo para las parejas de varones, que igual tienen la posibilidad de adoptar”.

El diputado socialista Julio Bango fue optimista respecto de que se podrá aprobar el proyecto en comisión y elevarlo al plenario para que tenga media sanción en noviembre. “Ésa es la hoja de ruta”, afirmó.