La decisión del líder de Alianza Nacional, el senador nacionalista Jorge Larrañaga, de apoyar un acuerdo interpartidario entre el Partido Nacional (PN) y el Partido Colorado (PC) para presentarse con una candidatura común a las elecciones del gobierno departamental de Montevideo hubiera sorprendido a más de uno hace una semana. A juicio de varios dirigentes de Unidad Nacional (Una), el sector de Larrañaga se había convertido en el principal obstáculo para apoyar este acuerdo en filas nacionalistas, mientras que los colorados comenzaban a impacientarse por la indefinición en la cúpula blanca.

De esta manera, el comunicado que difundió ayer Larrañaga parece reavivar la posibilidad real de una alianza entre ambos partidos. En una carta pública, plantea que el Frente Amplio (FA) “está gobernando muy mal a Montevideo” y que su obligación como referente político es “ofrecerle a la gente una alternativa posible para el cambio”. “Esto no da para más. El momento es ahora”, afirmó.

“Por encima de las preferencias personales sobre las alternativas para Montevideo, se impone una actitud de realismo político y cívico, que encare con coraje republicano las demandas de la población”, sostuvo el 
senador. Dijo que la principal ciudad uruguaya no puede gobernarse como un “feudo medieval, cuya posta se pasa de mano en mano entre miembros de una suerte de 
cofradía cada vez menos ideológica y más cercana a un vacuo proyecto de poder”. Por eso considera necesario “sacudir la comodidad de los apoltronados y lujosos 
tronos desde los que nos gobiernan, despertando la conciencia de los ciudadanos interesados en su ciudad, para que no siga siendo inhóspita, costosa, sucia y descuidada”.

Tras estas declaraciones, Larrañaga admitió que no puede “permanecer en una posición de refugio dogmático, cuando hay una alerta ciudadana que clama ser escuchada y el FA eligió ser sordo. Por eso, he variado de posición y no tengo reparos en reconocerlo. Quiero ser constructor de caminos y no destruirlos”, remató.

Sería una nueva cara

La senadora oficialista Lucía Topolansky (MPP) fue consultada ayer por Telenoche 4 respecto de la posibilidad de una alianza entre blancos y colorados para la Intendencia de Montevideo. La legisladora dijo que se trata de una “estrategia” y que si la oposición lo desea “tiene la libertad de hacerlo”. Admitió que tiene en mente un eventual candidato por el FA, dado que la actual intendenta, Ana Olivera, “no ha manifestado mucha voluntad de reelección”, aunque especificó que se trata de un tema para “hablar” con ella. Consultada respecto del perfil técnico o político del candidato, la senadora dijo: “La política está siempre con la política, si además hay un plus técnico, vamo’ arriba”. En el FA, algunos de los nombres que se han manejado extraoficialmente son el senador socialista Daniel Martínez, el actual presidente de ANCAP, Raúl Sendic (que admitió que prefiere ser intendente en lugar de vicepresidente de la República), el ministro de Economía, Fernando Lorenzo, y la presidenta de Antel, Carolina Cosse.

A pesar de que el acuerdo parece no estar tan lejos, el sector liderado por el ex presidente Luis Alberto Lacalle insistirá en presentar de todas maneras su propio candidato a la Intendencia de Montevideo (IM). Según lo discutido en el directorio del PN, la intención de los nacionalistas es tomar una postura única como partido y conversar con los demás sectores nacionalistas: Dignidad Nacional, encabezado por el senador Sergio Abreu, y Concertación Republicana Nacional, comandada por el ex senador frenteamplista Jorge Saravia, quien dijo que está a favor de conformar un “frente político para Montevideo”, pero que no esté “únicamente cerrado para blancos y colorados” y que tenga una “propuesta de contenido”. En tanto, Abreu también se mostró favorable al acuerdo.

Se puede ser

El diputado y líder del Movimiento MVD Se Puede, Jorge Gandini (AN), que pretende ser candidato a la IM, se mostró favorable al mecanismo y recordó que en caso de que se cree un lema accidental, éste deberá presentar listas a las elecciones internas y un candidato a la Presidencia de la República, aunque luego se abstenga de participar en esa instancia y en los hechos se utilice sólo para la elección de Montevideo.

El legislador recordó que eso permitirá que el partido tenga hasta tres candidatos a intendente. Sobre su candidatura afirmó: “Yo dije que quiero y sigo queriendo, en un sistema o en otro”, con lo que dejó en claro que pretende competir en la elección departamental sin importarle si hay una alianza entre los partidos tradicionales.

En filas coloradas la decisión de Larrañaga fue vista con buenos ojos, pero los dirigentes saben que todavía resta un largo recorrido para que el acuerdo se concrete.

El senador Ope Pasquet, quien oficia de negociador por el PC ante el PN por este asunto, valoró el anuncio de Larrañaga como una “señal positiva”, pero aclaró que todavía se está “a la espera de una comunicación formal del PN” y “si bien Larrañaga contribuye a pensar que la respuesta será afirmativa, hasta este momento no ha habido expresión del PN”.

Respecto de los posibles candidatos que pueda proponer el PC, dijo que es necesario “impulsar a los compañeros que se sientan con fuerza en esta tarea”, aunque opinó que la elección interna será una buena instancia para definir esa situación. También recordó que a los colorados les “gustaba más la idea de una reforma constitucional, estableciendo el balotaje en las elecciones departamentales”, pero como el PN se negó a apoyar esta reestructura “tenemos que arreglarnos con lo que tenemos”.

Sin mucho ruido, la alianza entre los dos partidos tradicionales en Montevideo tiene sus cuestionadores en la interna colorada. El diputado capitalino Fernando Amado (Vamos Uruguay), que ha admitido en varias ocasiones que le gustaría ser candidato a la intendencia capitalina, dijo el miércoles al programa Suena tremendo de El Espectador que no se sentiría “cómodo” si tuviera que “convocar a una cosa que se conforma para ir contra alguien”, por lo que de entrada descartaría esta posibilidad en caso de que se efectuara la alianza.

También hay otros legisladores que prefieren evitar la alianza blanquicolorada e incluso, según sostienen algunos dirigentes, no le será fácil al PC conseguir la mayoría de los dos tercios de la convención que se requiere para tomar este tipo de decisión.