El acuerdo fue firmado en abril de este año. El objetivo, según consta en el mensaje, es “facilitar el apoyo logístico recíproco entre las partes, para ser utilizado principalmente durante los ejercicios combinados, el adiestramiento, los desplazamientos, escalas, operaciones, y otras actividades cooperativas, o en circunstancias imprevistas o situaciones en que una de las partes pueda requerir apoyo logístico, suministros y servicios”. Excluye el armamento nuclear, los misiles dirigidos y las municiones químicas. La instalación de una base militar podría considerarse apoyo logístico, acotó una fuente vinculada al ministerio consultada por la diaria. Cardozo, quien dejó su cargo en octubre, admitió que esto es así, pero aclaró que el acuerdo apunta a otra cosa y que las bases se instalan “si el país lo permite”. Recordó en ese sentido el reciente rechazo del gobierno uruguayo a la instalación de un centro militar en Durazno, que generó molestia en su par estadounidense.
En el mensaje del proyecto se recuerda que en 2010 venció un acuerdo “de características similares” suscrito en 2000, y puntualiza que “ambos países están vinculados en la materia por el Convenio de Asistencia Militar que entró en vigor” en 1953. Este convenio fue muy cuestionado el lunes durante una conferencia organizada por la Fundación Vivian Trías. Menéndez recordó que apunta a la “defensa del hemisferio occidental” y que fue “hecho a medida de Estados Unidos en aquel entonces, en el mundo bipolar de la guerra fría, y no se ha modificado”. “Urgentemente debemos cambiarlo”, acotó.
Otra disposición del acuerdo enviado ayer al Parlamento le da la potestad al jefe del Estado Mayor de la Defensa de negociar en nombre del ministerio los acuerdos de implementación. “Es en realidad en la implementación donde se cocina el bacalao”, apuntó la fuente consultada. Según la Ley de Defensa Nacional, el jefe del Estado Mayor de la Defensa debe ser un oficial en actividad de la misma jerarquía que los comandantes en jefe de las Fuerzas Armadas, designado por el Poder Ejecutivo. En este momento desempeña el cargo Daniel Castellá.
Esta disposición parecería ir en la dirección contraria a una resolución adoptada por el ministerio recientemente, y de la cual dio cuenta Menéndez el lunes. “Desde el ministerio hemos hecho una comunicación a todas las agregadurías informando que todos los ofrecimientos que se hacen al Ministerio de Defensa deben pasar primero por las autoridades políticas del ministerio”, informó el subsecretario. “Cuando uno afloja la mano hay actores que inmediatamente toman por otros caminos. Tuvimos que tomar estas medidas, esto originó una serie de inconvenientes”, reconoció.
Cardozo explicó que se da esta potestad al jefe del Estado Mayor de la Defensa para que resuelva necesidades “operativas” sin necesidad de hacer “un trámite”. Consultado sobre la posibilidad de que pueda resolver también cuestiones políticas, admitió que sí lo podría hacer pero hizo notar que “ahí están también las potestades de supervisión que ejerce el Ministerio de Defensa”, y recordó que el militar “le tiene que informar todo lo que hace” al ministro.
la diaria consultó a Menéndez sobre los alcances del acuerdo enviado al Parlamento, pero se excusó de emitir opinión porque alegó no conocer lo que había publicado el sitio web de Presidencia. “No sé a qué se refiere, no quiero opinar sin verlo y sin conocerlo”, manifestó.
El vecino del Norte
Durante la conferencia del lunes, el experto en temas de Defensa Julián González evaluó que “desde el punto de vista estratégico, seguimos siendo el patio trasero de Estados Unidos”, pero apuntó que actualmente ese país “tiene la necesidad de dedicar sus recursos a otras regiones” y Uruguay y la región deben “tratar de aprovechar esta oportunidad”.
Cardozo señaló que el hecho de que Barack Obama no haya hablado de América Latina en su primer discurso luego de la reelección “no quiere decir que no esté en los planes de dominación norteamericanos”. Afirmó que “llama la atención” que Estados Unidos “se niega a hacer una revisión” del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca, pese a que éste “ya no tiene vigencia” y es “rechazado por la mayoría de los pueblos latinoamericanos”.
Cardozo propuso crear “una fuerza disuasiva ante una posible agresión en el futuro en búsqueda de aquellas cosas en las que somos inmensamente ricos” en la región: energía, agua y alimentos. “No decimos quiénes, pero en algún momento alguien los va a venir a buscar”, deslizó.