El viernes en la mañana, el senador frenteamplista Luis Rosadilla (Corriente de Acción y Pensamiento-Libertad) se reunió con el ministro de Defensa Nacional, Eleuterio Fernández Huidobro, también de ese sector. Rosadilla, ex ministro de Defensa y actual integrante de la comisión de Defensa del Senado, recibió con “preocupación” la decisión del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (ONU) de crear una “brigada de intervención” en República Democrática del Congo. En ese país hay actualmente cerca de 1.000 efectivos uruguayos, que actúan en el marco de las denominadas “misiones de paz” de la ONU.
El jueves, el Consejo de Seguridad emitió una orden de actuar en forma “ofensiva” en “operaciones especialmente dirigidas” a “neutralizar” y “desarmar” a los grupos rebeldes que actúan en el este del Congo, en especial al movimiento guerrillero M23.
La decisión no tiene precedentes en la actuación de las “misiones de estabilización” de la ONU. Las autoridades del consejo argumentaron que es necesario “poner fin a la violencia” de estos grupos, que “violan el Derecho Internacional Humanitario y los derechos humanos” de la población. El organismo aclaró que la orden estará vigente durante un año “con un carácter excepcional y sin crear un precedente” respecto de la actuación de las “misiones de estabilización” de la ONU. No obstante, señala en el comunicado que el mandato podrá extenderse y que para ello se tendrá en cuenta el desempeño de estas fuerzas y la situación en esa región.
La brigada podrá actuar junto con las Fuerzas Armadas del Congo o en forma unilateral. Se compondrá de tres batallones de infantería, uno de artillería y un grupo de fuerzas especiales que tendrá su sede en la ciudad de Goma, uno de los principales objetivos de los grupos rebeldes que operan en el Congo.
Los dos representantes de América Latina en el Consejo de Seguridad, Argentina y Guatemala -que son miembros con carácter no permanente-, expresaron sus reparos ante la decisión, si bien la votaron afirmativamente. La representación de Argentina manifestó que tenía “inquietudes y dudas” sobre la decisión y argumentó que la idea de “implantar la paz en vez de mantenerla” requería de una “reflexión profunda”, así como de mayor negociación entre los países integrantes de la organización.
Acordar primero
La resolución del Consejo de Seguridad detalla exhaustivamente los objetivos de la brigada de intervención pero no menciona cómo estará compuesta. Hay sólo indicaciones genéricas sobre la deseada “colaboración” de los países que integran la “misión de estabilización” en las nuevas operaciones, en especial de los países de la región afectada.
Rosadilla opinó, a partir de una primera lectura de la resolución, que la decisión no involucra a las tropas uruguayas, y que éstas no se integrarán a la brigada de intervención. Señaló que “todos los efectivos” uruguayos, “tanto civiles como militares”, están “a las órdenes de Naciones Unidas”, pero interpretó que la resolución instaura “un mandato nuevo”. “Hay un contingente independiente del contingente de estabilización, que es autónomo y se crea para una tarea diferente”, evaluó.
Consultado respecto de si sería problemático para Uruguay integrar esta brigada, consideró que el “estallido de conflictos siempre implica problemas”. “Si tu tarea es la paz y la situación evoluciona hacia un conflicto, estás en un problema desde el punto de vista político, aunque desde el punto de vista operacional nuestras tropas están capacitadas”, manifestó. Consideró que Uruguay aceptó participar en este tipo de misiones “bajo determinadas condiciones y no para cualquier tarea”, y que no participará “en tareas que no hayan sido acordadas”.
No obstante, apuntó que se trata de una decisión que concierne “a la política exterior del país” y por ello procurará conversar de este tema en las próximas horas con el canciller Luis Almagro, para conocer la interpretación que hace la cancillería de la resolución de la ONU.