La senadora y precandidata presidencial Constanza Moreira sostuvo ayer que es necesario reducir las Fuerzas Armadas (FFAA) tanto en presupuesto como en número de efectivos, cuestionó su sistema de pensiones, las escasas reformas en sus planes educativos y las edades de retiro que se manejan en la profesión militar.

En el marco de la mesa redonda “¿Qué política de defensa es posible?”, organizada por el grupo Frenteamplistas por un Debate Programático (que apoya a Moreira), la senadora puntualizó que en la unidad programática sobre defensa que funcionó en el Frente Amplio (FA) hubo varios puntos en los que no se llegó a consenso y en los que “la mayoría de la comisión” optó por colocar “temas muy generales y evitó los compromisos específicos”.

La legisladora dijo que cuanto más específicos son los contenidos, más fácil es llevar a cabo el programa y con mayor planificación, mientras que si no existen contenidos de estas características “los propósitos quedan diluidos”.

Entre los compromisos que no están en el documento de la unidad temática de defensa (que será elevado al Congreso del FA), Moreira destacó la idea de “continuar reduciendo el número de efectivos y el presupuesto de las FFAA”; “pasar a la órbita civil algunas cosas que habían quedado en la órbita militar, especialmente desde la dictadura”; la idea de que las FFAA “compartan funciones” y tareas con la esfera civil, y la revisión de las misiones de paz, especialmente en el caso de Haití.

La precandidata expresó que las FFAA “no han experimentado modificaciones importantes desde la salida de la dictadura, a diferencia de otros campos”, y dijo que el Estado gasta mucho dinero en ellas. Concretamente, ilustró que el presupuesto del Ministerio de Defensa Nacional (MDN) es mayor que el del Poder Legislativo, el Poder Judicial y el Ministerio de Relaciones Exteriores juntos. También cuestionó que si bien este gobierno apuntó a no llenar las vacantes que se produjeran durante el período, “lo ahorrado por esas vacantes quedó dentro del ministerio, por lo que no se redujo el presupuesto” de la cartera. “Ejercen presión en el Poder Ejecutivo e incluso en el Ministerio de Economía [y Finanzas]”, aseguró.

Si bien destacó la aprobación de la Ley Marco de Defensa, de 2010, se quejó porque la Ley Orgánica de las FFAA “no ha sido modificada en lo sustancial”. También dijo que si bien hubo modificaciones en la educación militar, “lo más importante es que lo dejamos bajo la órbita del MDN” y, por lo tanto, persisten “dos estatutos docentes”, uno para los liceos públicos y otro para el Liceo Militar.

Finalmente, criticó el sistema de pensiones de las FFAA que, según dijo, es deficitario, tiene edades de retiro muy tempranas y una tasa de reemplazo mucho más alta que la de cualquier civil. “Las tasas de reemplazo y las edades no se ajustan al sistema general, ni siquiera a los sistemas que rigen para las ocupaciones estresantes”, sostuvo. “Uruguay puede y debe tener otras FFAA”, finalizó.

Lejos del Pacífico

Después de Moreira habló el general retirado Edison Arrarte. Denunció que durante los primeros dos años del gobierno de Tabaré Vázquez se estuvo “discutiendo mucho” sobre las FFAA, pero “de todo lo que se conversó no se resolvió nada”. El ex militar anunció que el Estado “no va a renunciar a la defensa del país”: “No va a haber eliminación de las FFAA”. No obstante, sentenció que su composición actual es un “exceso” y que hay que reformular varios de sus elementos, entre ellos la pirámide de mando. Destacó la importancia de priorizar la Armada para controlar el territorio marítimo y redistribuir el Ejército de tierra con otro despliegue, priorizando la frontera, aunque sostuvo que no es necesario “meter la pata, movilizándonos de nuevo para defender a Botnia”. “No podemos hacer eso de nuevo. Un enano de un metro y medio no puede provocar a uno de dos metros”, ilustró.

También llamó a no firmar ningún tratado de “asistencia recíproca con Estados Unidos”, con el que “no tenemos ningún elemento para la reciprocidad” y, en cambio, sí apostar a la integración de Sudamérica en todos los niveles. “Más tarde o temprano, van a venir por los recursos naturales”, alertó, en referencia a Estados Unidos.

Cerró el acto el profesor de historia Julio Louis, quien también había participado en la unidad programática. Dijo que el documento que se aprobó en ésta “no tiene nada reflejado de las minorías”.

Louis sostuvo que el imperialismo busca propagar la idea de que los enemigos son “nuestros vecinos”, lo que deriva en las “patrias chicas”. “El documento que se llevará al Congreso no analiza que estamos en un mundo capitalista en profunda crisis, donde hay un poder compuesto de grandes transnacionales y un pequeño núcleo de entidades financieras que regula conductas de organismos internacionales como la Organización de las Naciones Unidas y el Fondo Monetario Internacional”.

Criticó a Estados Unidos, la principal potencia imperialista, el país que se permite “espiar a la ciudadanía mundial” y hasta “a sus amigos”, como Uruguay “y otros mayores como la Alemania de [Angela] Merkel o el Brasil de Dilma Rousseff”.

Según dijo, Estados Unidos está en una nueva Guerra Fría, pero no contra la Unión Soviética, sino contra China. Allí, “le exige a América Latina que ceda su territorio a una proliferación de nuevas bases indispensables para la fuerza de drones, y también le sirve para las Misiones de Paz”.

También dijo que Estados Unidos “vuelve a los Tratados de Libre Comercio [TLC], sólo que ahora se llaman Alianza del Pacífico, que es el acuerdo de todos los grandes países que tienen TLC entre sí. Hay quienes desde nuestras filas quieren juntar el Mercosur con esta alianza, pero es agua con aceite, es comparar una integración para la liberación con una integración para la servidumbre”.