Los resultados de las elecciones que se efectuaron entre domingo y lunes en la Asociación de Empleados y Obreros Municipales (ADEOM) de Montevideo significaron un duro revés para la lista 2011, afín al Frente Amplio (FA) y cuyas principales figuras pertenecen al Partido Comunista del Uruguay (PCU). Esta corriente resultó otra vez la más votada entre los municipales, pero no alcanzó la mayoría absoluta en el Consejo Ejecutivo (CE) y perdió tres de los nueve cargos que tenía en la dirección, sobre un total de 15. En cambio, las demás listas, que fueron mayoritarias en el sindicato hasta 2011, aumentaron su caudal de votos.

La 307, encabezada por Aníbal Varela, obtuvo cuatro cargos en el CE (tenía dos), mientras que la 1980, dirigida por Álvaro Soto, pasó de dos a tres puestos en ese cuerpo. En tanto, la 1974, liderada por Elena Lequio, mantuvo sus dos representantes, con la diferencia de que en los comicios de 2011 se había presentado junto a la lista 17, de la histórica dirigente Mabel Lolo, hoy jubilada. Esta vez votaron 3.400 de los 6.200 afiliados habilitados, lo que representa 55%.

La baja en la participación es uno de los argumentos que maneja la lista 2011 para explicar los 600 votos menos recibidos en esta oportunidad respecto de la última instancia electoral, en la que participó 62% del padrón.

Pablo Khalil, dirigente de esa lista, comentó que cuando votan mayor cantidad de trabajadores, las corrientes más cercanas al FA consiguen más votos y que, a la inversa, cuando la cantidad de votantes disminuye, esos grupos tienden a perder peso en el electorado. “O hubo errores nuestros o nos equivocamos en la comunicación de algunos de nuestros logros”, sostuvo el dirigente, que identificó entre esos avances la firma de un nuevo convenio colectivo.

Entre los sindicalistas que votaron mejor en esta oportunidad, la interpretación es clara: “Hubo un voto en contra de la lista 2011 y de la actual conducción”, sentenció Pablo González, de la 1980. Según explicó, es la primera vez que las actuales listas que conforman esta mayoría obtienen más de ocho cargos en el Consejo Ejecutivo.

Entre las medidas a desarrollar, dijo, se apuntará a discutir el aumento del salario real de los funcionarios, la carrera funcional y se comenzará a discutir la próxima Rendición de Cuentas, que comenzará a tratar la Junta Departamental a mediados de este año.

No obstante, en la 2011 se especula que la 307, encabezada por Varela, adoptará una postura más laxa y permitirá flexibilizar las posiciones contrapuestas entre ambos bloques. “Varela ya se ha movido independientemente votando cosas con nosotros”, mencionó Khalil, quien piensa que la 307 puede mantener esa estrategia. En la administración de gobierno frentreamplista también existe la expectativa de saber qué postura tomarán los delegados de la 307 en el CE.

En la salud también

Otro sindicato en el que cambió la correlación de fuerzas fue la Asociación de Funcionarios del CASMU (AFCASMU). Tras las elecciones del 12 de abril, el Consejo Directivo quedó integrado con cuatro representantes de la lista 1973 (izquierda no frenteamplista), que desplazó del primer lugar a la lista 3 (Articulación), que obtuvo tres cargos (perdió uno), uno de la lista 1º de Mayo (frenteamplistas y no frenteamplistas juntos) y uno de la lista 6 (escindidos de la lista 3, afines al PCU). La presidencia del Consejo Directivo quedó a cargo de Sonia González (lista 1973), quien sustituyó a Luis Laxalt (lista 3), que pasó a ocupar la vicepresidencia del organismo.

González explicó a la diaria que el triunfo de la 1973 no tuvo que ver con “un discurso electoral” sino con “un accionar constante y coherente en defensa de los derechos de los trabajadores”. “Hemos mantenido lo que otros no han hecho porque priorizan el poder de un grupito sin importarles lo que le pasa a la gente”, agregó. La presidenta de AFCASMU dijo que la prioridad durante su mandato será “fortalecer la herramienta sindical” y mantener “un contacto permanente con los trabajadores”, y criticó las posturas de quienes en el reciente congreso de la Federación Uruguaya de la Salud plantearon una modificación estatutaria para que la dirección entre un congreso y otro no la ejerciera la Asamblea General sino la Dirección Nacional. Para González, “ha caducado el estilo de los dirigentes que tienen todo bajo control y dicen ‘yo mando’”. Según los estatutos de AFCASMU, 
las elecciones de la dirección se llevan a cabo todos los años.