-En la carta afirma que lo discutió en VU. ¿Qué respaldo recibió del senador Pedro Bordaberry?
-En 2010, a 20 días de la elección departamental le pedí una reunión para que fuera el primero en enterarse de que me interesaba trabajar mucho en lo departamental y que me seducía que el PC trabajara mejor en Montevideo, y que desde el punto de vista electoral quería ser candidato a intendente.
-¿Cómo lo tomó?
-Le pareció bien. Quería que supiera para que entendiera eventos y movidas que quería hacer. Le dije clarito que era una aspiración, pero que en dos años podía pasar otra cosa. Luego no hablé más del tema. En el retiro del verano de legisladores de VU se lo dije a todos y lo volví a plantear en la bancada [el 15 de abril] a propósito de que se empezó a hablar del acuerdo. Pedro dijo que está bueno que larguen todos los que tengan que largar. Mi posición sobre el pacto siempre fue clara y no hay marcha atrás.
-La reglamentación de las elecciones departamentales prevé que una de las hojas de votación deberá ir autorizada por la firma de las autoridades ejecutivas del partido. ¿Cree que el ejecutivo colorado pueda impedir esto a la luz de los esfuerzos en torno al acuerdo?
-Las actuales autoridades del PC nada van a tener que ver con la decisión de los candidatos en 2015 porque los que eligen y postulan serán los convencionales que resulten de la elección interna de junio de 2014. Voy a trabajar para sacar la mayor cantidad de convencionales posible que me lleven a ser candidato. Mi sublema ya existe dentro del PC y está renovado para el próximo período. Me parece que esto debe ser digerido como algo natural. Estas cosas son las que representan lo que es el nuevo PC.
-¿Está dispuesto a integrar un equipo de gobierno blanquicolorado?
-Me planteo ser intendente, no director. No me planteo ningún otro tipo de alternativa.
-¿El acuerdo se consolidará?
No, no va a haber acuerdo. Siento que por todo lo que digo en la carta “Ir juntos blancos y colorados es darle la razón al Frente en cuanto sostiene que hay una clase política progresista y otra reaccionaria”, (ver texto completo en http://ladiaria.com.uy/UCn) es algo negativo y no se van a dar las circunstancias. Hasta ahora lo que hay es mucho humo.
-Bordaberry dijo a la diaria que ve a Ney Castillo y al diputado Aníbal Gloodtdofsky como candidatos. ¿Cómo lo ve en el marco del nuevo PC?
-Con los ojos... [risas]. Me parece que si son tres mejor. Vivo la política de una manera muy poco necia, no me interesa ser candidato único del PC. Para crecer el PC tiene que tener candidatos.
-El senador nacionalista Gustavo Penadés manejó la posibilidad de extender el acuerdo bipartidista a lo nacional.
-Es legítimo que lo piensen. Es producto de lo que han vivido y sus circunstancias. Las mías son diferentes. Me parece absolutamente una barbaridad. Siento que el PC tiene su identidad y que tiene que ir camino a recuperar cosas que fue perdiendo por diferentes razones. Ya fue esa relación carnal con el Partido Nacional [PN], producto de un momento de la historia que tuvieron como protagonistas principales a [Julio María] Sanguinetti, [Jorge] Batlle y [Luis Alberto] Lacalle.
-¿Cómo evalúa la crítica de la oposición a la gestión de Ana Olivera?
-Hay una crítica sistemática por temas que no se solucionan y vienen de mucho tiempo atrás: la basura, la caca de los perros, el transporte. No es muy razonada, sino más un reflejo de indignación por la realidad. A veces puede pensarse que es sólo intencionalidad política, pero en realidad nos pasan las mismas cosas. Después hay otras más profundas que tienen que ver con cosas que la Intendencia de Montevideo está haciendo y sentimos que no golpea en el contribuyente ni en la calidad de vida de los montevideanos, pero son groseramente planteadas, como Antel Arena. El estadio multifuncional sí lo quiero, pero no puede la presidenta de Antel, en un gesto tan grotesco, sustentar una carrera política personal con recursos públicos. Se remonta a cuando [Ricardo] Lombardo era presidente de Antel, insistió con la construcción de la Torre y corría para ser candidato. La obra por excelencia que fue pensada, meditada y en la que se puso una cantidad de fichas es un desastre: el corredor Garzón. Entonces hay que buscarle la vuelta para terminar el gobierno con otra muletilla como fue en el último la plaza Liber Seregni.
-No es la primera vez que se desmarca dentro del PC, pero mucha gente pregunta por qué no está en el Frente Amplio [FA].
