El juez penal de 20º turno Alejandro Guido procesó ayer con prisión por el delito de violencia privada a cuatro efectivos de la Armada Nacional, que en funciones en la Misión de las Naciones Unidas para la Estabilización en Haití (Minustah, por su acrónimo en francés) agredieron a Johnny Jean, un joven de 18 años de ese país, en la base de Port Salut y filmaron el hecho con un celular. El caso se dio a conocer en agosto de 2011 luego de la divulgación masiva del video por internet.

En el auto de procesamiento el juez considera que “existen a prima facie elementos suficientes de convicción” para atribuir el delito de violencia privada según el artículo 288 del Código Penal, que establece: “El que usare violencia o amenazas para obligar a alguno a hacer, tolerar o dejar de hacer alguna cosa, será castigado con tres meses de prisión a tres años de penitenciaría”.

El magistrado entiende que los indagados “usaron violencia para obligar a la víctima a tolerar una situación no deseada ni consentida” y que “abusando de su superioridad numérica aplicaron violencia directamente sobre el cuerpo del joven víctima”, descartando en el hecho el animo jocandi (intención de bromear) alegado por la defensa. Además, Guido entiende que los militares “pusieron en riesgo no sólo sus propios intereses funcionales sino la imagen y el prestigio del país”.

En cuanto a la denuncia de violación el juez dice: “No se han reunido los elementos suficientes de convicción como para tenerla a prima facie probada”, ya que no hay certificados forenses que así lo demuestren, las declaraciones del denunciante y los indagados “son diametralmente opuestas” y no existen testigos presenciales.

Se indica que la denuncia ante Naciones Unidas fue presentada por la organización haitiana Comité de Investigación por el Desarrollo y la Organización de Port Salut (CREDOP, por su sigla en francés), quien aportó el video que circulaba en Youtube. Sobre el contenido de las imágenes el juez relata que el 27 de mayo de 2011 el joven de 18 años fue “ingresado al Corimec” -contenedores utilizados como dormitorios- de la base “presumiblemente por uno de los indagados” y dentro del cuarto “fue arrojado sobre un colchón ubicado en el piso”. Con los demás ya en el lugar, el joven fue retenido por la fuerza en posición decúbito ventral por dos de los marinos que “le sostenían los brazos hacia atrás y estando inmovilizado uno de ellos le da una cachetada suave en la cara”. En ese momento otro de los indagados vuelve del baño con el torso desnudo y se suma “colocándose detrás del joven moviéndose y pasándole en los glúteos y cadera el cinto de su pantalón y también le pega dos o tres palmadas”. Mientras uno de los militares “filmaba la escena con su celular”, todos “proferían gritos y se reían”. Según la transcripción del audio del video, uno de los marinos dijo: “Si vos te quedás quietito. Vamos a ver quién es el puto ahora”. Luego, en esa posición, Jean se quejó de un dolor en la mano y uno de los indagados declaró que como se estaba intentando “zafar”, lo volvió a agarrar del brazo para “inmovilizarlo”. Después le aflojó porque se dio cuenta de “que le estaba doliendo”. Según el auto de procesamiento, los marinos declararon que ya conocían al joven. “Se acercaba al tejido mientras ellos montaban guardia y los insultaba a ellos y a sus familias, aunque relatan conversaciones sobre fútbol mantenidas con el mismo”, indica Guido.

En su declaración, el joven manifestó que después de jugar un partido de fútbol iba caminando, cuando los militares lo hicieron entrar a la base. “Hicieron que me acostara en el piso. Uno de ellos estaba filmando con un teléfono celular. Otro me bajó los pantalones. El otro me violó”, declaró Jean. El auto de procesamiento establece que en varias rondas de reconocimiento el joven indicó quién fue la persona que lo violó, quién le puso los brazos hacia atrás, quién le agarró los brazos y quién filmó el video. Las pericias forenses no pudieron dictaminar las lesiones correspondientes en caso de violación, aunque también aclaran que no se pueden verificar después de pasados 15 días del hecho.

En broma

Los militares procesados ayer se encontraban en libertad condicional desde diciembre, luego de haber sido procesados por la Justicia militar por distintos delitos castrenses. Ayer llegaron al juzgado en un vehículo militar, pero tras la audiencia fueron retirados por efectivos policiales luego de que llegara también un destacamento del Grupo Especial de Patrullaje Preventivo, que acordonó el lugar.

Gustavo Bordes, abogado de tres de los marinos procesados, dijo que en las próximas horas evaluará si apela el fallo judicial y si solicita la libertad anticipada. Denunció que Johnny Jean vino a Uruguay “a mentir a todos, incluso al gobierno que le pagó los pasajes y la estadía”. Según Bordes esto configura un delito que puede ser “castigado de oficio”, algo que se hizo notar en el juzgado, aseguró. Por su parte, Mercedes Romero, abogada del otro marino, cree que la decisión judicial es “una medida ejemplarizante” debido a la “repercusión internacional” que tuvo el caso. “En todo momento se pudo determinar que se trató de una broma”, indicó.

La defensa solicitó al juez que por razones de seguridad la reclusión de los efectivos de la Armada no sea en una cárcel común sino “en lo posible dentro de una unidad militar”, dijo Bordes, que estima que “la prisión va a ser corta”. Fuentes del Ministerio del Interior confirmaron ayer que los militares permanecerán por lo menos hasta el viernes en Cárcel Central y afirmaron que seguramente no serán recluidos en un establecimiento penitenciario dependiente de ese organismo.