”A todo color se presentó MVD Se Puede”. Ése fue el título de la nota de prensa que divulgó el diputado blanco Jorge Gandini, luego del acto del 4 de setiembre en el que presentó su grupo y oficializó su intención de ser candidato a la Indentencia de Montevideo.

Pocos días después, Gandini divulgó la propuesta gráfica y la plataforma de comunicación de MVD Se Puede: reiteración de términos como “descontracturado” o “moderno”, diseños con muchos colores y pocas corbatas en los álbumes de foto.

El diputado capitalino elaboró este plan de comunicación con amigos, algún diseñador freelance y sin agencias de publicidad, porque lo más importante es “el olfato político”. “En Uruguay la comunicación política siempre es igual. Se hacen cosas para las campañas, con esa lógica de vender candidatos, pero no hay una comunicación a largo plazo. Se piensa con cabeza de plástico y jingles, y lo que estamos diciendo es que hay otras formas de hacer política más allá de las campañas”, argumentó.

Gandini llegó a la conclusión de que los actos de una hora y media para que “te aplaudan los amigos” ya no corren más y ahora la clave es buscar otros modos de captar la atención, para superar de esa manera la “monocromática” política uruguaya. “¿Por qué para vender tarjetas de crédito, refrescos y pañales se usan tanto los colores y los políticos seguimos intentando vender con blanco y negro? El votante y el televidente son la misma persona. Vive en un mundo hiperinformado, competitivo y tiene posibilidades de descartarte inmediatamente, porque él maneja el control remoto y el mouse de la computadora”, opinó.

El líder de MVD Se Puede ha seguido con atención cómo se maneja la comunicación política en otros países. Le parecieron interesantes las últimas campañas electorales en España y en Estados Unidos y le gusta el “trabajo” que han realizado en esa materia los argentinos Mauricio Macri y Francisco de Narváez. “Son cosas que rompen cierto statu quo de la política. Evaluar positivamente un buen trabajo de comunicación política no depende de las coincidencias ideológicas. Macri hace un buen uso de las redes sociales, comunica lo que quiere y logra generar atención; después diré otras cosas diferentes, pero intento aprender cuáles son las claves”, aclaró.

Gandini considera que la “profundidad” del discurso político sigue siendo importante, pero antes hay que captar la atención de los ciudadanos. “Puedo ser muy profundo, pero me escuchan ocho que ya están convencidos. La clave es cómo le llegamos a los ciudadanos que no están interesados en la política: ¿o esos ciudadanos no quieren vivir en una ciudad mejor? Tengo la impresión de que los políticos hablamos en AM y la gente escucha en FM. A veces estamos en diferentes frecuencias de banda”, comparó.

Los políticos uruguayos, según dijo, tienen que “competir” en un mundo hiperinformado con “mensajes atractivos”, y para eso las redes sociales abren posibilidades en cuanto a “formas, colores, sonidos”.

Gandini sabe que en el Partido Nacional (PN) este tipo de propuestas no necesariamente termine generando unanimidades. “Alguno puede criticarme porque no empecé el acto con la marcha de Tres Árboles o porque no estaba la foto de Fernández Crespo. Y asumo los riesgos de no ir por esos caminos”, agregó.

El diputado montevideano asegura que tiene “vocación urbana” y reconoce que al PN, históricamente fuerte en el interior del país, le cuesta entender e internalizar esos códigos. “Yo en el terreno de lo urbano me siento muy cómodo. Interpreto lo urbano porque de ahí vengo: a mí me moviliza el tamboril, me gustan el barrio y la rambla, me gustan la murga y el carnaval. Y trato de codificarlo en la comunicación política”, planteó.

En el fondo, según Gandini, es una obviedad que para los políticos resulta vital trascender más allá de sus círculos más íntimos. “En Uruguay, los políticos nos casamos entre primos. Hay que abrirse a otra gente que ve lo mismo desde otro lugar. La prensa partidaria ya no sirve: la leemos sólo los partidarios. Peor aún: cuando afinás tanto el debate te terminás peleando y fragmentás adentro. Hay que apuntar hacia afuera, porque la gente está esperando referencias”, propuso.