En la puerta del hotel Radisson, manifestantes caceroleaban y arrojaban volantes, mientras policías y un vallado cerraban el paso. La mayoría cantaba consignas contra la visita del presidente venezolano, Nicolás Maduro, y sólo unos pocos protestaban contra la actividad que se iba a desarrollar en el ballroom: la presentación de un libro editado por la Universidad de Montevideo (UM), en el que 15 personalidades del Derecho y del ambiente político analizaban los 15 argumentos que manejó el presidente Tabaré Vazquez cuando vetó la ley de despenalización del aborto que había aprobado el Parlamento.

Algunos repartían volantes denunciando que uno de los involucrados en el libro, Eduardo Esteva Gallicchio, fue consejero de Estado en la última dictadura y que fue destituido de la cátedra de Derecho Constitucional por falta de idoneidad.

Una mirada por la sala permitía apreciar personalidades de todo el espectro político vernáculo. Estaban los diputados nacionalistas Luis Lacalle Pou y Pablo Abdala, el líder del Partido Independiente Pablo Mieres, los ex ministros lacallistas Ignacio de Posadas (Economía) y Mariano Brito (Defensa), el ex dirigente del Partido Colorado Jorge Barrera. También se encontraban miembros del entorno de Vázquez, como los ex ministros Héctor Lescano y Jorge Lepra y el presidente de Cutcsa, Juan Salgado.

Cuando el presentador anunció el comienzo del acto, la concurrencia se ubicó en las sillas. Tras un extraño silencio sepulcral en el auditorio, entraron en la sala el doctor Tabaré Vázquez, el rector de la UM, Santiago Pérez del Castillo, y el rector emérito de la institución Mariano Brito. Más tarde, Vázquez hablaría del “enorme respeto profesional y académico” que siente por el ex ministro de Defensa.

Luego le tocó el turno al primer orador, el decano de la Facultad de Derecho de la UM, Nicolás Etcheverry. Dedicó el libro y la presentación “fundamentalmente a quienes nos han permitido vivir” y llamó a no “acostumbrarse a una cultura de la muerte ni a los juegos de palabras y eufemismos que la pretenden 
implantar”.

Luego comparó a la categoría de los “ni-ni” -por los jóvenes que no estudian ni trabajan- con otros nuevos “ni-ni”, por aquellos “que ni agreden ni pueden defenderse”, ya en referencia explícita al tema del aborto. Denunció la “cuestión de la baja tasa de natalidad”, y alertó, de manera bastante apocalíptica, que “dentro de poco no tendremos ni generaciones nuevas ni futuro”. “Un día la realidad no llamará a nuestra puerta, la derrumbará de una patada, se instalará en nuestro mundo y no podremos negarla”, presagió.

Finalizó hablando del carácter de “segundas víctimas traumatizadas por la tragedia del aborto” de las mujeres. “No corresponde señalarlas con el dedo acusador sino arroparlas, aconsejarlas y mostrarles que existen vías alternativas”.

Vázquez y sus valores

Luego llegó la frutilla de la torta: el discurso de Tabaré Vázquez. El ex presidente comenzó diciendo que “luego de una exposición tan profunda, minuciosa y seria” como la de Etcheverry ya estaba “todo dicho”. Sin embargo, abordó aspectos ya más relacionados con los cuestionamientos recibidos por militantes frenteamplistas por su participación en el acto, cuando falta poco más de un mes para la jornada de adhesión que habilitaría un posible referéndum para derogar la ley de aborto. Reconoció que su posición “de ninguna manera era neutral”, pero aclaró que eso no implica que “fuese un acto de campaña plebiscitaria”. Agregó que su participación en ese acto no buscaba “herir a quienes están a favor de la ley ni es una pedrada sobre la claraboya de la fuerza política a la cual pertenezco”. “Quien crea lo contrario se equivoca y quien pretenda usar mis dichos, las demás intervenciones y esta actividad en su conjunto con fines políticos partidarios y electorales no sólo se equivoca sino que además falta el respeto a la institución convocante y a sí mismo”, añadió.

Vázquez volvió a repasar los motivos por los cuales decidió vetar la ley en 2008. Nombró primero las “razones de constitucionalidad” al afirmar que la ley vetada violaba artículos de la Carta Magna. Además, hablando de las “razones de peso” afirmó que “también tenían que ver con el compromiso” asumido antes de ser presidente, pero también por su “irrenunciable compromiso de fidelidad a valores, principios y enunciados que me identifican como científico y como médico”.

Defendió la existencia de vida desde el momento de la concepción, citando a científicos como el italiano Ángelo Vescovi, y afirmó que “en ciencia dos más dos son cuatro más allá de que haya quienes se las ingenian para que esta cuenta tenga un resultado diferente, pero allá ellos”. Citó a Ernesto Che Guevara cuando habló de que no se trata de una cuestión de fe, y rechazó la idea de que “el fin justifica los medios”. “Provocar abortos para evitar abortos es tan contradictorio como querer evitar la muerte ocasionando la muerte o eliminar la enfermedad matando al paciente. Nada tiene que ver con el derecho a la salud” enfatizó Vázquez.

“Los principios no sólo hay que proclamarlos sino sobre todo practicarlos. No siempre es cómodo, ni fácil, ni simpático, pero si la causa que se persigue es justa y su aplicación es legal, siempre vale la pena”, dijo. Por último, planteó su deseo de que el libro “coadyuve a superar un debate falsa e innecesariamente polarizado y mediatizado entre los que están a favor o en contra del aborto”. “La realidad no es tan burda, la controversia no es entre buenos y malos, entre progresistas y conservadores, entre defensores de la vida y los que están por la muerte”, aseguró Vázquez y luego concluyó: “No soy neutral en la materia, pero tampoco soy arbitrario, intento no ser injusto, respeto a quienes opinan diferente a mí. Pero sobre todo no vivo ajeno a la realidad. Sé que la misma tiene lados oscuros de los que todos somos responsables, y en la medida de lo posible quiero ayudar muy modestamente a mejorarla”. Al final, sentenció que “la realidad nos obliga a ser más inteligentes y menos dogmáticos, más respetuosos y menos sectarios”.

Para finalizar, Pérez del Castillo aclaró que en ese acto “no se recibe al político ni al ex mandatario sino al médico, a aquel que sin provenir de lo jurídico defendió las leyes, dando un ejemplo de valentía y coherencia”. La presentación del libro terminó con un brindis, mientras Vázquez se retiraba rápidamente del recinto sin hacer declaraciones.