Con el telón de fondo de la segunda vuelta electoral de 2009, referentes del Frente Amplio (FA) y del Partido Nacional (PN) llegaron a intercambiar opiniones respecto de cuál de los candidatos en disputa -José Mujica y Luis Alberto Lacalle- representaba mejor la continuidad del presidente saliente Tabaré Vázquez.

En ese marco, y ya con Vázquez consolidado como un dirigente con altos niveles de popularidad, la nacionalista Julia Pou aseguró que su marido, Lacalle, garantizaba la continuación del primer gobierno del FA. También por aquellos días, la actual diputada Verónica Alonso (Unidad Nacional, Una) decía que Mujica “no predica los mismos valores ni tiene el mismo modo de convivir” que Vázquez y que en esa coyuntura político-electoral Lacalle era “más una continuidad” que Mujica.

Tres años después, la estrategia de la oposición claramente ha cambiado, al punto de que blancos y colorados parecen más dispuestos a focalizar su atención en la “herencia maldita” de la administración Vázquez. “Si bien la gente culpa mucho a Mujica, gran parte de los orígenes de la situación actual son de la administración del ex mandatario”, dijo a la diaria el titular del directorio del Partido Nacional y precandidato a presidente por Una, Luis Alberto Heber.

Heber admite que en la última elección los nacionalistas “concentramos la atención en Mujica y no en el gobierno de Vázquez”, algo que, sin embargo, podría volver a ocurrir en 2014, aunque claramente en un orden invertido. “Se deja de lado al presidente y eso hace bien a la salud electoral”, reflexionó el senador blanco.

El presidente del directorio del PN sostuvo que en algunos temas claves para el país Vázquez “dejó su huella”. Puso como ejemplo la Ley de Educación, la reforma de la salud y las políticas de seguridad. En este último punto, caracterizó la etapa por la gestión de “dos ministros nefastos, que le hicieron mucho daño al país”, en referencia a los socialistas José Díaz y Daisy Tourné.

La visión de Heber es compartida por el principal referente de Alianza Nacional, Jorge Larrañaga, que en mayo de este año enfatizó que “el ex presidente [Vázquez] dejó al gobierno de Mujica una herencia negativa en materia de educación, salud y seguridad”, algo que, según afirmó, los frenteamplistas “no reconocen”.

El senador colorado José Amorín Batlle (Propuesta Batllista) también da por descontado que Vázquez será el rival frenteamplista que blancos, colorados e independientes tendrán en las nacionales de 2014. El 1º de setiembre, durante la convención del Partido Colorado (PC) en Durazno, Amorín dijo que el ex mandatario deberá ser enfrentado por un partido “unido”, según consignó Búsqueda. “El presidente Mujica podría hablar de herencia maldita: no se hizo nada en educación ni en infraestructura vial”, dijo el líder de Proba, quien responsabilizó por esa “herencia” al próximo “rival” en las urnas: Vázquez.

A lo nuestro

Sin embargo, la secretaria general del PC, Martha Montaner (Vamos Uruguay), considera que la estrategia partidaria para 2014 no puede estar centrada en “bajar la popularidad” de Vázquez y por eso considera más apropiado “subir la del PC y la de [Pedro] Bordaberry en el caso de nuestro sector”.

De todas maneras, Montaner reconoce que algunas decisiones del período de gobierno anterior tienen “repercusiones notorias” en la actualidad, como la ya mencionada Ley de Educación o la integración de los directores sociales en algunos organismos estatales.

“Ésa fue una modalidad de gobierno que introdujo Vázquez y hoy discutimos si es posible una remoción en ASSE. Pero nosotros vamos a tratar de hacer propuestas en estos temas. No se trata de criticar a Vázquez, sino de hacer un análisis de la realidad”, expresó Montaner.

En el FA consideran que los cuestionamientos de la oposición ante las cada vez más frecuentes salidas públicas de Vázquez responden a fines “claramente electorales”.

Por ejemplo, la presidenta del partido de gobierno, la socialista Mónica Xavier, opinó que cada vez que aparece el ex mandatario “la oposición se brota”. “Esto muestra que Vázquez tiene una gran aceptación, ya que quienes compiten o competirán con él tratan de criticarlo todo el tiempo [...]; la oposición está en un sistemático intento de mellar su imagen”, manifestó. Los partidos de la oposición, según Xavier, intentan “dañar la imagen de un contrincante que tiene buena aceptación con fines electorales”.

Por su parte, el vicepresidente del FA Juan Castillo evaluó que las críticas de blancos y colorados reflejan “nada más ni nada menos que la visualización de la campaña electoral”. “La oposición abandonó la tarea del debate o colaborar con la conducción y se ha puesto de cara a 2014 y 2015. Es una campaña adelantada”, señaló. El dirigente comunista aseguró que en cuanto a las estructuras del FA “en ningún lugar está en el orden del día el tema del candidato a presidente”, ya que los mayores esfuerzos están dedicados a “mejorar la gestión del gobierno y la aplicación del programa”.