En Carrasco viven cerca de 50 funcionarios de la Embajada de Estados Unidos. En la calle Sanlúcar hay una residencia que llama muy poco la atención si se la compara con sus lujosas vecinas. No hay casillas de seguridad, no hay ninguna placa identificatoria, ninguna bandera y no tiene las enormes dimensiones de la residencia de los funcionarios diplomáticos de Argentina, ubicada en la misma cuadra. En lugar de un feroz rottweiler, la custodia un boxer marrón y blanco que ni siquiera se ensaña demasiado en sus ladridos. Una mujer de 50 años atiende la puerta y se excusa: no habla español. Confirma que allí viven diplomáticos estadou
nidenses, pero evita responder más preguntas y sugiere dirigir las consultas a la Embajada de Estados Unidos. En la calle paralela, Puntas de Santiago, hay otra residencia de diplomáticos de ese país.

El sueño del patrullero propio

Esta semana, el ex diputado colorado Roberto Yavarone entregó una carta al Ministerio del Interior en la que ofrecía, en nombre de otros vecinos de Carrasco y Pocitos, tres patrulleros a la Policía, según informó el miércoles El Observador. Eso sí, ponían una condición: que uno de ellos fuera destinado a Carrasco, el otro a Pocitos y el tercero a “una zona marcada por el delito que las autoridades elijan”. Esto motivó la queja del diputado nacionalista Pablo Iturralde (Alianza Nacional). “¿Vamos a permitir que la vigilancia y seguridad se dé dependiendo de los ingresos de quienes habiten determinadas zonas? ¿O vamos a medir cuántas patrullas cumplirán servicio en una zona según cuántos empresarios o diplomáticos la habiten?”, cuestionó.

El episodio que involucró al presidente de la Juventud del Partido Nacional, Gonzalo Baroni, sucedió ocho cuadras al noroeste. La semana pasada, dos camionetas de la embajada de Estados Unidos lo interceptaron y una persona vestida de particular, que se identificó como policía, le pidió documentación. Alegó estar al servicio de la embajada. El Ministerio del Interior ya instruyó una investigación administrativa para aclarar los hechos, según confirmó la diaria.

Los policías de la Seccional 14ª aseguran que no están al tanto de las acciones del personal de seguridad de la embajada y que no coordinan nada con ellos. Sí tienen conocimiento de que sus camionetas realizan recorridos, fundamentalmente entre las distintas residencias de los funcionarios. “A veces nos cruzamos y nos saludamos, pero nada más”, comentó un efectivo.

“Todas las embajadas tienen servicio de seguridad propio”, explicó a la diaria una fuente del Ministerio del Interior. Además, Estados Unidos tiene un Servicio de Seguridad Diplomática que tiene agentes en embajadas y consulados. En Uruguay existe una unidad dentro de la Policía que se encarga de dar protección especial a los funcionarios diplomáticos, pero, según señaló la fuente del ministerio, “es una unidad pequeña y no se cuenta con un policía para cada embajada y consulado”.

La Embajada de Estados Unidos cuenta con una empresa de seguridad propia, creada especialmente a tales efectos. Esta empresa contrata además el servicio 222 para la seguridad del local de la embajada y de sus funcionarios. El reglamento del servicio 222 establece que éste podrá utilizarse para la “seguridad, vigilancia especial y custodia de personas, bienes y valores”.

Ese día que le pidieron documentos a Baroni, había sucedido un “hecho delictivo o por lo menos irregular” en una de las residencias, dijo a la diaria la fuente del ministerio. Un policía “es policía las 24 horas” y, por tanto, está habilitado a pedir documentación, aunque trabaje al servicio de la Embajada de Estados Unidos, sostuvo la fuente, quien, por otra parte, afirmó que no es irregular que ese servicio 222 realice “recorridos” por la zona.

La Institución Nacional de Derechos Humanos actuará de oficio en este tema, aseguró a la diaria uno de sus integrantes, Juan Faroppa, quien además se desempeñó como subsecretario del Ministerio del Interior durante el gobierno de Tabaré Vázquez. “El consejo directivo tiene el tema en carpeta, le preocupa, lo va a tratar. Se va a tomar posición de oficio porque es un tema complicado que merece ser analizado, no sólo este caso puntual sino otros”, afirmó Faroppa.