Hoy, a las 14.00, el diputado Luis Puig, del Partido por la Victoria del Pueblo (PVP), presentará una denuncia ante el juez penal de 2º Turno, Pedro Salazar, vinculada a la existencia de una “construcción carcelaria clandestina” en el edificio del consulado uruguayo en Buenos Aires.

Puig viajó a la capital de Argentina a raíz de un planteo de uruguayos residentes en ese país y comprobó la existencia de tres celdas con puertas de acero en el primer subsuelo, que fueron construidas entre 1974 y 1975. Estos celdarios están conectados al segundo subsuelo, donde funciona el garaje de la sede diplomática. “El comentario que siempre circuló en la embajada era que por ahí entraban y salían militares uruguayos. Son terribles construcciones, claramente no eran para guardar escobas”, explicó Puig a la diaria.

El diputado frenteamplista presentará material fotográfico y le pedirá al juez que investigue para qué fueron construidas estas tres celdas en dicho edificio, ubicado en Las Heras y Ayacucho, durante la dictadura. La sospecha del denunciante es que allí estuvieron detenidos en forma clandestina ciudadanos uruguayos que eran secuestrados en Buenos Aires, algo que militares y diplomáticos debieron concretar “con muchísima reserva”, según especuló Puig.

El diputado del PVP solicitará ante Salazar el envío de un exhorto al Ministerio de Relaciones Exteriores, que ya está al tanto de la denuncia. “Voy a esperar el informe oficial de nuestro embajador en Buenos Aires [Guillermo Pomi] y, más allá de las cuestiones de inmunidad de jurisdicción, que son claves para la defensa de la soberanía de un Estado, descarto que el gobierno de Uruguay va a actuar con la mayor disponibilidad para que se investigue cualquier situación que haya podido significar un tipo de violación a los derechos humanos”, comentó ayer el canciller interino, Roberto Conde. Dijo que el gobierno uruguayo estudiará “con cuidado” temas vinculados a la inmunidad de la jurisdicción, aunque garantizó “la mejor voluntad” para investigar estos hechos.

En la sede diplomática esta situación que hoy denunciará Puig ya se venía comentando desde hace varios años. “Era como un gran misterio que había ahí, es un tema que incluso he conversado con antecesores míos. La primera impresión es que se trata de calabozos, no tenía sentido que fueran otra cosa. Daba toda la sensación de que fueron construidos para eso”, dijo a la diaria Juan Raúl Ferreira, que fue embajador en Argentina durante el segundo gobierno de Julio María Sanguinetti. El actual director de la Institución Nacional de Derechos Humanos recordó que durante su pasaje por esa sede diplomática las tres celdas eran usadas como depósitos. “Pero no era un lugar muy apto para guardar cosas, porque tenías que pasar por un lugar muy lúgubre. Nunca antes había visto un depósito con rejas. Por eso siempre generaron sospecha, porque eran una cosa rara”, manifestó Ferreira.