Ayer a las 17.00, la hora de la convocatoria, no había demasiado movimiento en la Plaza Cagancha, pero una hora después, Antonio, el hombre que lustra zapatos al pie de un árbol, ya levantaba sus cosas para cerrar la jornada porque el lugar desbordaba de gente (literalmente, hacia 18 de Julio y las calles de los costados) y de humo de cogollos frescos, porque es la época en la que el cannabis florece.

66% en contra

“¿Usted está de acuerdo o en desacuerdo con el proyecto de ley para regular el cultivo y el consumo de marihuana en Uruguay?” es la pregunta que la consultora Cifra hizo por teléfono a 1.000 entrevistados de todo el país. Los resultados fueron presentados ayer en Telemundo por Luis Eduardo González, cabeza de la consultora, que concluye que “en rigor, ninguno de los grandes grupos de la sociedad uruguaya está de acuerdo con el proyecto. Todos se oponen; la única diferencia está en la firmeza de la oposición”. Según los números, 66% de los uruguayos está en contra de la iniciativa del Poder Ejecutivo para legalizar el cannabis; 25% se manifestó a favor y 9% no opina. Entre los votantes del Frente Amplio el proyecto tiene 33% de aprobación y 53% de rechazo, y en la oposición los números están parejos: las cifras del Partido Nacional marcan 11% a favor y 85% en contra, mientras que en el Partido Colorado los porcentajes son 13% y 83%, respectivamente. González agregó que los porcentajes son muy similares a los de las mediciones de julio y diciembre del año pasado, y que “semejante estabilidad es poco común en temas complejos y polémicos como éste”.

Desde la plaza, unas 10.000 personas conformaron la Marcha Mundial de la Marihuana 2013, que se realizó ayer en más de 50 ciudades del mundo. Convocados por la Coordinadora Nacional por la Regulación del Cannabis (conformada por Proderechos, Asociación de Estudios Cannábicos del Uruguay, El Abrojo, El Achique, la Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay, Ovejas Negras, sectores del Frente Amplio, del Partido Colorado y otras organizaciones sociales), marcharon por Rondeau hacia el Palacio Legislativo bajo la consigna “Uruguay se planta por la regulación del cannabis”. Entre los presentes estaban el colorido Roberto, de Ovejas Negras, con su bandera de la diversidad, la diputada suplente de la CAP-L Valeria Rubino y grupos particulares con sus propias banderas.

El martes en su audición en Radio Uruguay, el presidente José Mujica había dicho que era necesario “empezar por dividir el mercado de venta de drogas, separando la marihuana hacia un costado, no legalizándola, sino regulando cierto nivel de venta que permita identificar a los adictos y eventualmente, cuando tengan un consumo excesivo, tratarlos”, y que “los consumidores de marihuana sometidos a comprarla terminan subiendo la escalera de la drogadicción, y si la marihuana no es buena, menos lo son los otros escalones que tiene la drogadicción”.

Martín Collazo (vocero de Prodedechos) dijo a la diaria que es muy improbable que el Estado fiche y evalúe a los consumidores: “Eso no está en el proyecto de ley, porque el movimiento social no lo apoyaría. Tampoco creo que se incorpore. Hay un buen proyecto en el Parlamento, que incorpora el autocultivo de cannabis, la producción a través de licencias por parte de privados y con las farmacias por puntos de distribución, la posibilidad de incorporar el cáñamo industrial, la posibilidad de que se recete marihuana con fines medicinales, que es una cosa que muchos doctores quieren hacer hoy y no pueden”, como el caso de la psiquiatra Raquel Peyraube, asesora del Ministerio de Salud Pública, que reconoció a mediados del año pasado haber recetado marihuana en ámbitos privados para tratar adictos a la pasta base.

Collazo dijo que muchos ex usuarios de esa sustancia reclaman a las organizaciones el derecho de acceder a marihuana sin necesidad de acudir a bocas, y que no es posible que la reglamentación de la ley incluya planes de internación compulsiva porque “dentro del Ejecutivo la Junta Nacional de Drogas está trabajando el tema y sabe que, desde el punto de vista técnico, no hay ningún sustento”.

A las 20.30 la Plaza 1º de Mayo estaba repleta y los voceros de la Coordinadora leían desde el escenario la proclama de la marcha, que abogó, entre otros temas, por la descriminalización de los fumadores de cannabis, separó los conceptos de consumidor y adicto, recalcó la importancia de luchar contra el narcotráfico y exigió a los parlamentarios legislar este año sobre el tema. A pocos metros, un oportuno puesto de pizzetas con gustos aplacaba el hambre de la caminata y del bajón.