Una cola interminable aguardaba la distribución del almuerzo dominical. Rastas, cabezas rapadas, tatuajes, piercings, pelos largos, con cerquillo, remeras con consignas políticas o rockeras se intercalaban para recibir una milanesa al pan, una porción de torta de fiambre y un par de postrecitos lácteos, mientras un parlante metía ruido alternando estilos para todos los gustos. Pero cuando empezó a sonar el coreano Psy con su “Baile del caballo”, no hubo nadie que se quedara quieto. Al otro lado del campamento, los comensales más tradicionales (y que no se olvidan de llevar platos) tenían la opción de almorzar guiso “carrero” cocinado a fogón.

Después de comer, la gente se juntó en talleres, uno sobre formación docente, otro sobre Secundaria y uno central sobre criminalización de la juventud y baja de la edad de imputabilidad. Cada instancia contó con panelistas invitados y alguien de la organización se encargó de registrar el intercambio y los aportes vertidos. El sábado comenzó con una actividad central sobre el Plan Juntos, con un panel de voluntarios y de la brigada Agustín Pedroza del Sindicato Único Nacional de la Construcción y Anexos (SUNCA), y continuó con un taller sobre democratización de los medios de comunicación con la participación de panelistas de la Asociación de la Prensa Uruguaya y radios comunitarias. El domingo por la mañana, los participantes se dividieron en talleres sobre vivienda, salud, educación y género y diversidad. En el medio, el sábado por la noche se trasladaron al centro de Atlántida para escuchar bandas de reggae, cumbia y al dúo Larbanois-Carrero.

Derechos y falencias

El encuentro surgió por iniciativa de las brigadas de voluntarios del Plan Juntos, se sumó en primer lugar el Departamento de Jóvenes del PIT-CNT y luego otras organizaciones juveniles y estudiantiles como la Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay (FEUU), así como radios comunitarias. Una comisión organizadora le fue dando forma a la convocatoria y sumando apoyos logísticos de diversas instituciones. Por ejemplo, por intermedio de la Alcaldía de Atlántida, se consiguió una enorme carpa militar provista por la Fuerza Aérea.

“Desde un principio se planteó la idea de intercambiar sobre la solidaridad desde las organizaciones juveniles. Hay un montón de colectivos de jóvenes haciendo trabajo solidario que no se conocían entre sí y eso hay que mostrarlo”, expresó Lucía Álvez, de las brigadas solidarias del Plan Juntos. Gastón Duffour, de la FEUU, uno de los panelistas de educación, junto a integrantes del Colectivo Ovejas Negras, explicó que el tema del encuentro fue “qué es ser solidario”, tratando de “encontrarse con el otro reconociéndolo como un sujeto de derecho igual que uno, para ver qué podemos hacer en nuestra realidad cotidiana para cambiar aquello que consideramos que hay que cambiar”. En el taller sobre educación, se detectó “que hay mucha desinformación entre la gente del interior sobre los derechos que tienen” y que existen “muchas falencias” en el sistema educativo. “Hay que educar en participación, solidaridad, y prepararse para el Congreso Nacional que se convocará a partir del mes que viene”, agregó Duffour.

Una barra de estudiantes del liceo N° 1 de la ciudad de Artigas se quejó de la desinformación y de los mensajes que transmiten los medios de comunicación nacionales sobre lo que sucede en el interior. Uno de los extremos más criticados fue un reciente informe de un programa de televisión sobre “pandillas en Artigas”. “Fue todo una mentira, eso en nuestra ciudad no existe y además usaron imágenes de lugares de Brasil. Artigas es re tranquila”, dijo Paula, visiblemente indignada. Por su parte, Gabriel señaló entre los problemas más sentidos por los estudiantes de ese liceo la obligación del uso del uniforme y “algunos docentes, los menos, que no saben nada o se relacionan muy mal con la gente”. Entre las ideas que surgieron en el campamento está la de “armar un gremio” en el liceo y “buscar más información sobre lo que está pasando y no quedarse esperando a que te la den”, expresó Soledad.

Para acceder al campamento los jóvenes tenían que acreditarse y para identificarlos -como en los bailes-, se le colocó a cada uno un precinto amarillo en la muñeca. No hubo policías, pero gente de la organización se ocupó de la seguridad, cuidando que no hubiera ningún tipo de problemas, y hasta promoviendo el cuidado del predio y la recolección de residuos.

La Brigada Estudiantil 1958 participó con unos 60 jóvenes. Se trata de un grupo de estudiantes de la Universidad de la República, Formación Docente y Secundaria que comenzaron trabajando de forma solidaria con el Plan Juntos y a las tareas de construcción les fueron sumando “trabajos de apoyo escolar y recreación con niños y adultos, acompañamiento en prevención de salud y otras demandas de la gente”, dijo Sabrina Álvarez, integrante de la brigada. “En diálogo con los vecinos recibimos una propuesta y vamos construyendo soluciones en conjunto. Aportamos conocimientos de los que estamos estudiando y además es una forma de cuestionarnos nuestras propias carreras, porque muchas veces en esas circunstancias, te das cuenta de que los contenidos que se dan no se condicen con las demandas concretas que tiene la sociedad y, sobre todo, los sectores más vulnerables. Ésa es una discusión que se ha desa-
tado en la práctica”, agregó.

Por el lado de las leyes

Por su parte, desde el Departamento de Jóvenes del PIT-CNT se valoró como un éxito la convocatoria porque “permitió acercarse a los trabajadores jóvenes del interior y a los estudiantes de todo el país”, expresó Marina Sanguinetti, de la Unión Nacional de Trabajadores del Metal y Ramas Afines (UNTMRA),
uno de los sindicatos que aportaron parte de los 300 jóvenes trabajadores que llegaron a Atlántida. La tarea central del Departamento hasta 2014 es la campaña contra la baja de la edad de imputabilidad, que si bien “es de todo el PIT-CNT, la vamos a hacer nosotros porque somos a quienes más toca ese tema”, destacó Sanguinetti. También les interesa discutir sobre “la ley de empleo juvenil”, una iniciativa del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social que es considerada “un avance” pero con la que tienen “un montón de puntos de desacuerdo”. “Esa ley no es para nada el objetivo que tenemos los jóvenes. Necesitamos que entren gurises nuevos a trabajar, sobre todo menores de 18 años y con menos horario”, explicó Sanguinetti.

“Con esta actividad queda demostrado que los jóvenes pueden hacer cosas y a la vez divertirse, que haya tambores, baile y un toque, y que no haya habido ni un solo hecho de violencia. Los jóvenes hacen todo eso y hay que entender que, o los marginás o te das cuenta de que ésta es la juventud y ves cómo hacés para que las cosas salgan lo mejor posible”, concluyó la sindicalista.

Las reflexiones y propuestas de cada taller serán sintetizadas para que “circulen entre las organizaciones participantes en primer lugar y luego darles difusión”, indicó Álvez. “Esperamos que esto haya servido para conocernos más, y coordinar y arrancar un trabajo en conjunto para unir fuerzas, porque muchos estamos haciendo lo mismo en diferentes lugares”, añadió.