El artículo comenzó a circular el 7 de enero, sobre todo entre militantes del Frente Amplio. Son casi diez páginas en las que el ex dirigente comunista y referente histórico de la izquierda Wladimir Turiansky reflexiona sobre los acuerdos de cooperación en defensa y seguridad entre Uruguay y Estados Unidos (EEUU). Ya en las primeras líneas grafica la posición del ex sindicalista: adelanta que esta situación se parece a “aquella fábula del tiburón y las sardinas”, que el ex presidente de Guatemala Juan José Arévalo utilizó en la década del 50 para aludir a la relación de EEUU con las repúblicas centroamericanas.

Las preocupaciones de Turiansky plasmadas en la nota tienen una motivación. En noviembre de 2012, Presidencia de la República anunció que enviaría al Parlamento un proyecto de acuerdo entre Uruguay y EEUU para “la adquisición de suministros y la prestación recíproca de servicios” entre los ministerios de Defensa de ambos países.

En el mensaje de aquel proyecto se recuerda que en 2010 venció un acuerdo “de características similares” suscrito en 2000, y puntualiza que “ambos países están vinculados en la materia por el Convenio de Asistencia Militar que entró en vigor” en 1953.

Turiansky recuerda que aquel convenio se firmó en el marco de la Guerra Fría con la finalidad de “incorporar a las fuerzas armadas uruguayas a la batalla mundial contra el comunismo”. “Temas como una eventual instalación de una base militar estadounidense en Punta del Este, o el envío de un contingente militar a Corea conmovieron la vida política nacional y generaron un fuerte rechazo no sólo de las organizaciones populares y de izquierda, sino incluso del herrerismo dentro del Partido Nacional”, reseñó.

Para Turiansky, no hay manera de “actualizar” ese acuerdo -una posibilidad que se manejó a finales de año- porque no “se trata de ponerlo al día cambiando al enemigo”. “Antes era el marxismo internacional, ahora es el terrorismo internacional”, añade Turiansky, quien considera que EEUU mantiene 60 años después el mismo concepto de seguridad internacional. “Con esta historia, ¿alguien puede pensar que exista algún atisbo siquiera de intereses comunes entre Uruguay y EEUU en materia de defensa y seguridad?”, se pregunta.

En este caso, según Turiansky, Uruguay debería mantener relaciones normales “de país soberano a país soberano” con el gran vecino del norte. “Pensemos en colocar, y a buen precio, nuestros productos en ese gran mercado. Pero en el área de la defensa y la seguridad nacionales [...] procuremos aportar a la construcción de una política de defensa para la Unasur basada en la paz y en la solución negociada de los conflictos, así como el principio de autodeterminación de las naciones. Más nos vale”, concluye.