Hoy unas 300 mujeres trabajan en obras de la construcción, aunque el sector emplea a más de 2.000 si se incluyen administrativas y técnicas. El Sindicato Único Nacional de la Construcción y Anexos (SUNCA) ha planteado la necesidad de incrementar este número mediante la introducción de cláusulas en los pliegos licitatorios de obra pública que obliguen a las empresas a tomar un porcentaje de personal femenino. Un tercio del total de los trabajadores de la construcción está empleado en obras públicas, por lo que una iniciativa así sería efectiva.
Estela Escobar, integrante del Consejo Directivo Nacional del SUNCA, comenzó con un curso de reparación de veredas en la Casa de la Mujer de la Unión en 2001 y ahora trabaja en la obra Diamantis Plaza junto con otras siete obreras.
Desde la promulgación de la Ley de Trabajo de Peones Prácticos y de Obreros no Especializados en 2009, que obliga a tomar personal de listas de personas sorteadas, el acceso de las mujeres a las empresas del rubro se incrementó. Sin embargo, según Escobar, “la mayoría trabajan haciendo zanjas”, no en obras, y en esa tarea no pueden mejorar su capacitación, además de que “muchas empresas las toman por obligación” pero luego “las mandan a la paliza”. En las obras tendría que haber más mujeres porque “hay muchas tareas que pueden hacer”, agrega.
Restringido
La Inspección General del Trabajo comenzará a multar a las empresas que discriminen a las mujeres en el salario, luego de identificada la existencia de trabajadoras que realizan la misma tarea que los hombres pero permanecen en categorías inferiores y cobran remuneraciones menores. Ayer en la presentación de las metas 2012 de la Comisión Tripartita para la Igualdad de Oportunidades y Trato en el Empleo el presidente de la Cámara Metalúrgica, Miguel Oliveros, advirtió que estas inspecciones generarán “restricciones” al ingreso de mujeres al mercado laboral.
Se ingresa como peón y luego viene la etapa de capacitarse para la categorización, algo que “es bien difícil”, porque hay que pasar por todas las etapas previas para llegar a ser “finalista”. Escobar relativiza la idea de que a las mujeres las toman para la terminación porque son más prolijas: “hacemos de todo”, asegura. Escobar coincide en que es necesario que el gobierno intervenga para generar “más cláusulas que promuevan la inserción real” de las mujeres en las obras públicas. Para el ministro de Trabajo, Eduardo Brenta, la propuesta del SUNCA “no está mal”, incluso planteó que se podría establecer un porcentaje para las mujeres que “habría que conciliarlo con la demanda real”.
Así como se ha incorporado a las licitaciones un porcentaje de protagonistas de programas del Mides, “perfectamente se podría hacer con las mujeres”, enviando una modificación al Parlamento, señaló. Asimismo, el ministro indicó que hay que trabajar en el cuidado de los niños y que el SUNCA maneja posibilidades con INAU o los Centros MEC. Una experiencia exitosa ha sido la del Programa Objetivo Empleo, por el que las mujeres con hijos a cargo reciben un vale para acceder a una guardería.
Según el ministro Brenta, el tema de la incorporación de la mujer al mercado de trabajo también debe ser asumido por los empresarios porque “la tasa de empleo masculino está en su techo” y el que quiera discriminar con esta realidad “no va a poder porque en la cola de aspirantes va a tener mujeres”. Incorporar a la mujer “tiene que ser una política por cuestiones éticas” pero también por la situación económica porque hoy la “reserva” del mercado laboral “son las mujeres que realizan tareas en el hogar”, concluyó Brenta.
Escobar dice que el trabajo en la construcción “les gusta a muchas mujeres” aunque a “los cinco minutos de entrar estás cubierta de polvo de pies a cabeza”. Al final de la jornada, en el vestuario femenino “nos bañamos, peinamos, maquillamos, nos ponemos perfume y hasta salimos de tacos”. La representante del SUNCA fue durante años empleada doméstica, y por capacitarse y “animarse a entrar” a ese rubro ahora tiene un salario “relativamente mejor” y cobra lo mismo que los hombres por igual tarea. Por eso les dice a sus pares que “se puede hacer lo que una se proponga, quizás no se puede en determinados tiempos de la vida, pero se puede hacer en otros”, para mejorar.