Se llaman de la misma forma, pero el uruguayo nació en 1837 y el paraguayo 50 años después. Más allá de los nombres, pareciera que el Partido Colorado uruguayo no tendría ningún tipo de identificación con el Partido Colorado de Paraguay, que el domingo pasado ganó las elecciones en su país y volvió al poder después del período de gobierno de Fernando Lugo. Sin embargo, a propósito de la victoria de Horacio Cartes, militantes y dirigentes colorados uruguayos expresaron su alegría en las redes sociales por el triunfo del homónimo paraguayo y hasta se deslizó la existencia de parentescos ideológicos.

El líder de Vamos Uruguay, Pedro Bordaberry, elogió el discurso dominical de Cartes y expresó en su cuenta de Twitter: “Interesante primer discurso de Horacio Cartes, Presidente electo del Paraguay: prioridades son salud, pobreza, el trabajar por los que menos tienen”. El ex presidente Jorge Batlle, en tanto, publicó una nota en su cuenta de Facebook en la que destaca la capacidad del pueblo paraguayo de “procesar sus problemas políticos respetando las normas que consagran su Constitución”. Batlle expresa además que este resultado refleja “la corrección del procedimiento político que se viviera cuando la destitución del presidente Lugo, resuelta con el respeto de todas las normas jurídicas vigentes pese a los esfuerzos que hicieran, entre otros, el entonces Ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela [Nicolás] Maduro, que concurrió al Paraguay, se reunió con los mandos militares, con el propósito de torcer la voluntad del Parlamento Paraguayo”. Elogió la transición llevada adelante por Federico Franco, criticó la decisión de suspender a Paraguay en el Mercosur y el ingreso de Venezuela a éste, y concluyó que “el gobierno Colorado que se inicia tiene una oportunidad formidable de mejorar las condiciones y oportunidades generales de acceso al trabajo y a la educación de miles y miles de paraguayos. Que así sea”.

Otra cosa es con guitarra

Pero en las últimas horas también se apreció entre dirigentes colorados una cierta tendencia a renegar de la posible asociación entre los dos partidos. El diputado Juan Ángel Vázquez (Vamos Uruguay) tuiteó: “En el 2014 aquí tambien volverá el Partido Colorado”. El comentario recibió una inmediata respuesta de otro diputado colorado, Juan Manuel Garino, que le aclaró que el Partido Colorado de Paraguay “no es el de acá”. El diputado Fernando Amado, también de Vamos Uruguay, fue quizás el más claro al momento de expresar esos matices: “el Partido Colorado de Paraguay nada tiene que ver con mi Partido Colorado. Que quede bien claro. Por las dudas”, publicó en su cuenta de Twitter.

En diálogo con la diaria, Amado ratificó: “No hay punto alguno de contacto entre el Partido Colorado de Uruguay y el de Paraguay, más allá de la coincidencia de nombres. Salí a responder en Twitter porque vi que algunos militantes habían hecho identificaciones y parentescos que no correspondían”. Y luego agregó: “Incluso con Cartes, que ganó la presidencia legítimamente, en lo personal tengo diferencias importantísimas con lo que ha sido su perfil y muchas de sus visiones y pronunciamientos”.

El diputado colorado rechaza cualquier tipo de identificación de su partido con otras colectividades políticas extranjeras y afirmó: “No soy creyente en las hermandades o simpatías con partidos de otras partes del mundo de otros sistemas. No creo en eso de las sintonías ideológicas”. Amado añadió que “a veces” conversa con gente de su partido que “siente cercanía con el Partido Popular [PP] de España por ejemplo, y han participado en actividades del PP, mientras que yo no me siento para nada cercano al PP, en todo caso me siento más cercano al PSOE [Partido Socialista Obrero Español] pero tampoco hago ese ejercicio porque me parece que es absolutamente inútil”. El representante puso ejemplos de “identificaciones que luego salen mal”, como cuando el Frente Amplio “celebró la victoria” de Fernando de la Rúa en Argentina o la cercanía con el gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela, que se caracteriza por “formas de entender la política que ni siquiera se relacionan con la seriedad del propio Frente Amplio”.

Para Amado, más allá de casos aislados, la tendencia de no hermanarse con ningún partido del exterior o brindar apoyo explícito es una decisión orgánica del partido. Recordó el caso del ex presidente Julio María Sanguinetti cuando al final de su primer gobierno quiso que el partido se afiliara a la Internacional Socialista, una “batalla que perdió porque Jorge Batlle y Jorge Pacheco se opusieron y no se logró el consenso. Ha sido una política bastante clara que, más allá de líderes individuales, el partido no tiene un relacionamiento especial con ningún otro partido”.

También rechazó posibles identificaciones con el Partido Colorado paraguayo el líder de Propuesta Batllista, José Amorín Batlle: “Me niego a que se identifique al Partido Colorado de Uruguay con el de Paraguay. Yo me formé criticando y combatiendo la dictadura de [Alfredo] Stroessner en Paraguay, que fue apoyada por el Partido Colorado paraguayo. Creo que es un insulto que se compare al partido de Batlle y Ordóñez con el de Stroessner”. En esa línea, Juan Ángel Vázquez (Vamos Uruguay) aclaró que “nadie de un partido como el Colorado, que defendió siempre la Constitución y las instituciones, puede identificarse con un partido como el paraguayo, que defendió una dictadura”.