En el Movimiento de Participación Popular (MPP) evalúan que se ha “debilitado” su “brazo izquierdo” social -encargado de “construcción del movimiento de masas”- y que en contrapartida se ha fortalecido su “brazo derecho”, identificado con “la ocupación de posiciones de institucionalidad” en el gobierno. Este “desbalance” es uno de los puntos que más preocupan a este sector, de cara a su próximo congreso, denominado “Por los compañeros”, que tendrá lugar el 4 y 5 de mayo. Esa “pinza” que propone el MPP funciona “al revés” de como debería concebirse y eso ha provocado “nuestra debilidad hegemónica, nuestra dilución ideológica, nuestra dificultad en crear un campo de masas para una visión hacia el socialismo”.

Este fragmento es parte de uno de los insumos que discutirán los congresales del sector del Frente Amplio (FA) más votado en las últimas elecciones. Ayer, en una conferencia de prensa en la sede del MPP para presentar el congreso, el senador Ernesto Agazzi hizo referencia a los principales temas abordados en los documentos y opinó, entre otras cosas, que “no hay ningún fundamento que explique por qué tiene que haber la desigualdad que hay en Uruguay”.

En el documento denominado “Aportes para la discusión” puede leerse que el MPP no ha sido capaz de recomponer las “‘patas’ de la pinza” una vez que el FA llegó al gobierno, y se admite que no ha sido posible “elaborar la planificación táctica necesaria y suficiente que acompañara el nuevo escenario”.

Si bien el MPP se identifica como una herramienta para llegar al socialismo, reconoce en ese insumo que no se podrá “romper con el sistema” y que ésta es “una etapa de desarrollo económico capitalista con políticas sociales. Distribución del ingreso y fortalecimiento de la democracia”, aunque “teniendo presente que la redistribución ocurrida hasta el momento no será sostenible si no avanzamos en la redistribución de la sociedad”.

No es moderado

El MPP identifica además a “sectores sociales que apoyaron a las organizaciones más moderadas” del FA, que sienten que éste “ya cumplió con su papel y desconfían fuertemente de la profundización del proceso”. “Eso hay que evitarlo, y los sectores que van y van más lejos, nosotros entre ellos, tenemos la responsabilidad de la conducción de la fuerza política y, por lo tanto, en última instancia, del propio gobierno”, asegura el documento.

En otro pasaje se cuestiona la visión “reformista o socialdemócrata” de “encarar la máquina del Estado burgués como si fuese neutra, en querer hacer de una estructura construida para oprimir y alienar el poder a los trabajadores un instrumento-llave para la transformación social”. En cambio, el MPP entiende que el Estado actual es “una herramienta para otra cosa”. “Necesitamos otro Estado que haga posible el desarrollo ciudadano y que se proyecte como sostén de la ciudadanía participante”, sostienen los empepepistas.

En este marco, se considera que “en el plano de la economía” se está encarando la lucha de clases desde una perspectiva “distributivista”: “abandonando cualquier perspectiva, en un futuro previsible, de socialización de los medios de producción”. De hecho, se sostiene que es “paradójico” que “en la ruta de mejorar el nivel de los asalariados”, se logró aceitar “las contradicciones del sistema, alejándolo en principio de sus crisis más profundas. Pero sin duda hemos atornillado el mecanismo mercantil de las decisiones”. “Hemos fortalecido lo que queremos cambiar”, se resume.

Recomponer la interna

El documento también hace algunas críticas sobre el funcionamiento de la principal alianza del MPP, el Espacio 609, que “no ha pasado de ser un espacio de acuerdo electoral, de coordinación mínima en el trabajo parlamentario y sin espacios de coordinación y trabajo político en los territorios o frentes”, e incluso “sin elaboración política”.

En ese marco, se plantea un nuevo desarrollo del bloque, incluso más amplio que el actual Espacio 609, pero “que lo transforme de un espacio electoral en un espacio de construcción de línea política y movilización en el territorio y frentes sociales”. En los hechos, el MPP pretende armar algo más profundo que un simple acuerdo electoral basado en acuerdos programáticos y en un funcionamiento orgánico que supere la coordinación parlamentaria actual.

En otro orden, también se establece que en el MPP el “desarrollo de conciencia” es “el talón de Aquiles de nuestro proyecto”, a la vez que es “la única garantía de la construcción del socialismo o de una superación de lo actual con ese rumbo”.

Por otra parte, el borrador también advierte que “se hace muy difícil continuar avanzando en la democratización y participación social, si no comenzamos urgentemente con la discusión profunda sobre la regulación de los medios” de comunicación.

En otro de los documentos que servirán como insumo para el congreso también se aborda esa temática: “Toda la izquierda ha tenido serias dificultades con la política de comunicación, no sólo porque no tenemos acceso a los grandes medios sino porque tampoco los creamos”. En esa línea, se desliza una propuesta: “No podemos eludir el plantearnos crear nuestras propias herramientas de comunicación, necesitamos que el FA las viabilice y que nosotros colaboremos para que se haga posible”.