Autógrafos, abrazos, besos y sobre todo muchas fotos hubo ayer en la plaza Liber Seregni, cuando la senadora y precandidata presidencial Constanza Moreira se encontró con varios de sus simpatizantes. “¡Salió el sol!”, le decía la precandidata, con emoción, a una de las tantas señoras que se le acercaban a saludarla. La alusión al cambiante clima de la tarde dominguera iba a estar presente en el transcurso de todo el acto.

La parte sur de la plaza había sido decorada con largas banderas frenteamplistas enganchadas en postes y columnas. Más de un centenar de personas asistieron al encuentro con Moreira, formando un tumulto heterogéneo de pocas identificaciones con sectores políticos: se veían algunas banderas del Partido por la Victoria del Pueblo (PVP), remeras del Partido Socialista de los Trabajadores (PST) y un señor incluso sostenía una bandera del Movimiento de Participación Popular (MPP). “Fui militante del MPP hasta hace tres años, y no creo en Tabaré Vázquez. Quiero un cambio radical en el Frente Amplio [FA], un giro a la izquierda”, dijo el señor que la llevaba, que explicó que fue con ella para “animar” a que “salgan del clóset” aquellos militantes del sector que quieren un cambio.

Moreira, siempre rodeada de cámaras de fotos y de video, no paraba de saludarse con los dirigentes, cuando una joven anunció en un megáfono la llegada del ex diputado socialista Guillermo Chifflet, quien fue recibido con varios aplausos, robándole el protagonismo a Moreira durante unos instantes. “Qué emocionante”, comentaban dos veteranas al ver a la senadora sacarse fotos con el ex legislador. Luego Chifflet permaneció sentado en una silla playera junto con una señora, en medio de los militantes.

El encuentro fue organizado por Redes por Constanza, un bloque de grupos y sectores que apoyan la candidatura de Moreira y que incluye al PVP, PST, Alternativa 2014, Frenteamplistas por un Debate Programático y Revolunautas, un grupo organizado de frenteamplistas con actividad en las redes. “A partir de allí queremos nuclear a personas de otras procedencias. Somos una organización completamente abierta”, explicó Gabriela Balkey, una de las organizadoras de la convocatoria.

Quienes asistieron estaban bastante convencidos de su apoyo a Moreira. “Busco alguien que reflote el espíritu de 1971”, dijo un señor mayor, acompañado de una señora más joven, que manejó otros argumentos: “No lo quiero a Vázquez, y además hay una cuestión de género que importa”. Otra señora, de unos 60 años, dijo que “las estructuras están quietas, hay que movilizarlas, y ella es la indicada. A mí no me gustan los candidatos impuestos”. Además de banderas, los organizadores habían colgado un par de cartulinas en las que se podía escribir mensajes para la precandidata: “En tiempos duros, esperanza renovadora. ¡Aguante Constanza!”, decía uno. Otro mensaje, firmado por “El Porteño”, destacaba otros atributos de la candidata: “Me encantan tus rulos”.

Pero para que aquello fuera un acto político propiamente dicho faltaba el discurso de la candidata, así que finalmente Moreira tomó la palabra. La senadora le dijo al público que la candidatura “salió más de la voluntad de ustedes que de la mía” y que habrá que defenderla “en la orgánica del FA, para que así tenga la fuerza que tiene en la calle”.

Moreira defendió la candidatura alternativa como algo “sentido y necesitado por muchos”, y afirmó que “no es por capricho”, sino “por el ánimo entusiasta y firme de los que creen que el FA debe ir a por más”. Luego sostuvo la importancia de no “perder” el plebiscito sobre la baja de la edad de imputabilidad penal y pidió más gravámenes al capital y menos al trabajo. Reclamó que en el país “no haya nadie que viva en una casa sin electricidad, sin baño, sin una vida digna”. Exigió “tantas mujeres como hombres en todos y cada uno de los puestos de decisión”, y dijo que en ese punto “somos radicales”.

Por último, sin mencionarlo, le respondió al ministro de Defensa Nacional, Eleuterio Fernández Huidobro, que había mencionado que la candidatura de Moreira era “poco seria” y que había sostenido el mes pasado que, por la nueva agenda de derechos, la izquierda cometía el error de olvidarse de “la lucha de clases”. Moreira pidió “tomarse en serio al otro”. “Si alguien dijo que esta candidatura es poco seria, nosotros debemos tomar en serio a los otros”. Tras sostener que “de todos los gastos del país, el menos prioritario son las Fuerzas Armadas”, culminó sosteniendo, en referencia a los comentarios de Fernández Huidobro: “Arriba los que luchan, todas las luchas”.