Luego de los enfrentamientos del viernes 20 en el Penal de Libertad, el incendio provocado por presas en el Centro Metropolitano de Rehabilitación Femenina (CMRF, ex CNR) el domingo 22 y el motín en el Comcar en la madrugada del miércoles -que provocó que más de 500 reclusos estén alojados en los patios-, ayer la semana abrió con un nuevo conflicto en el CMRF, cuando unas 90 presas incendiaron mesas, frazadas y se amotinaron en los pisos 2 y 3 de la cárcel.

El conflicto comenzó cuando se estaban retirando las visitas, cerca de las 18.00. Dos hipótesis se manejan sobre las causas. Por un lado, se estima que la medida comenzó en solidaridad por los presos que en el Comcar están durmiendo a la intemperie desde la noche del miércoles -"los guachos se están cagando de frío", gritaban algunas presas desde las ventanas del CMRF ayer de noche-. Pero el Ministerio del Interior (MI) también contaba con la versión de que había habido un conflicto entre un guardia y las presas cuando se retiraban los familiares de visita.

El subdirector del CMRF, Antonny Vallejo, y el subdirector de la Guardia Republicana, José Núñez, comenzaron en la tarde las negociaciones con las presas, pero esperaban la presencia del comisionado parlamentario para el sistema penitenciario, Álvaro Garcé. Cerca de las 20.00 llegó él y el director del Instituto Nacional de Rehabilitación (INR), Alcides Caballero, para continuar las negociaciones. En la tarde, la jueza Gabriela Merialdo había autorizado a la Policía a "reducir" a las presas amotinadas y la Guardia Metropolitano había ingresado.

El conflicto comenzó en el piso 3; el incendio provocó que cuatro unidades de Bomberos concurrieran al lugar. Además de quemar frazadas, las presas rompieron ventanas y tiraron piedras a quienes pasaban debajo de ellas, además de gritar hacia la calle, donde un cúmulo de vecinos del barrio seguía lo que pasaba. Según informó el MI, los espacios comunes quedaron "destrozados". A más de dos horas de iniciado el motín, las reclusas gritaban a los policías y también a los medios de comunicación allí presentes. "Están repartiendo palo", acusaban desde el ala oeste del tercer piso, y enseguida, desde el ala este, pedían asistencia: "Saquen a nuestra compañera y después dan palo igual". Al cierre de esta edición todavía unas 30 reclusas permanecían amotinadas, mientras las otras habían reclamado ser revisadas por médicos, tras lo cual volvieron a sus celdas. Según la información del MI, sólo hubo un herido, un policía que se cortó con vidrios.

Móviles

Tras los realojos del jueves y viernes, en el Comcar hay cerca de 600 reclusos que todavía permanecen en los patios del módulo 8, y hoy continuarán los traslados a otros centros. A raíz del motín en el Comcar, el coordinador del Área Metropolitana del INR, Eduardo Pereira Cuadra, declaró el viernes a La República que detrás del conflicto hay “actores políticos” involucrados y que un dirigente de un partido político estaba en contacto con los presos. Subrayado informó ése mismo día que un informe del Departamento de Inteligencia Penitenciaria del MI manejaba que un narcotraficante alojado en el Penal de Libertad planeaba entregar armas a un legislador de la oposición, para provocar una crisis política en torno a la figura del ministro Eduardo Bonomi.

Sin embargo, la hipótesis fue negada el viernes de noche por el ministro: “No hay indicios de que exista un nexo entre narcos y dirigentes políticos. No se está investigando a ningún legislador”, dijo. El presidente José Mujica, sin embargo, había dicho horas antes que Pereira Cuadra es “un viejo comisario, un sabueso”, y que si dijo eso “es porque debe tener datos”. Esta situación se da cuando están por asumir nuevas autoridades en el INR: el director del instituto, Alcides Caballero, y el propio Pereira Cuadra serán removidos.

La oposición convocará a Bonomi a la comisión especial de seguimiento del sistema carcelario y algunos legisladores anunciaron que promoverán una interpelación. La situación estará arriba de la mesa hoy en la sesión del Consejo de Ministros.