“¡Hasta la victoria, siembren!” es la consigna con la que se convoca hoy una marcha por una ley que despenalice el cultivo doméstico de cannabis y regule los clubes sociales cannábicos sin fines de lucro. La movilización es parte de la Marcha Mundial de la Marihuana, una iniciativa internacional de organizaciones prolegalización del cannabis y que convoca a realizar demostraciones públicas todos los 5 de mayo. En Uruguay, ha sido convocada por las redes sociales cuestionando que la ley vigente “obliga a los usuarios de marihuana a cometer un delito para obtenerla, ya que su uso es legal pero son ilegales” todas las formas de conseguirla. Por eso, el cultivo para uso personal “garantiza a las personas un consumo más saludable, sin tener que recurrir al narcotráfico”.

La manifestación comenzará a las 17.00 en la plaza Cagancha y desde allí se marchará hacia el Palacio Legislativo, donde se leerá una proclama. También está previsto un espectáculo de bandas en vivo: Inquilinos del Reggae, Doberman, La Chancha (acústico) y Dinamita & La Swing Factory.

Venenos que envician

El diputado nacionalista Gerardo Amarilla (Unidad Nacional) manifestó ayer mediante un comunicado que la “campaña de la mayoría del oficialismo” para solucionar el problema de la droga “a partir del control del negocio de producción y venta de la marihuana” ha dejado “por el camino” las expectativas de generar una política de Estado “con consenso social” para “invertir el rumbo de este flagelo”. Amarilla explicó que así se renuncia a trabajar en la rehabilitación y “en la recomposición de las relaciones afectadas en la órbita familiar”, pero también en la sociedad “afectada por la violencia, desintegración y delincuencia originada por el consumo de sustancias”.

El diputado cree que el gobierno “está ganando la posición de que lo importante es el control del negocio, hoy de la marihuana y tal vez mañana de otras sustancias”. Menciona ejemplos históricos como “las trágicas Guerras del Opio y la preocupación del emperador chino Dauguang, que se preocupaba por la salud de los súbditos y no por el control del negocio”, y cita una carta de 1839 del ministro chino Lin Hse Tsu a la reina Victoria. Amarilla finaliza llamando a las autoridades a “combatir el avance de los venenos que envician”, y destruyen a la sociedad, abandonando “la idea de controlar un negocio” que terminará con “la promoción de su consumo”.

Esta marcha se realizará mientras el Parlamento discute un proyecto de ley que podría legalizar el cultivo de cannabis y la regulación del consumo. Por otra parte, la Liga Federal Frenteamplista (LFF), uno de los sectores del oficialismo que ha planteado reparos a la propuesta del Poder Ejecutivo, convoca a una charla sobre la legalización del cannabis en la que expondrán los diputados del Frente Amplio Darío Pérez (LFF), Julio Bango y Nicolás Núñez (Partido Socialista), Sebastián Sabini (Movimiento de Participación Popular), Doreen Ibarra (Frente Izquierda de Liberación) y el secretario de la Junta Nacional de Drogas, Julio Calzada. La charla será a las 19.30 en la sede capitalina de la LFF, ubicada en Ejido 1425.

Ración mensual

Ayer, el presidente José Mujica se refirió al tema en su audición en Radio Uruguay e insistió en la necesidad de “empezar por dividir el mercado de venta de drogas, separando la marihuana hacia un costado, no legalizándola, sino regulando cierto nivel de venta que permita identificar a los adictos y eventualmente, cuando tengan un consumo excesivo, tratarlos”. Luego, con respecto al narcotráfico, Mujica mencionó el caso de Colombia, donde “grandes cárteles desafiaron abiertamente a las fuerzas públicas” y nadie podía “considerarse a salvo de sicarios suicidas o cheques corruptores de cuentas bancarias escondidas”.

Habló también del caso de México y dijo que el narcotráfico es peor que la drogadicción. El principal mandatario opinó que “los uruguayos estamos padeciendo una anestesia” y que “cada tres presos, uno está ligado a fenómenos de drogadicción o narcotráfico; han aparecido en Uruguay cosas que no existían; el ajuste de cuentas, porque en las cuentas del tráfico de drogas cuando no se paga, se recibe plomo”, expresó. Aclaró que no defiende ninguna clase de drogas, ni el tabaco, la marihuana o el alcohol, pero agregó que “hay que reconocer, por encima de esa desgracia, la existencia de un mercado que existe y se mueve en las sombras”. “Nuestro punto de vista es ensayar una regulación de ese mercado, ya que ese mercado existe; los consumidores de marihuana sometidos a comprarla terminan subiendo la escalera de la drogadicción y si la marihuana no es buena, menos lo son los otros escalones que tiene la drogadicción”, añadió. Para eso se ha planteado “encontrar un mecanismo legal de vender racionalmente cierta ración mensual, y cuando detectamos una tendencia a un consumo excesivo, recomendar métodos curativos”, agregó. “Para todo esto habría que empezar a ver esto como una activad normal, pero ello necesitaría una gigantesca voluntad política de ensayar un camino distinto del que se ha venido practicando durante los últimos 80 años”, concluyó Mujica.