Desde el 15 de mayo, fuerzas especiales de Mar, Aire y Tierra (Seal por su acrónimo en inglés) de la IV Flota de la Marina de Estados Unidos (Comando Sur) están en Uruguay. Llegaron con el propósito de entrenar a efectivos del Cuerpo de Fusileros Navales (Fusna) de la Armada Nacional en Contra Interferencia Ilícita de Buques (CIIB). La autorización para el ingreso de los militares con su armamento fue enviada como proyecto de ley por el Poder Ejecutivo y aprobada por el Parlamento a principios de mayo, con los votos de todos los legisladores del Frente Amplio (FA). Sin embargo, luego de que se conocieron más detalles sobre los ejercicios, comenzaron a aparecer algunas voces discrepantes en algunos referentes del partido de gobierno.

El profesor Julio Louis, en un artículo publicado en el sitio web del Partido por la Victoria del Pueblo (PVP), titulado “¡Ay, general Licandro!”, se pregunta qué hace Uruguay trayendo soldados estadounidenses si “Brasil se pertrecha en la Amazonia como base defensiva nacional”, los países de la Alianza Bolivariana para las Américas (Alba) también se preparan “contra la agresión imperialista” y el Consejo de Defensa Sudamericano “tiene ese objetivo común”.

Louis dice que la reciente alerta por posibles “acciones terroristas de Hezbollah” en la región, detrás de las cuales estaría Irán, “es obvio que proviene” de Estados Unidos e Israel y mientras “se prepara sicológicamente a la población contra supuestos terroristas”, tropas de elite de uno de esos países “enseñan en la Marina a combatir acciones terroristas, con la aprobación del Parlamento”. “¡Imagine la respuesta del FA si lo hubiera hecho un gobierno blanco o colorado!”, comenta enseguida.

Según Louis, los efectivos de Seal, la principal fuerza de intervención de Estados Unidos, se preparan para “la defensa interna en el extranjero” y para el combate contra “insurgencias o amenazas en un Estado extranjero, denominado Nación Huésped”. Luego de describir una larga lista de países en los que intervinieron, el docente de Historia se pregunta si el presidente, el ministro de Defensa Nacional y los parlamentarios del FA ignoran “la ofensiva militarista” en América, la instalación de bases en “Colombia, Panamá, Aruba, Curazao, Guantánamo, Paraguay, Perú, y recientemente en el Chaco argentino o en Chile cerca de Valparaíso”, o la “actividad golpista” en Venezuela, Ecuador, Bolivia y Honduras. “La conducta del gobierno avergüenza y se precisa una autocrítica profunda, con relevos de los responsables”, concluye Louis en su artículo, divulgado por el PVP.

Uno de los problemas es que este asunto fue tratado en el Parlamento de manera urgente. Las dos cámaras lo aprobaron y en el Senado ni siquiera se trató en la Comisión de Defensa, sino que pasó al plenario directamente.

El diputado Luis Puig (PVP), que votó a favor de la autorización como todos los frenteamplistas, dijo que su partido está analizando el tema porque “no existió la información previa sobre de quiénes se trataba” y se aprobó “porque venía una propuesta de la Comisión de Defensa, impulsada por los compañeros” del FA. “Vamos a analizar en detalle estas situaciones”, dijo, en referencia a esta iniciativa y a la prórroga de la permanencia de las tropas uruguayas en Haití, cuando “votamos por disciplina pero fundamentando en contra”.

El comité de base del FA Víctor Licandro, con sede en México, hizo circular una carta pública en las redes sociales, titulada “¿Uruguay será cabeza de playa de Estados Unidos en Sudamérica y en el Atlántico Sur?”. La misiva expresa que este hecho “hace perder credibilidad a la política exterior del gobierno con sus positivas posturas a favor de la no intervención y el respeto a la soberanía de los pueblos”, y expresa el “categórico rechazo a que Uruguay se preste a ser cabeza de playa de la intervención norteamericana”.

Teoría y práctica

Los efectivos estadounidenses que llegaron a Uruguay son 11 entre oficiales y subalternos. El grupo está compuesto por un equipo de la unidad Seal y otro de la unidad especial de botes, el personal militar que inserta a los combatientes en los barcos blanco de las operaciones. Según el jefe de Relaciones Públicas de la Armada, capitán de navío Sergio Bique, los estadounidenses están trabajando en el Fusna realizando ejercicios teóricos y prácticos que “priorizan la contingencia de interdicción ilícita de buques”. Para Bique, Uruguay tiene, en tanto “país ribereño”, obligaciones a nivel internacional respecto de la “seguridad en la navegación” y eso forma parte “de los adiestramientos”, para prepararse en las “contingencias ilícitas de buques por piratería o por terrorismo”. En primer lugar, los estadounidenses están trabajando en el “mantenimiento de la lanchas” llamadas LRI (Lanchas Rápidas de Interdicción), que son las que transportan a los equipos Secron (Sección de Reconocimiento), “las fuerzas de operaciones especiales de fusileros navales”, dice Bique.

Luego del mantenimiento de las lanchas, se realiza el entrenamiento en las operaciones propiamente de CIIB. Bique expresa que “lo importante” es resaltar que esto se realizó “a solicitud de la Armada”. El comando consideró “hacer un refresco” de estas operaciones y “se buscó a nivel mundial los más altos estándares”, que en este momento los tienen los Seal. “Si esos niveles los cumpliera la infantería de marina argentina se hubiera citado a ese cuerpo” o a cualquier otro, explica Bique.

La Armada estudia la posibilidad de hacer una exhibición de un operativo conjunto entre Fusna y Seal en los próximos días para dar a conocer detalles del entrenamiento y sus objetivos en nuestro país.