Un enfoque similiar a Familiares, en cuanto al papel que deben jugar las organizaciones de derechos humanos, tiene Valentín Enseñat, de Hijos. “Siempre presentamos la lucha que nos dio razón de ser como un tema social y actual. Es algo básico, pero quizás no del todo asimilado en el imaginario. Todo pierde sentido si no logramos socialmente recodificar las expresiones cotidianas de lo que estamos repudiando, o sea la desaparición forzada como una expresión compleja y aberrante del terrorismo de Estado”, explicó. Para Enseñat, la temática de los desaparecidos mantiene vigencia si las organizaciones “logran hacer carne” en torno a las demandas de fondo que se plantearon en los 60 y en cómo actuó el Estado en ese período. En la medida que eso no suceda, según Enseñat, las “enseñanzas” del pasado reciente dejarán de ser tales, y empezarán a “colarse” discursos “totalmente condenables”.

-¿Qué cosas pueden colarse?

-Por ejemplo, ese pedido de mano dura por parte del Estado. La dictadura generó consecuencias que seguimos padeciendo y perdimos el hábito de la problematización. Es real que hay cierta violencia en Uruguay, pero [cuáles fueron] las causas de esa violencia fue una de las preguntas que se hicieron nuestros padres. Pareciera que eso dejó hoy de ser una preocupación. Que exista ese reclamo por parte de una parte importante de la sociedad muestra que socialmente no aprendimos lo que nos sucedió históricamente. No recordamos, ni más ni menos, que las medidas prontas de seguridad se justificaron bajo la excusa de asegurar el orden y la seguridad. En aquel momento tenía un sentido más político, pero en esencia estamos hablando de los mismos procesos y de las mismas reacciones.

-¿Qué tienen para aportar en ese sentido organizaciones como Hijos?

  • Colaborar en pensar estos temas actuales. No buscamos a los desaparecidos por los desaparecidos en sí, los buscamos por lo que implicaría dejar de buscarlos. Hay un afán de buscar la verdad para apuntalar la justicia, pero no justicia para nosotros. En mi caso personal, más que encontrar los restos de mi padre, me interesa que la sociedad en la que vivo y en la van a crecer mis hijos pueda entender por qué razones él desapareció. He escuchado decir que los desaparecidos luchaban por lo que hoy hemos conquistado, en referencia al gobierno del FA. No coincido con esa lectura, porque por lo que luchaban nuestros padres sigue siendo una cuenta pendiente. Las injusticias contra las que se rebelaron siguen teniendo la misma raíz y la misma lógica. Es necesario reivindicar esas memorias desde un lugar más honesto

-¿En qué discusiones?

-Me preocupa ver una actitud reaccionaria en quienes se consideran hombres y mujeres de izquierda. En el tema inseguridad es donde más se refleja. La izquierda intentaba, hace algunos años, presentar una visión distinta, no sólo en objetivos sino en formas de pensarla. Pero hoy no vemos una manera alternativa de pensar la sociedad. Se ha naturalizado que cada uno defiende lo suyo, de la manera que sea, y es el discurso hegemónico.

El argumento central es que hay que protegerse. Todo pasa por el derecho al trabajo, a proteger nuestros bienes, y a que hay evitar de todas maneras que un grupo de menores infractores venga a usurparlos. Cuesta mucho construir un contradiscurso desde la izquierda, va a ser muy difícil avanzar desde esa perspectiva.