Ayer la reunión del Consejo de Salarios del grupo 22, “Ganadería, agricultura y actividades conexas”, finalizó sin avances, ya que la delegación empresarial manifestó “que el clima que se ha generado no contribuye a la negociación” y por eso solicitó un “cuarto intermedio para el próximo miércoles”, según el acta de la instancia.

Por su parte, la delegación de la Unión Nacional de Asalariados, Trabajadores Rurales y Afines (UNATRA) y del PIT-CNT expresó su desacuerdo con “el planteo patronal”, ya que “están dadas todas las condiciones para avanzar en el diálogo y la negociación”. Pidieron a los empresarios que respondan “la propuesta de salarios mínimos por categoría presentada por la parte trabajadora en la reunión del 23 de octubre”.

Las organizaciones empresariales que negocian en el grupo son la Asociación Rural del Uruguay (ARU), la Federación Rural, la Asociación Nacional de Productores de Leche y la Asociación de Cultivadores de Arroz (ACA).

Para esta ronda, la UNATRA resolvió negociar “en bloque” para evitar dividir el grupo 23 en subgrupos como en las rondas anteriores, donde funcionaron por separado las plantaciones de caña de azúcar y de arroz. Marcelo Amaya, dirigente del Sindicato Único de Trabajadores del Arroz y Afines, dijo que “estaban todas las condiciones dadas para avanzar en la negociación” y lamentó la actitud de la delegación patronal porque “los trabajadores tenemos que venir desde muy lejos y haciendo un gran esfuerzo”.

El delegado de la UNATRA opinó que “es imposible” separar esta decisión de las patronales del acto del PIT-CNT del martes, frente a la sede de la ARU. El PIT-CNT eligió ese lugar, en el marco de un paro general parcial, en respuesta a que no se le permitió la entrada a la Expo Prado a trabajadores rurales que pretendían entregar volantes.

En ese acto, uno de los coordinadores del PIT-CNT, Marcelo Abdala, se refirió a la ARU como “estos señores dueños del país, generadores de la hegemonía de las clases dominantes [...] defensores de cuanta dictadura hubo en este país”. La UNATRA propuso en la negociación colectiva la modificación de categorías laborales, eliminando algunas y estableciendo mejores salarios mínimos para cada una, partiendo de un básico de 12.000 pesos para el escalafón inicial.

César Rodríguez, del Sindicato de Peones de Estancias, agregó que luego de un período de prueba de 75 jornales, el asalariado debería pasar a ser “peón” con un salario de 14.000 pesos. Sin embargo, los empresarios plantean que entre la categoría inicial y la de peón debería existir una intermedia, destinada al servicio doméstico, porque “argumentan una serie de cuestiones que tienen que ver con la discrimanción por género y que el trabajo de las cocineras no está atado a la producción, algo que es equivocado”, añadió.

Amaya, en tanto, dijo que los empresarios plantean en la negociación que “los peones se van a sentir discriminados si las cocineras pasan a ganar los mismo que ellos. Dicen que el trabajo de los peones es mucho más duro y se olvidan de que las cocineras trabajan todo el día sin parar”. Otro problema que afecta la negociación es que “no existe una mirada única entre los organizaciones patronales”. La ACA, por ejemplo, “ha tratado de negociar aparte en el subgrupo del arroz porque no quiere quedar pegada al discurso intransigente de las demás gremiales”, especialmente de la ARU, opinó.

Sin embargo, la UNATRA decidió negociar “en bloque” para que todos los trabajadores rurales obtengan “los mismos beneficios”, explicó Amaya. El dirigente agregó que lo más importante “es acordar en las categorías y los salarios”, mientras que en otros temas, como las condiciones laborales, “se puede continuar negociando en comisiones tripartitas”. Una de las novedades reclamadas por la UNATRA es que los patrones se encarguen de la compra del apero, considerado una herramienta de trabajo de los peones rurales y que le cuesta al asalariado unos 14.000 pesos. La próxima reunión del grupo será el miércoles 6 de noviembre.