El precandidato presidencial y diputado blanco Luis Lacalle Pou presentó ayer, en el salón de actos de la Torre de las Telecomunicaciones de Antel, sus equipos “técnicos” de trabajo, de cara a las elecciones de 2014.

La salida y la entrada al auditorio estuvieron totalmente congestionadas por el abundante público. El acto tuvo la particularidad de que los propios integrantes de los grupos de trabajo conformaban la escenografía: en todo momento hubo cerca de 150 personas de pie, ubicadas detrás de los oradores, y algunas de ellas asistieron al precandidato, a quien le alcanzaron un vaso de agua mientras pronunciaba su discurso.

El equipo

Entre las figuras que participan en los grupos de trabajo de Lacalle Pou se destacan la asesora legal del arzobispo Nicolás Cotugno, Carmen Asiaín (en el grupo de Transparencia), el ex presidente de la Federación Rural Miguel Sanguinetti (Agro), el empresario José Gómez Platero (Comercio, Servicios y Turismo), la escritora Mercedes Vigil (Cultura y Actividades tradicionalistas), el ex basquebolista Luis Pierri, el preparador físico Juan Antonio Tchadkijian y el presidente del Club Atlético River Plate, Álvaro Silva Ache (Deportes), el psicólogo Robert Parrado (Seguridad) y el periodista de automovilismo Jorge Alfaro (en Seguridad vial).

Tras un breve video en el que Lacalle Pou invitaba a “dejar de mirar hacia atrás”, tomó el micrófono el coordinador de los 19 grupos de trabajo, el filósofo Pablo da Silveira,
quien hizo énfasis en que están integrados por unas 200 personas. Destacó la importancia de la complementación entre cuadros políticos y técnicos, para que así “no haya lugar para la improvisación”, al tiempo que el “saber político” asegure una sensibilidad que el “saber técnico” no posee.

También dijo, en alusión al presidente José Mujica, que se ha perdido “calidad” en el ejercicio del gobierno y que últimamente se ha tomado con “naturalidad” el “cambio de pautas y la falta de claridad estratégica”. “Hay que terminar con el talenteo, el culto deliberado a la incoherencia, la cultura del pelotazo. Necesitamos gobernantes que dediquen menos tiempo a la filosofía de boliche y más tiempo a gestionar con profesionalismo”, criticó.

Añadió que el equipo de Lacalle Pou intentará “igualar para arriba y no para abajo”, y justificó por qué comenzaron a trabajar los grupos de forma “tan temprana”: “Las personas necesitamos tiempo para dejar de ser una suma de individualidades y ponernos a trabajar en equipo”.

Tiempo perdido

Bajo el lema “el futuro es ahora”, Lacalle Pou planteó que el centro de las preocupaciones de su equipo será “el desarrollo individual y no el individualismo”. Advirtió que no tiene “pretensiones fundacionales”: “Hemos criticado a los partidos que creen que el mundo empieza con su llegada al poder”.

Luego destacó aciertos de los gobiernos del Frente Amplio, de los que dijo que no está dispuesto “a alterar, pero sí a modificar”. Primero hizo referencia al “gasto social”, algo que los gobiernos de izquierda “vieron e intuyeron”. A diferencia de su padre, el senador Luis Alberto Lacalle, candidato en las últimas elecciones, Lacalle Pou dijo que no recortará el gasto social y que está dispuesto a “consolidarlo institucionalmente, estableciendo alguna regla que no nos haga variar el gasto según altos y bajos en materia económica”. Sin embargo, sostuvo que es necesario “gastar mejor”, mediante políticas sociales de “independencia, libertad y desarrollo humano”: “A favor del gasto social y en contra de asalariar la pobreza”, dijo, citando a Da Silveira. “La mejor política social es la política educativa [...] el dinero que haga falta en este tema lo vamos a gastar”.

Luego mencionó que “sería muy fácil e irresponsable decir que vamos a derogar el IRPF, pero vinimos a gobernar nuestro país”. De todas formas, hizo énfasis en la necesidad de modificar las franjas, los mínimos imponibles y las deducciones, que “son pocas y están mal diseñadas”. Por último, volvió a mencionar, una vez más, que los Consejos de Salarios “llegaron para quedarse”, aunque acotó que “no pueden tener la cancha flechada de antemano; si no, perderían legitimidad y serían infértiles”. Al respecto, propuso cláusulas de salvaguarda para procesos de desaceleración económica, e insistió en la necesidad de darle “cuotas de realismo y flexibilidad”.

En cuanto a políticas a cambiar, aseguró que el primer día de su mandato derogará el decreto que habilita las ocupaciones, lo que motivó un aplauso del público. “Ésta es una medida que vulnera derechos constitucionales”, expresó. Agregó que eliminará la prohibición de ingresar al país determinados equipos médicos, algo que calificó como “igualar para abajo”.

Planteó además que las relaciones internacionales no pueden llevarse adelante a partir de relaciones personales o ideológicas, y que “la diplomacia debe ser de cancillería”. Pidió un Mercosur que altere las asimetrías y reconozca a los socios más pequeños, y llamó a fortalecer la Embajada uruguaya en Buenos Aires. Dijo que en educación “vamos hacia un quinquenio perdido” y destacó la necesidad de que el Ministerio de Educación y Cultura tenga incidencia en el área. También llamó a trabajar en políticas de seguridad vial, laboral, en revertir la migración rural y, una vez más, en el cumplimiento de la Ley de Discapacidad.