La marcha estaba prevista para las 15.00. A pesar de que iba a partir desde las calles Luis Alberto de Herrera y 26 de marzo, recién 40 minutos después aparecieron los manifestantes frente a la embajada inglesa, a apenas tres cuadras del punto inicial.
La Policía había dispuesto un doble vallado en los cuatro accesos a la esquina de las calles Antonio Costa y Marco Bruto, e incluso esperaban la manifestación una veintena de policías y una cantidad similar de periodistas. Finalmente, fueron poco más de una docena quienes marcharon frente a la embajada, uruguayos y argentinos, con banderas de ambos países y de la Confederación Argentina.
El vocero improvisado de la manifestación fue Martín Espeche, un argentino residente en Uruguay que dijo haber sido voluntario para pelear en las Malvinas, aunque no llegó a ser seleccionado para combatir. Para Espeche, el 2 de abril de 1982 fue un día “muy lindo”, e incluso admitió disfrutarlo, aunque agregó que “si hubiera estado ahí quizás hubiese sido diferente”. Este argentino, que se definió como peronista, dijo reivindicar la Guerra de las Malvinas y desestimó la teoría de que el enfrentamiento haya sido un “manotazo de ahogado” de los militares. No obstante, la postura de Espeche no se alineaba con varios de los otros manifestantes: “Apoyo a que las Malvinas vuelvan a ser argentinas, pero esa guerra fue hecha en un mal momento y en una mala situación”, dijo un uruguayo que prefirió no identificarse.
Otro argentino, Federico Félez, desmintió el presunto copamiento que, según publicó el matutino El País el miércoles 28, el grupo argentino Quebracho quería concretar en el barco Audax II, que en tiempos de la Guerra de las Malvinas realizó tareas de apoyo a la flota naval argentina. Este militante explicó que tres argentinos se reunieron con el consejero de la embajada de Argentina en Uruguay, Máximo Gowland, para hacer gestiones para que el barco retome su nombre original: “Sólo queríamos que recuperara el nombre de Yehuin, e incluso que siguiera con bandera uruguaya, porque es como si tuviera la argentina. Veníamos a rendirle homenaje a ese buque e incluso se habló con [el ministro de Turismo, Héctor] Lescano al respecto, pero se lo llevaron un día antes del evento a Punta del Este y después lo querían llevar a aguas internacionales”. Tras describir la actual situación como una “guerra pacífica”, Félez culminó su relato a punto de quebrarse: “Me emociono cuando veo a un ex combatiente. Creo que ellos se merecen que hagamos esto y mucho más, porque ellos dieron la vida. Son héroes de verdad”.