Y de pronto, una nube de felicidad nos cubrió a todos. Venía derecho de Sudáfrica y era de color celeste. Entonces nos pusimos a reflexionar sobre cómo había sucedido todo y llegamos a conclusiones masivas, todas positivas, todas entusiastas, pocas producto de la reflexión o con sustento empírico. Pero no importaba porque nos sentíamos bien y eso era lo importante. Y encima las cosas andaban mejor. Aparecía la plata, el trabajo, los auriculares de color blanco y gigas de música bajada de forma gratuita. Pero se necesitaba un concepto que englobara todo esto y antes de que dijéramos “la picó” ya teníamos un claim: “el nuevo uruguayo”, que aprobamos, festejamos e hicimos calzar con cada novel comportamiento social, aunque no fuera más que una idea de Nuevo Siglo para vender servicios de cable aprovechando el buen momento de la selección. Sin embargo, para nosotros pasó a ser una máxima.

Ese nuevo uruguayo presentado en el aviso no sólo consumía más, sino que era más abierto a nuevas experiencias, a nuevos colores, sabores y ofertas. Menos prejuicioso y con pocos miramientos a la hora de adorar a sus nuevos ídolos, casi admirados como deidades. Y es que en el olimpo del nuevo uruguayo aparecieron dioses que se disputan popularidad en Twitter, incuestionado indicador de los modelos exitosos. Los dos uruguayos más seguidos en esta red social son jugadores de fútbol y están despegados del resto, casi en el cielo, inalcanzables. Forlán arriba, por sobre el resto; Suárez atrás. ¿Que eso es cosa vieja? ¿A Morena lo traemos todos? Bueno, pero ahora los jugadores sacan libros.

Y además en ese ránking hay novedades: los nuevos mártires uruguayos, que exponen su vida privada ante reciclados panelistas. Los Fernández y los Buysán están al tope de los más seguidos en Twitter. Mártires a los que les debemos eterno agradecimiento por darnos la tan buscada independencia de vidas privadas públicas foráneas. El nuevo uruguayo finalmente lo logró. Derribó aquel mito de que éramos diferentes de los del otro lado del río y de que respetábamos la intimidad de las personas públicas. Primero fue Caras, tímida, internacional. Pero no tardaron en llegar las muestras locales: Algo contigo, Sé lo que viste y también...

¿Que eso no es algo para festejar? Bueno, pero admitamos que era algo latente, que era cuestión de darle un soporte, un espacio. Pantalla, muchas y flamantes pantallas. Bien de nuevo uruguayo eso de comprar tecnología de punta. Comprar televisor led, LCD. ¿O no? ¿Que no hay nada nuevo bajo el sol? ¿Que las led son el microondas de 1998? Bueno, capaz que sí, que simplemente era una troca de electrodomésticos. Que entonces la novedad era el micro y ahora la pantalla plana. Puede ser. Pero batimos récords de venta de cero kilómetros. Sí, como nunca. ¿Qué me decís de eso? ¿Que antes puteábamos a Sanguinetti por presentarlo como muestra de prosperidad y que ahora el gobierno hace lo mismo? Bueno, es cierto. Pero no importa, porque, como dijimos, estamos más abiertos a nuevos sabores, colores y experiencias.

Está bien, capaz que no a cualquier experiencia. Tal vez no todos están dispuestos a ver a dos personas del mismo sexo besándose en la vía pública y es cierto que algunos canales se niegan a mostrar esas imágenes. Pero ojo, los aceptamos y eso es bien nuevo uruguayo. ¿Cómo que no? ¿No te parece que somos más progres? No me vas a negar que ahora somos vanguardia en la región con la marihuana. ¿Más de 60% en contra de su venta? Pero si fumás sin marcar nadie se mete contigo. Eso es re de nuevo uruguayo. Hacé lo que quieras pero no lo demuestres mucho. Y si marcás vas a tener una ley de imternación compulsiva que te salva y que sí cuenta con una aprobación apabullante: 95% de nuevos uruguayos están a favor de esta idea. ¿Una ley impresentable? Estás de contra. Vos no sos nuevo uruguayo.

Además usamos ropa colorida. Es señal de que nos abrimos al mundo. ¿Que no? ¿Que cerró Sudamtex con sus telas grises y llegaron los chinos que fabrican equipos deportivos naranja flúo a bajo costo? ¿Que la globalización se metió en el país con fórceps? ¿Que era algo imposible de frenar? Puede ser, pero tampoco opusimos mucha resistencia. ¿O sí? No importa. No hay que reflexionar mucho sobre eso porque recuperamos el salario y el índice Gini muestra que mejoró la distribución de ingresos. ¿Qué me decís de eso? Ahí te maté. ¡Aguante el nuevo uruguayo! ¿Que 40% de la población sigue ganando menos de 10.000 pesos por mes? ¿Que seguimos siendo Tercer Mundo? Sí, puede ser, pero nos da para comprar alimentos congelados, que es muy primer mundo y re nuevo uruguayo. Además, el Frente Amplio ganó y todos están detrás del proyecto y de la bandera más larga del mundo. Ok, algunos siguen cuidando sus chacritas, pero la mística sigue intacta. ¿O no? ¿No alcanza con una bandera aún más larga? Sí, puede ser que ya no queden muchos aspectos místicos a los cuales apelar desde el gobierno. Pero tenemos la moral de izquierda inmaculada. ¿Por qué esa cara de desaprobación? ¿Me vas a cuestionar eso porque no votamos una comisión investigadora? Vamos, no exageres. Bueno, un poco de razón tenés. ¿Pero en la base estamos de acuerdo, no? Este uruguayo es diferente del de hace 15 años... Cambió de partido en el gobierno, tiene ídolos autóctonos, cuenta con una oferta de casas de crédito impresionante, tiene celulares multicolores, tiene... ¿Cómo? ¿Cuanto más dulces más conservadores? ¿Pura pantalla? ¿Que el nuevo uruguayo es el viejo uruguayo de 1998, de 2001 y de 2006? ¿Que el nuevo uruguayo es el neoconservador oriental? No seas malo. Si el Loco la picó...