-[Piensa] Lo he escuchado. Soy colorado y batllista. Soy de la generación 2001, cuando el PC estaba en la etapa en que vio todo lo que no quería ver. También vimos la oportunidad de agarrar la herramienta PC y moldearla a nuestra generación. Tengo algunas posturas que mayoritariamente en el FA son aceptadas y son aceptadas en forma minoritaria en el PC. Recién empieza un proceso de renovación profunda en el relacionamiento con la ciudadanía. No es fácil cambiar una forma de manejar y de relacionarse con la sociedad que venía de mucho atrás, en un quinquenio. Es natural que coexistamos generaciones que vivimos distintos procesos históricos. Estoy convencido de que todo esto del pacto rosado tiene una génesis anterior a la dictadura. La Guerra Fría hace que los partidos tradicionales vean una cosa en el FA y que el FA vea otro monstruo en los partidos tradicionales. Después de la dictadura se juntaron para salir a la democracia porque eso era lo más importante, más allá de las legítimas diferencias, pero luego se volvieron a depositar con todo su esplendor todos los cucos. Nos han querido pasar ese fardo, no sé si deliberadamente o no. Lo cierto es que voy a ser parte de una generación que destruya esos muros que hacen que el país esté partido en dos y que haya reflejos como “si es colorado es facho”, “si es blanco es pituco”. Hay gente que sigue viendo detrás de los frenteamplistas un peligro para la democracia o un tanque ruso. Yo no me siento cómodo en ninguna de las dos mitades, estoy en una situación equidistante. Estoy a la misma distancia del PN como del FA y mañana puedo acordar con unos y otros.
-En la carta no habla sobre programa de gobierno. ¿Cuáles son sus líneas conceptuales?
-Transparencia primero. Eso contrasta con lo que hoy tenemos. Trabajar con la Junta Departamental. Y sin duda un equipo sin cuota política. Eso no va, no funciona. Si un socialista es el mejor, será un socialista. Si es un blanco, será blanco y si es colorado, será colorado. Voy a convocar un gabinete con los mejores.
-¿Qué opinión tiene de ADEOM?
-Es un problema para cualquiera que aspire a ser intendente. Es un problema para los montevideanos. La única forma de tener un buen relacionamiento es ser brutalmente honesto y frontal en cómo se piensa llevar a cabo las propuestas y el lugar que ocupa el sindicato. Se puede tener diálogo, simpatizo con los sindicatos, con las huelgas cuando están bien, con los Consejos de Salarios -no hay una explicación de por qué no se reinstalaron durante los gobiernos colorados-. Hay que tener la suficiente cintura para tratar de generar un vínculo formal y con mucho sentido común de las dos partes.
-En la carta afirma: “La basura no tiene nada que ver con la ‘explotación del hombre por el hombre’; los abusivos impuestos no tienen que ver con Marx ni con Hayek; el tránsito abandonado a la buena de dios no es un asunto de tercermundismo o de antiimperialismo”. ¿No es caprichosa la idea de que la gestión de una ciudad no contiene ideología?
-No es que la ciudad no tenga ideología, es que el FA se ha autoflagelado durante 23 años poniendo adelante la ideología como muro de contención para solucionar problemas concretos de la ciudad. Ahí es cuando la ideología imposibilita y petrifica a la administración para poder resolver los problemas primarios y obvios que tiene que solucionar.
-¿Qué opinión tiene de la primera experiencia del tercer nivel de gobierno?
-Malísima. Tenía predisposición positiva. Pero no funciona bien. Se hicieron las divisiones territoriales de manera absolutamente interesada y espuria para asegurar el triunfo del FA en todos los municipios, de compensar lugares donde va a votar mal. Hay una apatía generalizada de los ciudadanos de Montevideo, no les interesa participar y eso es un dato de la realidad. No van a los cabildos, no participan en actividades de municipios. Si la intendencia le da oxígeno económico no termina tomando vuelo. Hay que mejorar la herramienta pero no hay que engañarse. Es lindo para el discurso porque parece que uno es más progresista si es favorable a la descentralización. Soy fanático de la descentralización, pero si no funciona no voy a martillar adentro del clavo, porque lo que genero es que a los cabildos terminen yendo funcionarios municipales y una "corte" de colorados, blancos y frenteamplistas que van a medirse. Al final termina siendo un nuevo lugar de disputa y visibilidad política, y para eso no está hecha.
-En 2012 presentó un proyecto de ley para que los debates presidenciales sean obligatorios. ¿Como candidato va a alentarlos?
-La práctica del debate no es una prerrogativa discrecional de políticos. Se ha usurpado del menú de la ciudadanía según la conveniencia de cada uno: “si voy primero no debato”. El sistema político lo tiene que analizar desde otra perspectiva y no desde la viveza criolla. No puedo decir sí o no: estoy obligado a debatir. Me pregunta ahora si voy a convocar a debatir y no lo tengo pensado. Si no se genera naturalmente lo propondré yo.