Los ediles blancos y colorados de la Junta Departamental de Colonia aprobaron directrices de ordenamiento territorial que cambian la categoría de padrones rurales, que ahora serán calificados como suburbanos. Eso provocó la reacción de cientos de vecinos de la zona de Colonia Estrella, un enclave rural en las afueras de Carmelo que podría dejar de existir como zona de pequeños productores agropecuarios para convertirse en un millonario negocio inmobiliario.
Los colonos que habitan estas tierras desde 1850 podrían terminar cediendo a la presión inmobiliaria ante la normativa que les impide tener viñedos, criar cerdos o mantener pequeñas huertas.
Adentrarse en Colonia Estrella, una vasta región poblada de colonos europeos que comenzaron a llegar en 1850, es meterse en el corazón del cordón rural que rodea a Carmelo.
Esta zona fue redescubierta por los argentinos a partir de 1990. Con el tiempo se fue convirtiendo en un territorio en el que convivían armónicamente pequeñas parcelas en las que se plantan viñas, frutales, se crían cerdos o gallinas, con quintas de descanso para muchos argentinos que optan por cruzar el charco para cargar las pilas durante el fin de semana.
Estos cambios provocaron que el precio de la hectárea de tierra en esa zona rural se fuera por las nubes, al punto de que el presidente de la República, José Mujica, comentó en una oportunidad que allí, muy cerca de donde su familia materna aún mantiene la bodega, la hectárea llegó a cotizarse a 100.000 dólares.
El club de campo El Faro, o el club de golf del hotel Four Seasons -donde está proyectado un parcelamiento millonario-, pareciera justificar que esa zona pase a considerarse suburbana. Pero Colonia Estrella es mucho más que los emprendimientos turísticos que se ven sobre la ruta 21, cuando uno viaja camino a Nueva Palmira.
Ahora, a partir del Decreto Nº 36, que terminó de votarse el 27 de setiembre con la mayoría que integran los blancos y colorados en el Legislativo departamental, toda esa amplia zona rural pasó a convertirse en suburbana. En los hechos, el cambio significará el movimiento de millones de dólares en el negocio inmobiliario, ya que con la nueva normativa estos terrenos se podrán fraccionar en parcelas menores a una hectárea.
Pero las directrices departamentales de Ordenamiento Territorial y Desarrollo Sostenible -aprobadas por el Legislativo departamental en 2013, en aplicación de lo dispuesto por las leyes Nº 18.308 y Nº 18.567- no sólo contemplan el desarrollo inmobiliario: al convertir esa zona rural en suburbana, se aplicarán también las directrices del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, que establece límites de 300 metros a la fumigación y uso de productos químicos. Esto, advierten los productores locales, volverá casi impracticable el pequeño desarrollo agropecuario porque no se podrá fumigar las vides o los frutales, ni se podrá criar cerdos ni gallinas.
Línea por línea
El artículo 1º del capítulo 1º de las directrices aprobadas por la Junta Departamental de Colonia explicita lo siguiente: “El objeto de las directrices departamentales de Ordenamiento Territorial y Desarrollo Sostenible de Colonia, en adelante Directrices, es establecer un marco que oriente el proceso de ordenamiento estructural del territorio del Departamento de Colonia, mediante la regulación del proceso de ocupación, desarrollo y uso del suelo y la previsión de los procesos de transformación del mismo”.
En los hechos se genera una ventaja para la inversión inmobiliaria con destino al desarrollo turístico y se margina, por la vía de la prohibición de continuar realizando su tarea productiva, a los descendientes de los vecinos radicados desde 1850.
Recién a partir de su aprobación, la gente empezó a enterarse de lo que significaba “eso que votaron en Colonia”, y cuando el equipo técnico de la Intendencia realizó, a fines de setiembre, una reunión en el liceo local para avanzar sobre la normativa con un conjunto de directrices locales, el ambiente de la asamblea se complicó, porque aparecieron decenas de vecinos de Colonia Estrella para pedir explicaciones al gobierno departamental sobre lo que se había votado.
Ese día se escucharon expresiones de los productores, del estilo “de mi casa me sacan con los pies para adelante” o “a mi caballo nadie lo toca y yo voy a seguir criando cerdos porque eso es lo que hace la familia desde hace cuatro generaciones”.
En esa instancia la intendencia aclaró que una vez aprobada la normativa local para Carmelo se puede revertir lo aprobado en la Junta Departamental. Actualmente corre un plazo de 180 días para que los vecinos que quieran seguir teniendo su padrón como rural puedan hacer el reclamo en las oficinas municipales. Pero una breve recorrida por la zona demuestra que la mayor parte de los vecinos radicados allí no están informados de que deben hacer ese trámite. En los últimos días, más de 150 vecinos de esa zona firmaron una petición de audiencia al intendente y a la Junta Departamental para que se mantenga como rural el territorio de Colonia Estrella. Aún aguardan respuesta de las autoridades.
“Se privilegió la especulación”
Para el edil Rodrigo Cerruti (Frente Amplio, FA) el plazo que corre entre lo que ya está aprobado a nivel departamental y lo que se podrá aprobar luego como normativa local deja espacio a la especulación y al negociado. “Esto ya es norma y empezó a regir, las directrices establecen normas claras de suelo rural, urbano y suburbano. Nosotros planteamos lo que se iba a producir en varias zonas del departamento como las afueras de Colonia del Sacramento, Carmelo o Nueva Palmira, y es lo que está ocurriendo en Colonia Estrella”, dijo. Agregó: “El criterio que se utilizó para determinar como suburbanas estas grandes extensiones es contrario a lo que dice la Ley de Ordenamiento Territorial, que establece como suburbanos aquellos terrenos que tienen un uso evidentemente urbano”, como ocurre a un costado de la ruta 21 camino a Nueva Palmira, “pero en la mayor parte de Colonia Estrella sus pobladores tienen predios de uso evidentemente rural”, señaló.
En opinión del edil, “hay una visión parcial del oficialismo para que esta zona se convierta en una zona de desarrollo turístico o residencial, ignorando la realidad histórica de Colonia Estrella, que es una zona rural de producción agropecuaria”.
El FA se negó a votar estas directrices porque hubo una negativa de las bancadas del Partido Nacional y del Partido Colorado de considerar esta región como “zona potencialmente transformable”, lo que permitiría la convivencia de esa área rural con otro tipo de emprendimientos. “Eso no se consideró para Colonia Estrella, lo que demuestra que primaron los intereses inmobiliarios”, afirmó Cerruti.