El sector banca oficial de la Asociación de Empleados Bancarios del Uruguay (AEBU) realizará este año un encuentro nacional que debatirá temas programáticos. En la última Asamblea Nacional de Delegados surgieron varias propuestas, entre ellas la creación de un banco de desarrollo para financiar grandes emprendimientos industriales y productivos, la necesidad de fortalecer al Banco de Seguros del Estado (BSE), que actualmente es el único operador del mercado que paga rentas previsionales de las AFAP, y la preocupación por no generar desajustes en el Banco Hipotecario del Uruguay (BHU), algo que podría ocurrir si prosperase un proyecto de ley del Partido Independiente (PI) que plantea pasar las deudas en unidades reajustables (UR) a unidades indexadas (UI), con un reajuste a 2005 y con una quita de 35%.
El encuentro nacional de los bancarios tendrá como objetivo “restablecer la confianza y empezar a discutir temas más programáticos que reivindicativos”, y el martes se resolvió “relanzar la comisión que va a organizar y confeccionar los temas a discutir”, indicó a la diaria Gonzalo Pérez, presidente del Consejo Banca Oficial de AEBU, que representa a funcionarios del Banco de la República Oriental del Uruguay (BROU), Banco Central del Uruguay, BHU, BSE y Agencia Nacional de Vivienda.
Pérez explicó que la iniciativa de crear un banco de desarrollo ya fue planteada por el propio BROU pero “no prosperó”. Cuando se instaló UPM en el país “necesitaba un financiamiento importante y la carta orgánica del BROU le impide prestar montos que superen un determinado porcentaje de su patrimonio, por lo que la empresa recurrió a financiamiento internacional”, indicó Pérez. Si bien el caso de UPM fue el que les hizo “despertar la idea”, no es el único caso de grandes inversiones que, al no poder acceder a crédito en el país, recurren a financiamiento externo, pero si se creara un banco de desarrollo “estaríamos en condiciones de cubrir esas necesidades y dejar en el país los intereses del financiamiento”, agregó.
Pérez explica que ésta es una iniciativa similar al brasileño Banco Nacional de Desarrollo (Bndes), de propiedad estatal, y debería ser “un organismo distinto” al BROU, porque sería “un banco de segundo piso”, sólo para grandes emprendimientos.
La idea de AEBU es empezar a discutir cómo se podría llevar adelante esta iniciativa con todos los actores involucrados para luego “elevar una propuesta” al Poder Legislativo.
Entre las posibilidades de financiamiento piensan en “el capital que hoy tienen las AFAP para darle algún tipo de interés”, como también la posibilidad de recurrir a otros bancos. Según Pérez, cuando el BROU trabajaba en el tema “había iniciado contactos con bancos de China para que fueran socios de ese banco de desarrollo”.
Climas internos
Respecto del BHU, el gremio bancario ve con preocupación un proyecto del PI que propone pasar las deudas en UR a UI, haciendo un reajuste a 2005 y con una quita de 35%. Pérez explica que no se trata de una “oposición cerrada” a la iniciativa, pero advierte que podría generar un “desajuste financiero” en el BHU que complicaría su “estabilidad futura”.
El BHU, luego de la crisis de 2002, “fue un banco que quebró” y de a poco “está nuevamente empezando a dar créditos”, por lo que una refinanciación de deudas con la quita del 35% comprometería la continuidad del otorgamiento de préstamos. “Si la iniciativa prospera hay que pensar en una herramienta que se haga cargo de la deuda”, que no sea el propio BHU, explicó Pérez.
Por su parte, el BSE “está en una situación buena”, pero se trata del único banco que está pagando rentas previsionales de las AFAP, algo que “no es un buen negocio para ninguna institución”. “La prueba está en que ninguna aseguradora privada del país lo está tomando y si bien, dada la poca cantidad de jubilados por ese sistema, hoy en día no es un problema para el BSE, cuando aumente la cantidad se volverá preocupante”, dijo Pérez, y agregó: “Hay que encontrar una alternativa que le dé viabilidad al banco en el futuro”.
Finalmente, Pérez destacó que AEBU viene recuperándose de unas 150 desafiliaciones que se produjeron tras la firma del último convenio con el gobierno y del surgimiento de un sindicato paralelo que “hoy en día no existe”. “Estamos recibiendo nuevas afiliaciones, más de 200, producto de los nuevos ingresos de personal, seguimos trabajando en un buen clima interno y recorriendo el país para recuperar a la gente”, concluyó Pérez.