El auditorio estaba compuesto, entre otros, por el presidente José Mujica. Los comentaristas fueron el intendente de Maldonado, Óscar de los Santos; la presidenta del Frente Amplio (FA), Mónica Xavier; la decana de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la República, Susana Mallo; y el director de la Fundación Liber Seregni, Agustín Canzani. Tarso Genro, ex ministro de Luis Inácio Lula da Silva y actual gobernador del estado de Río Grande del Sur, dio ayer una conferencia en el local frenteamplista La Huella de Seregni, denominada “El desafío de una democracia de calidad”.

Fue la primera actividad de una agenda que se extiende hasta mañana, participará en el Edificio Mercosur en las sesiones de los Grupos de Alto Nivel (GAN) Brasil-Uruguay y se reunirá con el senador socialista Roberto Conde, eventual candidato a ocupar la secretaría general de la Unión de Naciones Suramericanas.

La vuelta

El Parlamento del Mercosur volverá a sesionar, luego de más de dos años sin reunirse. Será el lunes 11 en el Edificio Mercosur, y según manejaban ayer funcionarios del Parlamento, participarían todas las delegaciones, incluso la de Paraguay. El Mercosur levantó la suspensión a ese país tras la asunción de Horacio Cartes como presidente, pero Paraguay ha resuelto que no concurrirá a la próxima cumbre de presidentes del bloque regional.

Genro cuestionó ayer lo que denominó como “un fascismo societal” que es “común a toda la derecha mundial” y que “se basa en el argumento de que las demandas de abajo no tienen legitimidad” y en que “las mejoras sólo se basan en la educación, como si la educación no fuese una consecuencia de las políticas del Estado y de la organización del mercado”. “Si en los períodos precedentes la cuestión fue destruir el Estado y construir un buen Estado, o reformarlo, hoy el problema es más complejo. Es refundar el Estado democrático integrando revolución y reformas dentro del orden jurídico democrático”, opinó. Estimó que “no hay posibilidad de reforma en el sentido socialdemócrata y no hay posibilidad de ruptura en el sentido revolucionario”, y agregó que el camino debe ser lo que denominó “revolución democrática”. Destacó que es necesario generar “nuevos procesos de conexión entre el Estado y la sociedad” y generar mecanismos de participación directa. “Estamos acostumbrados a la indiferencia, y ésa es una victoria estratégica de la opresión”, manifestó.

Xavier destacó que se debe trabajar desde la óptica de los derechos. Canzani coincidió con ella y agregó que se debe incorporar el concepto de “autonomía de las personas” y la necesidad de tener una sociedad civil capaz de exigir rendiciones de cuentas a sus gobiernos. También mencionó la necesidad de la pluralidad en el debate público, de un Estado fuerte y de servicios públicos que lleguen a toda la 
población.

De los Santos recordó que antes la izquierda buscaba “quebrar la columna vertebral de la democracia burguesa”, y hoy trata de “construir una alternativa al capitalismo”. Opinó que se precisa una democracia con mecanismos de participación directa de las personas en las decisiones. Hizo hincapié en la importancia de la cuestión ambiental, aunque consideró que a veces “se hacen incomprensibles algunas actitudes” de los ambientalistas. Resaltó la importancia del Estado para representar a aquellos que no tienen voz.

Mallo consideró que la democracia participativa implica “cambiar la hegemonía cultural que pretenden imponer las derechas”, que sólo “piensa al otro como un riesgo o un peligro en la vida pública”.