Sábado por la noche, una de cowboys en la tele y la estufa prendida. Suena el teléfono. “Hola”, digo. “Hola”, escucho del otro lado, “soy Rafael Michelini”, y le creo pero no entiendo por qué me llama a mí. “El 27 de mayo son las elecciones del Frente”, continúa Michelini en este mensaje grabado que me engañó por una fracción de segundo. Gracias por llamar Rafael. Igual ya sabía que apoyabas a Mónica Xavier. Te había visto en la tanda diciéndolo y haciendo ese dibujo en el aire de la rosa de tu sector, que queda tan lindo.

Fuera de la tanda quedaron los nombres de Zavala, De los Santos, Vázquez, Fernández Galeano, Miranda, Sendic y algún otro.

Y a través de la tanda se empezaron a marcar perfiles. Fue así que Agazzi pasó a ser el Flaco, apelando a la fórmula de proximidad con el pueblo, que se basa en utilizar el nombre de pila del candidato. La Gran Tabaré. Con Mónica pasó lo mismo. No así con Enrique Rubio, que optó por presentarse con nombre y apellido, lo que no fue tomado en cuenta por los encargados de la tanda del Flaco, que en un aviso que tenía a Lucía como protagonista lo llamaron Pelado Rubio. Pero al Pelado Rubio no se le movió un pelo y construyó su nuevo perfil en base a una música vigorosa, que funciona como fiel de la balanza de su tono un tanto inexpresivo. Y con ese riff de fondo era presentado como “profesor, escritor, fundador del FA, ex director de la OPP, ex gremialista y… ex preso político”. ¿Ex preso político? La mística de la resistencia pareciera que rinde en ciertos nichos del electorado. Igual Rubio no llegó al exceso del PVP, sector que en la tanda se presenta como “los que siempre defendieron los Derechos Humanos”. Casi como si los otros los defendieron menos. Materia discutible. A mi entender un tema desatinado para campaña.

En la tanda también se escuchó el término colcha de retazos, usado por frenteamplistas como señal de pluralidad y por el resto de los partidos en forma peyorativa. Mónica lo hizo suyo. “Yo quiero el FA de la colcha de retazos” se escucha decir a una simpatizante de Xavier en la tanda, “medio deshilachada a veces, pero que cuando la ponemos en horizontal nos abriga a todos”, remata. Premio a la consigna más empalagosa de la campaña.

¿Y Juan Castillo? La tanda le fue esquiva. Y encima le cerraron el Facebook. Igual logró crear su página web y desde allí mandó sus señales. Una página web convencional, con bio, fotos, agenda y todo eso. Pero con un detalle simpático. En la sección comúnmente conocida como multimedia, Castillo mostró de dónde venía. A esa sección la bautizaron como propaganda.

En la tanda, Víctor Hugo y Danilo hablaron por Mónica y Tabaré puso su imagen. También sonó de nuevo el Vamos Pepe con la Gente.

En la tanda se escuchó a Agazzi hablar de pelear contra las ideas de la derecha.

En la tanda, los que apoyaban a Mónica decían que querían un Frente en el que se pudiera hablar del amor. Y Rubio decía, en la tanda, que en siete años hicieron el Plan Ceibal.

¿Qué me queda de esta campaña después de escuchar la tanda? Que los candidatos y el resto de la barra duermen plácidamente debajo de la colcha de retazos rumbo al 27. Tranquilos, sin hacer olas. Porque en la tanda no se hacen olas. Y fuera de la tanda tampoco.