Organizado por WWF (World Wildlife Found - Fondo Mundial para la Vida Salvaje), una organización no gubernamental que promueve la conservación de la diversidad biológica, se realizó ayer el encuentro regional “Plantaciones de Nueva Generación, una propuesta en Uruguay”.

WWF, con sede en Suiza y conocida entre otras cosas por tener un oso panda como logo, ha desarrollado un programa mundial para la adopción de mejores prácticas en las plantaciones forestales con participación de autoridades de gobierno y las grandes empresas del rubro. En este sentido, se presentó el trabajo que vienen realizando en conjunto la organización Vida Silvestre de Uruguay y la empresa Forestal Oriental, sociedad anónima de UPM (ex Botnia) que provee de madera de eucalyptus a la planta de celulosa de Fray Bentos. UPM y Montes del Plata participaron en la organización de la actividad y estuvieron presentes sus principales directivos.

Cecilia Alcoreza, de WWF Chile, explicó que muchas plantaciones forestales en el mundo no han sido “bien manejadas” y por eso se las asocia con la generación de efectos “sobre los ecosistemas”, sin embargo, “son una necesidad” y por eso hay que “hacer un uso más responsable” y desarrollar un concepto de plantaciones “manejadas en armonía con la naturaleza”.

El ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), Tabaré Aguerre, destacó que se están cumpliendo 25 años de la aprobación de la Ley Forestal de 1987, que contó con el apoyo unánime de todos los partidos políticos y que “se ha transformado en la más exitosa política de ordenamiento territorial” del país. Aguerre sostuvo que la norma fue determinante en el incremento de las inversiones en el sector, que en 1987 producía 13 millones de dólares y ahora 1.200 millones, convirtiéndose en uno de los principales rubros de exportación del país, y que “se va a transformar en el principal”. Por eso, propuso que para la próxima Rendición de Cuentas se conforme “el Ministerio de Ganadería, Agricultura, Pesca y Forestación”.

Aguerre señaló que durante los 25 años la discusión sobre la forestación “no fue fácil” porque a los uruguayos “nos encanta importar problemas” y asociar “el aljibe que se secó en Mercedes con el bosque que creció en Guichón”, a pesar de la distancia entre ambas localidades, y dijo que la ley permitió que Uruguay se haya convertido “en el único país de América Latina en que ha aumentado el área de bosque nativo”.

Como un lineamiento estratégico señaló el crecimiento de la productividad del sector mediante “el mejoramiento genético”. Uruguay “está haciendo cosas muy importantes” por ese mejoramiento desde “la institucionalidad”, pero “quisiera tener más recursos trabajando en esa línea”, pidió Aguerre, pensando en el desarrollo de una genética “adaptada a los suelos más pobres” del país.

Planteó que se debería transitar hacia un país agro-silvo-pastoril y por eso hay que trabajar en un sistema productivo “con mayor grado de biodiversidad” y que esto debería ser una aspiración y no sólo una “exigencia de los clientes”.

Recordó que la Ley Forestal permite que en cualquier suelo se puede forestar hasta 8% sin pedir autorización al MGAP. Agregó que los vacunos que se alimentan a la sombra son más productivos que los que comen al sol y que por estas razones la forestación “puede brindar servicios ecosistémicos integrados a los procesos productivos”.

Se despidió pidiendo el compromiso de los empresarios presentes para trabajar en una responsabilidad social empresarial que “no puede ser sólo pintar la escuela del pueblo o arreglar un camino”, sino que debe adoptar un “concepto moderno que implica la construcción de equidad” y trabajar por reducir “las asimetrías”.

Por su parte, el director general Forestal, Pedro Soust, dijo que el MGAP está planeando pasar del crecimiento del sector “al desarrollo forestal” del país y advirtió que en este salto puede haber diferencias con los empresarios.

Soust dijo que el MGAP apuesta al “manejo forestal sostenible”, un concepto “muy parecido” al que plantea WWF. El desarrollo debe estar basado en tres “pilares”: el social, el ambiental y el económico; y puntualizó que “no sólo en este último”, dijo Soust. En este sentido, las directrices estratégicas de la Dirección General Forestal son la adaptación al cambio climático, la producción responsable, el monitoreo de los recursos forestales y el análisis de la cadena sectorial, priorizando políticas de desarrollo local.